Tom Hindle y el auge del 'cozy crime', así reinventan el misterio los herederos de Agatha Christie

A diferencia del thriller o la novela negra, esta tendencia literaria evita la violencia explícita y se centra en la astucia del detective (normalmente aficionado) para resolver el caso. En los últimos años, el género ha experimentado un gran auge en Reino Unido y ha eclosionado también en España.

Hindle acaba de presentar en nuestro país su último libro 'Asesinato en el lago de Garda' (Ático de los Libros) solo unos días después de que Richard Osman hiciera lo propio con 'Resolvemos asesinatos' (Planeta) tras vender 11 millones de ejemplares de su serie 'El club del crimen de los jueves', y apenas horas antes de que Salamandra anunciara una nueva entrega de la saga de M.C. Beaton, 'Agatha Raisin y las brujas desdichadas', que cuenta con más de diez millones de lectores en todo el mundo.

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Hindle reconoce que la competencia es dura pero que en ella subyace que se están escribiendo cosas muy buenas en el género policiaco actualmente. «Creo que ya ha pasado suficiente tiempo desde la época de Agatha Christie para que sea considerada histórica. El siglo XXI está presentando muchas oportunidades para hacer cosas interesantes. Por ejemplo, Janice Hallett escribe misterios de asesinato usando solo mensajes de texto, artículos de revista y grabaciones de voz. Hace un par de décadas era impensable. Se percibe una reinvención», afirma en referencia a la autora de novelas como 'El misterioso caso de los Ángeles de Alperton' (Ático de los Libros), que, como el propio Hindle, es 'best seller' del 'Sunday Times'.

El escritor se siente más cómodo con esta vuelta de tuerca de la tradición detectivesca que con la etiqueta de 'cozy crime', pero lo cierto es que se ha convertido en una voz clave para entender el fenómeno. Reconoce su atractivo y comparte parte de su esquema esencial -misterios con pistas y una gran revelación final-, pero insiste en que rompe con muchas otras de sus reglas, como la ausencia total de violencia y la falta de comedia (sí bromas puntuales). «Intento que mis personajes reaccionen frente a un asesinato de la forma más real posible. Escribo libros de 'cozy crime' que parecen un thriller», asevera.

Uno de los autores preferidos del autor de 'Asesinato en el lago de Garda', Anthony Horowitz, también está calificado como otro abanderado del subgénero que entronca con el clasicismo más 'british', ese que convierte en arte el juego que el autor establece con el lector para descubrir quién es el asesino. Hindle sigue a Horowitz desde sus tiempos de espías juveniles con Alex Rider, pero también ha resucitado a Sherlock Holmes, ha escrito varias novelas de James Bond, ha adaptado a la pequeña pantalla algunas de las mejores historias de Christie y 'Magpie Murders', la serie basada en su 'Un asesinato brillante' (Ediciones B), también es un éxito.

La inspiración para 'Asesinato en el lago de Garda' le vino a Hindle durante unas vacaciones con su mujer en Italia, justo al visitar un castillo en Malcesine en una de cuyas terrazas se estaba celebrando una boda. «Recuerdo quedar asombrado por la panorámica… El glamour de los invitados, la arquitectura increíble, el lago al fondo… Sabía que estaba mirando la escena perfecta para un asesinato con misterio e hice una foto con mi teléfono. Normalmente, cuando envío a mi agente y mi editor una idea para una nueva novela escribo unas 1.000 palabras para que se hagan una idea. Esta vez les mandé la foto con el texto: 'Capítulo uno: una boda, la novia es asesinada. ¿Qué os parece?'. Ambos respondieron: 'Escríbelo, por favor'», rememora.

Aquellas vacaciones determinaron un rumbo que mantiene fijo en 'Muerte en el Ártico', el libro que acaba de publicar en el Reino Unido y que también llegará a España de la mano de Ático de los Libros. Del cálido Mediterráneo pasó a un dirigible que realiza una expedición al Polo Norte.

Sin haberlo premeditado, Hindle ha insuflado nuevos horizontes al género, más allá de la campiña y las calles de Londres, pero guardando la esencia sofisticada del Orient Express. «Me he dado cuenta de que en el Reino Unido nos encanta viajar», comenta entre risas. «Hay muchas novelas policiacas increíbles en casas inglesas, pero creo que me gusta ver cómo funciona en diferentes partes del mundo», comenta Hindle, que señala un desierto como su más que probable próximo destino literario.

Disfrutar de esos enclaves no suele estar al alcance de cualquiera, y aquí entra en acción otro clásico de las novelas de misterio, la clase alta británica que le viene como anillo al dedo por codearse con venganzas y escándalos. Sin embargo, Hindle va un paso más allá y apunta a que lo que hacía en realidad Agatha Christie, como él, era juntar a personas de mundos muy diferentes en una trama: aristócratas, políticos, nobles, pero también sirvientes, mayordomos, cocineros… Todos reunidos en un mismo lugar. Y todos guardando un secreto. «Todo el mundo tiene que estar escondiendo algo. Tienes que creer en cualquier momento que cualquiera de estos personajes puede ser el asesino».

En este juego de apariencias, en el que nada ni nadie es como dice ser, viene que ni pintada una 'influencer', tan propia de esta era nuestra de las redes sociales. En 'Asesinato en el lago de Garda' es la novia. «Me pareció interesante porque es una imagen perfecta: todo parece ideal, pero cuando rascas un poco, aparece el lado oscuro». Exactamente el reverso de su detective aficionada, Robyn, que ejerce de camarera porque rechazó la dictadura del 'clickbait' y el sensacionalismo tras estudiar periodismo. Como en todos sus libros, Hindle buscaba una manera de que resolver el caso se convirtiera para ella en algo personal y curiosamente la encontró en su propia experiencia.

«Empecé a pensar en por qué dejé de trabajar en publicidad y una de las razones de mi desencanto con la profesión es que vi cómo el 'clickbait' iba volviéndose más y más presente, y más y más agresivo. Incluso los periódicos tenían que recurrir a ello, quisieran o no, para competir en el mercado. No era mi intención original, pero al final mis opiniones encontraron su camino. Es curioso. Creo que pasa lo mismo con todos mis libros», apunta el escritor.

Como buen fenómeno de ventas que se precie, este 'cozy crime' tiene también su reflejo en los cines y en las plataformas de 'streaming'. Siempre con el permiso de la gran Angela Lansbury y su 'Se ha escrito un crimen', muchas son las adaptaciones de títulos, como la propia 'Agatha Raisin' o 'Asesinato para principiantes', basada en la trilogía homónima de Holly Jackson o la veterana 'Los asesinatos de Midsomer', que hace tiempo se independizó de las novelas de Caroline Graham. También existen interesantes proyectos originales, como 'Solo asesinatos en el edificio' que, protagonizada por Selena Gomez, Martin Short y Steve Martin, ya tiene en marcha la quinta temporada.

De momento, no hay en marcha ninguna versión televisiva o cinematográfica de los libros de Hindle, pero él reconoce que, en ocasiones, escribe sus personajes imaginándose la cara de actores y actrices con el fin de visualizarlos: «Cuando perfilé a Robyn me imaginé a Zooey Deschanel. Y para otro personaje del libro, Jeremy, me fijé en Charles Dance y para el novio, Laurence, en Sam Claflin. Pero estoy seguro que si se produce una película de mi novela, el director de casting va a hacer un trabajo mucho mejor que el mío».