Los expertos, sobre la descolonización de los museos: «Urtasun sigue en la dinámica de desprestigiar a España»
ABC entrevista a una pléyade de historiadores, hispanistas, opinadores y divulgadores sobre las medidas propuestas por el ministro de Cultura
«Quiere imponer una visión del pasado»: los recelos de los expertos frente a la descolonización de museos de Urtasun
Toreo anticolonial y banderillas a la derecha
Urtasun anuncia que descolonizará los museos nacionales
El anuncio del ministro de Cultura de 'avanzar' en la «línea abierta por otros museos internacionales» para descolonizar los museos nacionales ha suscitado todo tipo de reacciones en el mundo cultural. ABC ha recabado las opiniones de historiadores, arqueólogos, historiadores del arte, gestores de museos o antropólogos sobre la necesidad o no de abrir ese proceso de revisión que, según Ernest Urtasun, «permita superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones», la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico.
Esteban Mira
El doctor en Historia de América por la Universidad de Sevilla, Esteban Mira Caballos, es claro a través del teléfono: «Es un error. La política quiere meterse siempre en el campo de la historia». El autor de 'El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el viejo mundo' insiste en que «los museos españoles se encuentran entre los pocos de Europa que no cuentan con obras rapiñadas». Nada que ver con el Louvre, el Museo Británico o el Museo de Berlín. «Un ejemplo: la base del Prado es la colección de los Habsburgo, que adquirieron muchas obras e hicieron las veces de mecenas», sostiene. Para él, en definitiva, no tiene sentido «descolonizar los museos», porque, al menos en este sentido, no hay nada que descolonizar.
Tampoco está de acuerdo en que en España exista un discurso etnocentrista y fabricado desde el punto de vista peninsular con vistas a degradar la imagen de los nativos. Ni mucho menos. «Conozco muchos museos y no veo nada extraño en este sentido. En ellos se valora la orfebrería indígena, las etnias...», insiste. Para el experto, discursos como el de Urtasun responden a «complejos de los propios españoles», algo similar «a lo que sucede con la leyenda negra».
Aunque lo que más le sorprende es que todavía se vea la expansión por América desde un punto de vista unidireccional, cuando, en sus palabras, «todo fue muy colaborativo». Por un lado, a nivel local ambas zonas trabajaron mano a mano en campos como la administración virreinal y la defensa de las fronteras. «El ejemplo es que llegaron menos españoles de los que creemos: 800.000 en tres siglos y medio». Por otro, mantiene que se contaron por miles los nativos que se desplazaron hasta la península. Y añade que el ejemplo más claro de esta unión son «los museos virreinales de territorios como México o Lima»; mucho más ricos en material que los españoles. «Sus piezas ensalzan el virreinato y la presencia española... ¿Qué hacemos, les pedimos que devuelvan las piezas a España? No tiene sentido», finaliza.
María Saavedra
María Saavedra Inaraja, directora de la Cátedra Internacional CEU Elcano. Primera Vuelta al Mundo y doctora en Historia de América, afirma que Urtasun «no parece conocer bien nuestra historia, ya que habla de unas colonias que España nunca tuvo». Según explica a ABC, los territorios americanos y las islas del Pacífico se incorporaron como reinos a la Monarquía hispánica. «Me parece que son palabras vacías de significado real ('marco colonial', 'inercias de género o etnocéntricas', 'visión lastrada del patrimonio'), que buscan imponer por ley una determinada visión el pasado, con el objetivo de contentar a una parte de la población a la que no le interesa la cultura, sino la ideología», desvela.
La doctora en historia sostiene que «los museos son vivos, sí», pero que eso no significa «reinventarlos desde ideologías sesgadas que nada tienen que ver con la historia». Y añade que, si lo que se busca es una presencia mayor de los pueblos indígenas, van con retraso. «Eso es ya una realidad. Basta con pasear por las salas del Museo de América o de Antropología para darse cuenta de que en el discurso narrativo se presta una gran importancia a las piezas que reflejan la cultura, simbolismo y religiosidad de los pueblos prehispánicos. Nada que ver con una visión etnocentrista de la historia, tal como señala el Ministro…».
