Urtasun anuncia que descolonizará los museos nacionales
El ministro de Cultura avanza una «revisión» de sus colecciones para superar el «marco colonial»
Creará una Dirección General de Derechos Culturales y desarrollará el manual de buenas prácticas
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Para Ernest Urtasun, descolonizar los museos nacionales es una urgencia, y será una de las principales líneas de trabajo que abordará durante su gestión al frente del Ministerio de Cultura. Este lunes, en su intervención ante la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, anunció que «avanzará» en la «línea abierta por otros museos internacionales» y promoverá un proceso de revisión que «permita superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones», la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico. «Estas cuestiones derivan de compromisos internacionales -señaló-. A nadie le puede sorprender que incorporemos en la lectura de la historia la visión de los indígenas o lo que estamos haciendo con Nuestra Señora de las Mercedes». En su puesta de largo, el también portavoz de Sumar, que en alguna entrevista antes de esta comparecencia llegó a referirse al «racista» y «terrorífico» colonialismo belga para hablar del caso español, ha evitado en cambio ir tan lejos. «Yo no comparé a España con Bélgica», afirmó, y puso como ejemplo los museos de Antropología y de América, que en sus programaciones temporales ya han incorporado esta línea de trabajo. Según Urtasun, el objetivo es «establecer espacios de diálogo e intercambio».
La descolonización es un concepto que va desde reordenar las colecciones con un discurso respetuoso con las colonias hasta devolver piezas. En la mente de todos en la Comisión estaban polémicas como las del Tesoro Quimbaya, uno de los grandes anhelos de Colombia, o el Galeón San José. Sobre el Tesoro Quimbaya, en una respuesta a una pregunta escrita del PP, el Gobierno dijo hace unos días que «no hay dudas sobre su titularidad ni sobre la legalidad de su obtención». La portavoz del PP en Cultura, Sol Cruz-Guzmán, recordó en su réplica al ministro que España no tiene colonias. «Nos ha puesto un poco nerviosos lo de los discursos coloniales», dijo. En esa línea, Joaquín Robles, de Vox, acusó a Urtasun de haber «interiorizado» el discurso de la leyenda negra. «Ha comparado el imperio español nada menos que con el Congo belga -señaló-. Resulta curioso que tengamos un ministerio de cultura hispanófobo. Es una cosa verdaderamente curiosa». El anterior ministro, Miquel Iceta, intentó abordar esta cuestión con la creación de una comisión, pero cuando este diario desveló el proyecto, el hoy embajador en la Unesco negó la existencia de este grupo de trabajo y trató de esquivar la polémica. Urtasun está dispuesto a hacer de este tema una de sus banderas.
La otra gran prioridad del ministro de Sumar tiene que ver con los derechos culturales. En este sentido, Urtasun anunció que el ministerio contará con una dirección general propia que tendrá como objetivo fundamental desarrollar un plan de Derechos Culturales, una de las promesas electorales de Sumar. Entre los ejes estratégicos, la defensa de la libertad de expresión y garantizar unas condiciones dignas para los trabajadores culturales. «Esta dirección acompañará a cualquier creador, autor o colectivo cuya actividad haya sido borrada o censurada del espacio público». Dentro de este plan, Urtasun se comprometió a «consensuar y afianzar en todos los niveles la gestión cultural de buenas prácticas», algo que extenderá al Inaem -el ente encargado de gestionar el teatro, danza y música de producción estatal- y a los museos, «en consenso con el sector». Dar más seguridad jurídica a la contratación por parte de las administraciones públicas es uno de los objetivos de este programa, para evitar «la fragilidad en este campo ante los casos de censura». Y en este punto acusó directamente a Vox: «Tengo que defender la cultura española de ustedes. Han tratado de retirar el premio Miguel Hernández. No voy a tolerar que boicoteen [el festival] Periferias. Defender la cultura es defenderla de ustedes», dijo Urtasun. «Nos acusa de censura, ustedes, la izquierda woke, la campeona de la censura», replicó Robles, de Vox.
Inteligencia artificial
El titular de Cultura, en su intervención, se refirió a las próximas leyes que llevará al Consejo de Ministros. El proyecto de ley de la Oficina de Derechos de Autor y Conexos, una vieja reivindicación del sector que se quedó a medias la pasada legislatura, es uno de ellos. Asumirá las competencias de la actual dirección general y formará parte de esa reestructuración que Urtasun tiene en mente. La implementación de esta oficina irá de la mano del desarrollo de la inteligencia artificial: «Es fundamental que los procesos de entrenamiento de la IA respeten la legislación que protege la propiedad intelectual de los trabajadores. Hoy no se cumple. El Ministerio de Cultura debe velar por dicho cumplimiento y así lo hará». La ley del Cine será otro proyecto que irá pronto al Consejo de Ministros y entre los planes de Urtasun está también abordar una nueva ley de Patrimonio, amén de la reforma del Inaem, tras el nombramiento la semana pasada de Paz Santa Cecilia como nueva directora.
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En términos presupuestarios, el objetivo de Urtasun es que la cultura represente el 1 por ciento del gasto público. El sector genera más del 2 por ciento del PIB y en cambio, en los últimos presupuestos, se quedó en el 0,7. El ministro se comprometió igualmente a proteger «dos lenguas minorizadas como el aragonés y el asturiano», anunció la creación de un Plan de Igualdad para la Cultura y la puesta en marcha de una Bienal de Cultura de Futuro Climático, así como llevar la oferta cultural a la España rural y a zonas desfavorecidas. Mantendrá el bono cultural joven y el programa de cine para mayores de 65 años. Sobre los toros, tema al que el ministro solo se refirió porque el PP preguntó por ellos, Urtasun respondió que el gasto público es muy poco, «casi inexistente», y los datos de uso del bono cultural son mínimos. «Mi posición es conocida», añadió, en referencia a su declarada oposición contra la Fiesta, pero no hizo ninguna concesión a su grupo parlamentario, que aboga por retirar todas las ayudas a la tauromaquia.
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