El Museo del Prado reconoce que tiene 25 obras incautadas por el franquismo
A ellas hay que sumar 37 depositadas en el museo por la Junta (republicana) de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico y 2 de la iglesia de Yepes que se quedó en compensación
Iceta se compromete a devolver las obras incautadas de manera irregular en la Guerra Civil

El Prado ha decidido abrir una investigación sobre la posibilidad de que algunas de las obras de su colección provengan de incautaciones realizadas en la Guerra Civil o durante el franquismo. Para ello ha creado un equipo de trabajo, al frente del cual estará Arturo Colorado. El objetivo de la investigación, aclarar cualquier duda que pudiera existir sobre los antecedentes y el contexto previos a que se produjera su entrada en las colecciones del Prado y, «llegado el caso y cumpliendo todos los requisitos legales, proceder a su devolución a sus legítimos dueños». Las conclusiones de este estudio se publicarán a comienzos de 2023.
El museo mandó ayer una nota a los medios de comunicación en la que recopila y hace público el listado de obras provenientes de incautaciones en la Guerra Civil que se hallan en su colección. Veinticinco de ellas proceden de la Comisaría General de Patrimonio Artístico Nacional, creada por Franco en 1938. Constaba de un Servicio de Defensa, para la reparación, conservación y reconstrucción de obras histórico-artísticas, y un Servicio de Recuperación para la devolución de bienes histórico-artísticos, que fue disuelto en abril del 43.
Ninguna de ellas está expuesta en las salas de la pinacoteca. La mayoría se halla en los almacenes del Prado; cuatro, depositadas fuera del museo: una en el Museo del Ampurdán, en Figueras (Gerona), y tres en el Museo de Bellas Artes de Granada. De esas 25 obras (de artistas como Sorolla, Federico de Madrazo, Eugenio Lucas Velázquez, Adriaen Isenbrandt, o una atribuida a Jan Brueghel el Joven), 17 pinturas fueron entregadas al Prado por la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional entre 1940 y 1942; 5 fueron entregadas al Museo de Arte Moderno, procedentes de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional (1942), y una pintura fue entregada al Museo de Arte Moderno, procedente de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional (1943) –pasó al Reina Sofía y quedó adscrita al Prado en 2016 por la reordenación de colecciones–. También figuran un frutero y un reloj procedentes de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional. De las 25 obras, 22 ya están publicadas en la web del museo con toda la información sobre la procedencia. Las tres restantes no, debido a su deteriorado estado de conservación. Solo de dos de ellas se conoce su procedencia (Antonio Méndez Casal) y se cree que una pudo pertenecer a Pedro Rico.
El museo no descarta que, si se cumplen todos los requisitos legales, haya devoluciones de obras a sus legítimos propietarios
El ‘Retrato de Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache’, pintado por Giuseppe Bonito, estuvo depositado en el Prado durante la Guerra Civil, según consta en un recibo de entrega emitido por la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (AMNP), pero fue devuelto a su propietaria, Pilar Mengs Peinador, en enero de 1940 y el Prado lo adquirió en subasta en 2014.
A estas 25 obras hay que sumar otras once, que fueron depositadas por la Junta Delegada de Incautación del Tesoro Artístico entre 1936 y 1939 en el Museo del Prado o en el Museo de Arte Moderno. Esta Junta fue creada por la República en agosto de 1936, teniendo a su cargo la incautación y conservación, en nombre del Estado, de obras muebles e inmuebles de interés histórico, artístico y bibliográfico que corrieran peligro de ruina, pérdida o deterioro. De algunas de esas obras consta su procedencia: el Monasterio de la Encarnación de Madrid, la iglesia parroquial de Pareja, en Guadalajara; la Colección Lázaro Galdiano, el convento de las Comendadoras de Santiago, en Madrid; o las colecciones Adanero y Lafora. Y hay 26 pinturas más, en general muy deterioradas, depositadas en el Prado en fecha desconocida por la Junta.