Por último, añade que los museos son espacios de diálogo entre las diferentes culturas, y que no podemos prescindir de ninguna de esas partes. «Tampoco de la cultura hispánica», confirma. «Estamos ante una manifestación más de la cultura woke. Esta vez se manifiesta en el empeño por destruir toda mirada hacia la historia y la cultura que no se avenga al sesgo de la corriente que desde el gobierno quieren imponer», finaliza.
Manuel Lucena
El historiador e hispanista Manuel Lucena clama por una máxima: alejar los museos de la ideología: «El propio término descolonizar es anacrónico por contemporáneo. Eso no tiene que ver con los objetos ni con el patrimonio que se atesora en los museos. Los museos exigen un deber de neutralidad. Ese deber implica respetar los contextos de recepción del patrimonio y respetar toda la legislación nacional e internacional que obliga a su custodia en las mejores condiciones posibles. La clave es que uno no puede organizar un museo para ver tan solo lo que le apetece según una ideología transitoria».
Afirma que «los museos representan un logro de las sociedades» y de la era ilustrada. «Son un triunfo de las luces sobre las tinieblas, y cualquier sesgo o ideología impuestos a la museografía implica un acto de una violencia bárbara». Lucena añade que, a cambio lo de Urtasun «es un retorno a la idea de los museos como instituciones patrimoniales», y «no de la ciudadanía ni de la sociedad civil». A su vez, sostiene que «no se puede crear una dirección general para ver en un museo lo que uno, como institución, quiere ver». Hay que respetar, en sus palabras, «esas condiciones que tienen que ver con los ideales ilustrados».
José María Luzón
José María Luzón, exdirector general de Bellas Artes, así como del Museo del Prado y del Museo Arqueológico Nacional, considera el tema «complejo». «No estoy de acuerdo con que los museos se conviertan en un botín», aclara desde el primer momento, llamando a la responsabilidad y a que «se tomen decisiones basadas en argumentos sensatos» con conocimiento «del patrimonio y su historia y de los museos y su historia». Recuerda, por ejemplo, que el tesoro Quimbaya fue un regalo. «España ahí no ha expoliada nada», dice. Y que si se determinara su devolución, «las órdenes religiosas pueden pedir que se les devuelva todo lo que salió de sus edificios y sus conventos y sus iglesias durante la desamortización».
«No estoy de acuerdo con que los museos se conviertan en un botín»
José María Luzón
Exdirector del Museo del Prado y del Museo Arqueológico Nacional
«¿Por qué no llegamos hasta ahí?», se pregunta, porque «con el mismo argumento de devuélveme esto a mi provincia, una orden religiosa podría pedir que le pusieran otra vez el cuadro en tal retablo, que está aquí el hueco vacío».
Luzón recuerda que hace años planteó la necesidad de crear una comisión científica con carácter nacional, formada por representantes del mundo cultural y «sin injerencias políticas», que tomase decisiones sensatas sobre piezas de las colecciones de los museos. «Hay piezas en museos que no tienen por qué estar ahí», afirma poniendo por ejemplo un fragmento de una inscripción de Ampurias que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional y que, en su opinión, debería unirse a su otra mitad en Ampurias. «En eso sí estoy totalmente de acuerdo, pero se deberían reubicar con consenso y criterios históricos, no con criterio político» y «quien tome ese tipo de decisiones que ande con pies de plomo y que no sea un reparto de los museos en el Parlamento. Eso sería un disparate», remarca.
Alicia Perea
Para la arqueóloga Alicia Perea, especialista en el estudio del oro antiguo y del Tesoro Quimbaya, la descolonización «es un tema que no se puede eludir porque está en el día a día de los museos». A su juicio, nace de una concienciación sobre el patrimonio de la sociedad, que se pregunta por la procedencia de las piezas que ve en los museos, por cómo llegaron hasta ahí y si está bien que estén donde están. «En nuestro caso, es evidente que no somos un país colonial, no podemos devolver lo que no nos hemos llevado», subraya. Sin embargo, cree que el ministro de Cultura no se refiere a una restitución de piezas, sino se refiere al discurso expositivo que «en algunos museos y en algunos asuntos sí que peca un poco de colonialismo y de etnocentrismo».
