Karla Sofía Gascón presenta autobiografía: «Soy menos racista que Gandhi y menos de Vox que Echenique»
La actriz publica 'Lo que queda de mí' (Almuzara), un 'true fiction' sobre sus años más duros
El cine español perdona a Karla Sofía

Lo primero que hace Karla Sofía Gascón al sentarse a comer con un grupo de periodistas es preguntar quién va a bendecir la mesa. Después, se reirá irónica mientras recoloca el libro que tiene a su derecha, en el que su cara llena toda la portada. Se titula 'Lo que queda de mí' (editorial Almuzara) y supone su primer encuentro con los lectores españoles y también su primera rueda de prensa tras los Oscar y el premio de la Unión de actores.
Es la biografía que ya se editó en México hace años, después de transicionar, solo que ampliada y revisitada con los últimos episodios: el éxito en el cine y la caída a los infiernos de la cancelación por unos tuits racistas y políticamente incorrectos lanzados al vacío de las redes sociales hace años. Es, también, el libro que la editorial Dos Bigotes dijo cancelar el pasado mes de febrero, algo que la propia actriz y escritora ahora ha desmentido, ya que según ella «no tenían nada firmado» y que «los derechos seguían en manos de la editorial mexicana».
En esas, llegó Almuzara. La editorial se acercó a Karla Sofía Gascón hace seis semanas y le propuso publicar el libro. En un suspiro, estaban ya mandándolo a imprenta. Ahora aseguran que tienen «colocada» la primera edición –cerca de 3000 ejemplares– y que la segunda podría imprimirse en breve. La cancelación de su protagonista, al menos en España, parece olvidada.
«Soy menos racista que Gandhi y menos de Vox que Echenique», dijo durante la charla de presentación, en la que se exculpó una y mil veces –a su manera– por lo que hizo en el pasado. También, por no haber salido a defenderse y guardar silencio. «El odio no se puede apagar con más odio, que es a lo que estamos acostumbrados en esta sociedad. Yo siempre había sido así, muy justiciera, una persona a la que le ha gustado tomarse la justicia por su mano... Pero así no encontramos la paz», explica.
Sobre los tuits que sacó a la luz una activista de izquierdas, asegura que fueron rescatados por una campaña contra ella. «En estos años he puesto en las redes sociales 20.000 comentarios y han tenido que rebuscar para encontrar esos cuatro o cinco», dijo. Después, volvió a exculparse diciendo que «a las personas musulmanas las tengo un respeto enorme, pero no al fanatismo ni a las barbaridades que se comenten en nombre de las religiones».
Acusó a los que la han criticado de «hipócritas». «Me gustaría saber qué dijeron ciertas personas que me han criticado después del 11 M o del 11 S. Lo único que he hecho en mi vida es comentar noticias, igual que los demás ciudadanos han hecho cuando veían noticias sobre mí», explicó. «Las cosas tienen sentido cuando tienen sentido. Tú te cruzas con alguien que te insulta y te acuerdas de su madre, y después de estos mensajes me he sentido que tenía que disculparme con esas madres. Es extraño pero me disculpo igualmente», sentenció.
La actriz cargó contra esas redes sociales que tantos disgustos la han dado: «Quién se tome en serio lo que pasa en las redes sociales es un ridículo. En la calle la gente ha sido maravillosa conmigo, los compañeros que me he encontrado a ambos lados de la galaxia [se refiere a Hollywood y España] me han dado mensajes de apoyo. La última cena que tuve con gente importante me dijeron que me habían hecho la novatada. La incógnita es el quien», inquirió, para rematar: «Para mí esto era una tontería, porque la gente en redes sociales siempre me han atacado... Y bueno, muchas veces no me he dado cuenta de la posición que tenía, lo veía como que escribía a 4 coleguitas y de pronto eran 400 millones de personas al otro lado. ¡Cuantas veces tengo que pedir perdón por unos tuits de 2016!».
¿Y el libro? Pues una biografía novelada, o una 'true fiction' que cuenta parte de la vida de Karla Sofía Gascón a partir de una escena en la que la protagonista está a punto de suicidarse y antes de morir recuerda las situaciones que le han llevado a ese lugar. «Cuando empecé a escribirlo dije que no podía seguir porque es muy doloroso. Puse toda mi alma. Parte de un momento muy difícil en mi vida en el que como ahora en esta última etapa me encontré en un momento muy delicado. Iba a hacer la transición y todo se derrumbó. Siempre elijo el camino más difícil para continuar», dijo.
En el libro lo expresa con más contención que con el verbo fluido, donde las ideas que le atraviesan la cabeza terminan en su boca sin pasar por un filtro de contención. «Este libro es un reflejo sincero, doloroso y vibrante de la persona que fui y de la que soy ahora. Aquí está la verdad de quién he sido, con todas sus sombras y todas sus luces. Y, sin embargo, la verdad es un concepto frágil en estos tiempos de juicios apresurados y sentencias definitivas. Una cosa es la artista y otra la persona, pero todas conviven en el mismo cuerpo, en el mismo nombre y en la misma historia. [...] He cometido errores ¿quién no? He dicho cosas que, en otro momento, en otro contexto, quizás no habría dicho. Me han malinterpretado, me han crucificado», escribe en el epílogo.
Ya en persona, se disuelve más; pero la esencia es la misma. Por eso dice que tras esta etapa de su vida, en la que «estaba en lo más alto» y donde denuncia que «cortaron todo para destruirme», también coqueteó con la idea de poner fin a todo. «Sí, me he derrumbado; ha habido momentos muy complicados en los que si no lo he hecho [esa locura] es porque sigo creyendo en el ser humano por mucho que me decepcione... y por mí hija, que tiene 14 años y no tendría que vivir algo que la hiciera sufrir».
«Soy una persona muy afortunada por mí fortaleza mental. En ciertos momentos no me he dejado hundir, es muy difícil que me vaya a hundir alguien. Estoy feliz por unas cosas, jodida por otras, asqueada por otras, irritada por otras... El odio que me dan es mi gasolina. Es una forma que encontré de poder hacer algo útil con todo ese odio», explica.
También se ha vuelto a reivindicar contra los trans que criticaron su representación de la transexualidad en 'Emilia Pérez', el filme dirigido por Jacques Audiard y por la que Karla Sofía logró estar en los Oscar. «Yo no represento a nadie; pero tampoco permito que las personas trans que han hablado de la representación de la película me representen a mí. Yo nunca he sido perfecta ni lo he querido ser, porque el arte surge de la imperfección», reivindica.
Y por si alguien lo duda, Karla Sofía Gascón quiso aparecer en la alfombra roja de los Oscar, pero no pudo. Dice que entró por la puerta que le dijeron y que apareció directamente dentro. Ella, claro, asegura que le hubiera encantado posar orgullosa en la alfombra roja. Tampoco guarda rencor a Jacques Audiard, que no la defendió cuando Netflix decidió apartarla de la promoción y borrarla de los carteles; aunque no queda muy claro si lo dice con la boca pequeña. Como tampoco lo aclara del todo cuando se le pregunta por Ted Sarandos, CEO de Netflix, que el miércoles dijo que había que tener «compasión» con la de Alcobendas y que se abría a trabajar con ella en el futuro. «Lo que tenga que decir a Sarandos o lo que le haya dicho ya es cosa mía». Fue lo único que se guardó una actriz que, como presume, nunca se muerde la lengua. Por si acaso.
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