Dublín estudia elevar la estatua de Molly Malone para evitar que los turistas le toquen los pechos

Las autoridades de Dublín están considerando elevar la estatua de Molly Malone para evitar que los turistas la toquen de manera inapropiada. Desde su instalación en 1988, la figura de la icónica vendedora ha sido objeto de una polémica tradición: miles de visitantes han frotado sus pechos, lo que ha generado críticas y ha desgastado la escultura.

El debate ha resurgido recientemente, especialmente tras la celebración del Día de San Patricio, cuando miles de turistas y locales visitaron la estatua y muchos perpetuaron la costumbre de tocarla. Este incremento de visitas ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de proteger el monumento.

La discusión ha cobrado aún más relevancia gracias a la campaña impulsada por la artista callejera Tilly Cripwell, quien ha denunciado el comportamiento irrespetuoso de los turistas y ha promovido la concienciación a través de la campaña #LeaveMollymAlone.

La estatua, obra de la escultora Jeanne Rynhart, representa a Molly Malone, protagonista de una popular canción irlandesa y símbolo de Dublín. La figura muestra a una joven vendedora de mariscos con un vestido de época de escote pronunciado, empujando una carretilla. Aunque no hay evidencia histórica de su existencia, Molly Malone se ha convertido en un icono de la ciudad.

Sin embargo, el constante contacto ha causado un desgaste visible en la escultura, lo que llevó a las autoridades a evaluar su reubicación o elevación. De acuerdo con la BBC, el Ayuntamiento de Dublín ha afirmado que está considerando la petición de la activista de reparar la estatua descolorida y colocarla sobre un pedestal más alto y que que está en proceso de pedir a las empresas turísticas que disuadan a sus clientes de tocar la estatua.

No es la única escultura que representa una figura femenina que se enfrenta a este problema. El año pasado, el diario italiano 'L'Arena' denunciaba que la estatua de Julieta de Verona que las caricias de los miles de turistas habían agujereado su pecho derecho. El daño estaría causado por la acidez del sudor de las manos de las miles de personas que tocan esa parte del cuerpo de la representación en bronce del célebre personaje de Shakespeare.