«Creo que al hablar el ministro de descolonización, se refiere a descolonización ideológica, descolonización explicativa, de discursos positivos, no de devolver nada»
Alicia Perea
Arqueóloga experta en el Tesoro Quimbaya
Para Perea no se cuestiona que «el tesoro Quimbaya es un regalo estatal», sino el relato de cómo se presenta a la sociedad actual esa sociedad pasada, «que no tenga ese sesgo colonialista o etnocentrista o eurocentrista». En ese sentido, cree que «hay que hacer una reflexión que creo que no se ha hecho todavía». El conjunto «estaba bien expuesto pero no se hablaba de él, no se hacía propaganda de la joya de la corona del Museo de América» y cree que «ya es hora de descorrer el telón y descorrer todos los velos y todas las telas que tapaban todo eso y darlo a conocer para que la gente lo vea, se exprese y después se abra un diálogo entre la sociedad, los especialistas y los políticos» porque «todos tienen que opinar y a través de ese diálogo, mejorar ese discurso expositivo».
«Creo que al hablar el ministro de descolonización, se refiere a descolonización ideológica, descolonización explicativa, de discursos positivos, no de devolver nada», resume.
Cesáreo Jarabo
Para Cesáreo Jarabo, autor de 'El fin del imperio de España en América' (Sekotia, 2023): «La descolonización del Urtasun no es ni más ni menos que un paso más en la dinámica anglófila para desprestigiar España. Las personas defienden eso actúan, aunque sea de forma inconsciente, como agentes británicos, aunque con el nuevo ministro de Cultura esa actitud está luciendo de manera especial. Está demostrando una incultura sin límites. La restitución de los tesoros sería una barbaridad, porque si España hizo algo en América fue crear cultura, construyendo escuelas y universidades, enseñando latín, o haciendo hospitales y carreteras con su propio dinero. ¿Tendría Lima que devolver a España todo ese patrimonio?».
El historiador explica a ABC que la Monarquía de los Austrias aplicó a todo su imperio la igualdad que, incluso, reconoce la Academia de la Historia Argentina. «España no ha tenido nunca colonias. Cuando llega a América, se expande y sigue siendo España, incorporando los territorios a la Corona como virreinatos, con legislaciones, instituciones y gobiernos propios que, lógicamente, dependían de la Monarquía. Con esto quiero decir que la participación de los naturales americanos en la política fue evidente, y un habitante de Cuenca era tan español como uno la localidad ecuatoriana de Cuenca. Comparar lo que España hizo en América con lo que el resto de Europa hizo en África o en América es un insulto, porque eso sí que fue opresión y esclavismo».
Según Jarabo, esta vertiente de Urtasun obvia que las leyes hablaron siempre de «provincias», «reinos», «repúblicas» o «territorios de islas y tierra firme» y que el término «colonia» nunca se empleó en el ámbito jurídico con los territorios que habían sido incorporados a la Corona de Castilla hasta mediados del siglo XIX y con un afán propagandístico por parte de los agentes británicos. «Esto es algo que historiográficamente debe ser denunciado».
Enrique Krauze
Para Enrique Krauze la descolonización de los museos españoles es «un gran error hablar». Una postura que el célebre historiador mexicano ha defendido siempre: «Hay que tener claro que hay muchísimas diferencias entre las colonias que las potencias europeas establecieron en África en el siglo XIX y los virreinatos de América. En este sentido, hay una amplísima historiografía escrita no solo por historiadores españoles, sino también por investigadores ingleses, estadounidenses y mexicanos, en la que se explica que estas dos formas de Gobierno no fueron ni mucho menos iguales. Basta leer la obra de John Elliott».
Con respecto a la pretendida «descolonización», añade: «El grupo de trabajo que pretende llevarla a cabo es un capítulo más de la politización de la historia y yo siempre me he opuesto a ello. La historia es un saber que hasta ahora no se ha respetado mucho. O, en el mejor de los casos, una sabiduría que tiene que desarrollarse siempre al margen de la política. Los políticos nunca serán los que dicten la verdad histórica, sino los historiadores actuales y las futuras generaciones de estos».
Luis Díaz Viana
El reputado antropólogo Luis Díaz Viana no está de acuerdo con descolonizar los museos «si se plantea de esa forma general y genérica», ya que «no todos los museos españoles tienen un mismo origen, ni los mismos fines, ni han atravesado por idénticas manipulaciones de la cultura o de la historia. Sus orientaciones o enfoques también suelen ser muy diferentes». En todo caso, opina que «siempre puede resultar interesante reflexionar sobre el sesgo etnocentrista de los museos que recogen y representan aquellas expresiones de la cultura que han quedado secularmente fuera de los cánones de la Gran Cultura -desde una perspectiva exclusivamente occidental- las expresiones de pueblos indígenas -considerados, por mucho tiempo, como 'salvajes de fuera'- o de los campesinos de Europa -tenidos por 'salvajes de dentro'. Y cuyas culturas sólo han sido tenidas en cuenta mediante reduccionistas y -muchas veces- denigrantes procesos de 'exotización'».