A esas 62 obras hay que sumar dos más. El Prado tuvo depositadas doce pinturas por parte de la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico procedentes de la iglesia parroquial de Yepes. Diez fueron devueltas en 1942, como consta en un documento, pero dos pasaron a formar parte de las colecciones del museo en compensación por los gastos y los trabajos empleados por el Prado para salvar el resto de las pinturas procedentes de la iglesia de Yepes. Se trata de ‘María Magdalena’ y ‘Santa Mónica’, ambas de Luis Tristán. La primera es la única que cuelga en el Prado: en la sala 10.
'Arte, botín de guerra'
En 2019 adelantábamos en estas mismas páginas un ambicioso proyecto de investigación que revelaba que miles de obras incautadas por la República durante la Guerra Civil para su protección no acabaron en manos de sus legítimos propietarios, así como tampoco miles de obras requisadas por el franquismo. Dicho proyecto lo llevaba a cabo un equipo, capitaneado por Arturo Colorado, responsable de la investigación histórica, que desmenuzaba en su libro ‘Arte, botín de guerra. Expolio y diáspora en la posguerra franquista’. Un proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que lleva a cabo la Universidad Complutense (Facultad de Ciencias de la Información), bajo el título ‘Investigación histórica y representación digital accesible. Nuevas aportaciones y conclusión del estudio del patrimonio artístico durante la Guerra Civil y la posguerra’, y que se puede consultar en la web pgp.ucm.es/PGP.
Una gran victoria que sienta un precedente histórico
El pasado mes de agosto, ABC publicaba que dos obras incautadas en la Guerra Civil habían sido restituidas a sus legítimos herederos. Confiscadas en 1937 a la familia del empresario vasco Ramón de la Sota y Llano, se hallaban en el Parador de Almagro. Se trata del ‘Retrato de caballero’, atribuido a Frans Pourbus, y el ‘Retrato de la Reina María Cristina’, atribuido a Vicente López. En 1937, un año después de la muerte de De la Sota, casi 300 obras de su colección de arte fueron incautadas por el ejército franquista. La familia recuperó algunas, pero un tercio desapareció. Tras localizar las dos del Parador de Almagro, los familiares contrataron los servicios de Ramón y Cajal Abogados. Hubo una reclamación extrajudicial. Tras el informe favorable de la Abogacía General del Estado, se admitió que los herederos son los titulares de ambas obras. Una victoria que sienta un precedente histórico en la devolución de arte incautado en nuestro país.
De las obras depositadas por el franquismo en la posguerra que fueron investigadas en este proyecto, 2.845 fueron a parar a museos; 1.929, a diversos organismos; 1.288, a la Iglesia; 533, a colecciones privadas... Entre las instituciones que recibieron depósitos sin ser propietarios de las obras, museos como el Prado, el Arqueológico Nacional, el de San Telmo de San Sebastián, el de Bellas Artes de Valencia, el Provincial de La Coruña, los de Oviedo, Tarrasa, Barcelona, Cádiz, Segovia, Elche...; la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional, Capitanía General, el CSIC...; numerosas órdenes religiosas (conventos, monasterios, catedrales, seminarios), Ministerios (Hacienda, Justicia, Ejército) y particulares.
Abre una puerta importante
En conversación telefónica con ABC, Arturo Colorado expresaba ayer su satisfacción por los frutos que comienzan a dar sus estudios: «Creo que esto anuncia un cambio fundamental de actitud. El hecho de que sea el Prado el que inicie este proceso de reconocer que en sus fondos hay obras confiscadas por el franquismo abre una puerta importante para otras muchas instituciones. Se produjo una diáspora de obras de arte como jamás se ha producido en la historia. La gran dificultad de investigación es que el Prado, al mismo tiempo que recibió obras en depósito, fue almacén de obras guardadas por la República. Muchas veces es difícil evaluar exactamente si las obras proceden de entregas en depósito del Servicio franquista o ya estaban en el Prado en el momento en que la Junta republicana las depositó allí».
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