«Las piezas están donde están por algo -sean causas nobles y humanísticas u otras más o menos polémicas o vergonzantes- y respecto a las cuales sólo cuando su adquisición o tenencia viole las leyes y convenciones internacionales debería plantearse una devolución futura»
Luis Díaz Viana
Antropólogo
En el Museo de Antropología, Díaz Viana cree que «ya se ha hecho en buena medida». A su juicio, «quizá lo que convendría es que se conociera la interesante historia y cambio de nombre de ese Museo y del otro que nunca llegó a ser tal -el Museo del Pueblo Español-» porque «sería una manera de que la ciudadanía se aproximara a la historia de la Antropología en España y la interpretara como un reflejo bastante revelador de las propias crisis, transformaciones y posicionamientos respecto a las identidades culturales por las que ha venido atravesando este país». «Siendo como es el Museo denominado, hoy, de Antropología -y antes de Etnología- un centro que se inicia como «gabinete algo extravagante» (y conforme a su época) del Dr. Velasco y que se enriquece, luego, con colecciones etnológicas de tinte colonial, no puede identificarse con una sola orientación acerca de las culturas, habiendo experimentado sucesivas y trascendentes reorientaciones en la presentación de sus contenidos hasta la actualidad», añade.
En su opinión, «habría que plantear desde ellos unos relatos con propósitos más universalistas, en la línea de las mejores aportaciones del legado humanístico occidental» de modo que «se construyera una narración reflexiva acerca del mismo museo, su origen, vicisitudes y redenominaciones en cada caso; explicando los motivos de que se encuentren allí las colecciones o piezas que guarda y la renovación de la forma en que se exponen. Piezas que están donde están por algo -sean causas nobles y humanísticas u otras más o menos polémicas o vergonzantes- y respecto a las cuales sólo cuando su adquisición o tenencia viole las leyes y convenciones internacionales debería plantearse una devolución futura».
Luis Pose
Luis Pose Regueiro, licenciado en historia por la Universidad Gregoriana de Roma y autor de 'Cristóbal Colón: primer evangelizador de América' (Universidad de Letras) afirma que, aunque no conoce todos los museos españoles, está convencido de que la mayoría tratan de mostrar y explicar el pasado de manera objetiva a través de las piezas expuestas: «Si en esas muestras faltan elementos indígenas o se da a entender que eran de algún modo inferiores, pues claro que estaría bien complementar la colección de un modo más equilibrado, pero sin eliminar nada. La historia se debe explicar complementando las diversas perspectivas, no eliminándolas».
En lo que no está de acuerdo es en la idea que, cree, subyace bajo todo este entramado: la máxima de que hay que disculparse por la conquista: «Respecto a pedir perdón por el pasado, yo hago una distinción: no es lo mismo pedir perdón que lamentar. Uno pide perdón por lo que ha hecho, y la España de hoy no ha hecho aquella conquista. Otra cosa es que se deban reconocer y lamentar los errores y abusos cometidos en la historia, conociéndonos bien y situándolos». También añade que no debemos quedarnos en las sombras «descuidando tantas cosas buenas que se han hecho». Para él, «es erróneo, e incluso peligroso, reducir la historia a una sola perspectiva».
Javier Santamarta
Javier Santamarta del Pozo, politólogo, divulgador y autor de obras como 'Siempre tuvimos héroes' o 'Fake news del Imperio español', nos envía las siguientes palabras:
«¡No puedo estar más de acuerdo con Ernest Urtasun, ministro de Cultura, en su nuevo empeño! Ha dicho que quiere crear «espacios de diálogo e intercambio» en los museos estatales por la visión colonial que, al parecer, tienen varios museos españoles. Y que se ha fijado en lo que se está haciendo en otros museos europeos. ¡Hay que reparar los expolios cometidos por los imperios! Me parece fenomenal. Cuenta con mi apoyo. De este modo podríamos establecer ese «diálogo e intercambio» con, por ejemplo, la National Gallery de Londres, y así recuperar el Felipe IV pintado nada menos por Velázquez, que estaba en la biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial; o La Venus del espejo, también del inmortal sevillano, expoliado por el imperio napoleónico entre las miles de obras que lo fueron. Especialmente por el mariscal Soult, al que debemos que varias obras estén fuera de España, como las de Alonso Cano en el Louvre parisino y en el Nacional de México; Ribera en Filadelfia; Murillos en Canadá, Génova o Estados Unidos… etc. Porque, ¿se refería a esto, verdad?».
Isabel San Sebastián
La periodista y escritora Isabel San Sebastián ha declarado a ABC que «no basta con la pretensión totalizante y con la pretensión censora que subyace tras todas estas medidas», sino que Urtasun y sus correligionarios demuestran también «una incultura profunda y una absoluta falta de conocimiento histórico». Los datos están sobre la mesa: «España nunca tuvo colonias, no fue el Reino Unido, ni fue Bélgica. España fue una Corona, un reino, que amplió su territorio expandiéndolo allende los mares, pero un ciudadano de la Nueva España era tan español como uno de Cáceres y estaba sujeto a las mismas leyes». En la península, insiste, nunca hubo un régimen ni leyes coloniales. Y, a cambio, «se inventaron los derechos humanos con Juan de Mariana en la Escuela de Salamanca».
«La imbecilidad histórica que subyace a esta pretensión es gigantesca. Pretender reescribir lo que refleja un museo y la historia narrada a través del arte es directamente orwelliano, el ministerio de la verdad», completa. La columnista de ABC se pregunta con sorna si deberíamos cambiar «las meninas por meninos» y poner rostro de mujer en los fusilamientos del 3 mayo de Goya para contentar a Urtasun. «No puedes modificar la realidad a tu criterio personal y contemporáneo, porque, igual, dentro de cincuenta años esa visión es diferente. Es profunda e intolerablemente dogmático. Y luego hablan de la Inquisición. La Inquisición son ellos y su forma de ver las cosas», completa.
Lo que más le escama es que «ellos sean la única verdad». «No sólo intentan imponer su dogmatismo en el campo político e intelectual, sino que ahora quieren llevarlo al extremo absurdo de la pintura. Un museo de arte tiene que mostrar lo que ellos quieran, y lo demás, al desván. Desde el punto de vista cultural me parece grotesco, y desde el punto de vista histórico, demostrativo de una falta absoluta de conocimiento de lo que es la historia de España», finaliza.
Pedro Insua
El filósofo Pedro Insua, autor de 'Cuando España echó a andar' y '1492. España contra sus fantasmas', no se muerde la lengua. Para empezar, le sorprende que Urtasun haya calificado los museos como estatales. «Son nacionales, como se puede apreciar en la mayoría de sus nombres», afirma. Está convencido de que la referencia no es al azar. «El concepto se forjó en el siglo XIX y hace referencia a una nación soberana. Pero pretenden sustituirlo para conceder a los nacionalistas que la nación única no es la española. Buscan disolver la nación española en 'nacioncitas'».
También le sorprende que se trate a los museos españoles como «una suerte de depredadores de otros pueblos», cuando no pueden estar más alejados de ello. «Afirman que hay una falta de simetría cultural y que son muestras que surgieron de un despojo depredador de culturas que vivían tranquilas en su propia naturaleza. También que la intervención colonial ha supuesto una especie de ruido en su desarrollo y las ha despojado y puesto en museos, como hacen los circos con los animales. Pero eso no es así», afirma. Haciendo un poco de política ficción, ve un futuro con unas colecciones «desestructuradas» y poco accesibles.
«El ministerio quiere colar su ideología, no engordar y hacer accesible el patrimonio español. Dará su visión, siempre sesgadísima, entre el Imperio español y las regiones con las que tomó contacto. Compensará de manera lastimera, damnificar haciendo un 'mea culpa'. No vamos a ver la cultura azteca, vamos a ver el quejido de los aztecas por haber sido depredados por los malvados españoles que, con sus morriones y la plata de las armaduras, han mancillado la pureza de aquellas culturas y su relación tan bien adaptada, tan ecológica con la naturaleza», finaliza.
[EN ACTUALIZACIÓN]
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