La Roldana, primera escultora de la Corte española y mujer que rompió moldes en el siglo XVII
La restauración de 'El Arcángel San Miguel venciendo al demonio', del Monasterio de El Escorial, ha revelado inscripciones de la artista en esta obra maestra, en las que reivindica su autoría
Es una de las 650 obras de la exposición permanente de la Galería de las Colecciones Reales, que abrirá sus puertas este verano
El Museo de Escultura llena el vacío de La Roldana

Hay lugares donde la paridad de género se cumple, incluso con creces. Es el caso de la historia que nos ocupa. Un día antes de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la protagonista es una escultora sevillana, Luisa Roldán, conocida ... como La Roldana (Sevilla, 1652-Madrid, 1706). Pionera y figura clave del Barroco, rompió moldes en su época y logró ser nombrada en 1692 la primera mujer escultora de la Corte española con Carlos II y continúa con Felipe V. Obtuvo tal distinción gracias a su obra maestra 'El Arcángel San Miguel venciendo al demonio', del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, una de las 650 obras de la exposición permanente del nuevo museo.
La pieza ha sido restaurada por Ana Loureiro en los talleres del Palacio Real de Madrid. La monumental pieza, realizada en madera de cedro, de 2,64 metros de altura y 157,5 kilos de peso, ya se halla en planta A, en el lugar que ocupará en la Galería de las Colecciones Reales, que dirige Leticia Ruiz. Es el flamante museo de Patrimonio Nacional, presidido por Ana de la Cueva, que abrirá sus puertas este verano.

El nombramiento de La Roldana como escultora de la Corte fue un triunfo histórico en una época en la que las mujeres no podían ni siquiera firmar contratos. En este caso, lo hacía su marido, Luis Antonio de los Arcos. Hay quienes creen que la figura de San Miguel -de facciones femeninas- es una representación de la propia artista y que se podría haber inspirado en su marido para el rostro del demonio. Sea cierto o no, la artista sí se aseguró de reivindicar su autoría, dejando su impronta en la pieza: estampó su firma en uno de los pies del Arcángel y en la peana de la obra.

Los trabajos de restauración han sacado a la luz las inscripciones que la artista repartió por la talla. Así, en el pie izquierdo de San Miguel aparece «E. Camara Lvisa Roldan Sevilla», que alude al lugar de nacimiento de la Roldana y a su estatus en la Corte: escultora de cámara. En el pie derecho, puede leerse: «Escultor Lvis Antonio de L», referencia a Luis Antonio de los Arcos, marido de la artista, quien se encargaba del desbastado de la madera. En la suela del zapato alude a Tomás de los Arcos, su cuñado, pintor y policromador: «Tomas de los Arcos lo pintó».

Sobre el pecho del Arcángel aparece pintada la divisa hebrea de San Miguel: «Qvis Sicvt Devs», que suele aparecer en las representaciones del santo venciendo al diablo. Además, en los grilletes que rodean las muñecas del demonio dejó pruebas del lugar y la fecha en que terminó su obra maestra: «En Madrid año 1692 Maio 19». Y en la peana registró su nombramiento como escultora de cámara: «Por mandato de Rei Nvestro Señor Carlos II Lvisa Roldan Escultora de Camara de Sv Majestad». Aunque la frase fue incluida por la artista, algunas de las letras fueron grabadas a punzón con posterioridad. El mismo día de su muerte fue reconocida por la Academia de San Luca de Roma.
Si fue una pionera en lo profesional, también lo fue en lo personal: esta mujer decidida, valiente y rebelde fue una adelantada a su tiempo, pues consiguió casarse con quien ella eligió, costándole la ruptura de la relación con su padre, el escultor Pedro Roldán, que se oponía a ese matrimonio. Fue su maestro, tenía un taller en Sevilla.

Loureiro explica a ABC que se ha tardado unos dos años en la restauración de la pieza: «Tenía muchas grietas, alguna de bastante consideración. Y la suciedad ocultaba los verdaderos colores, muchos más vivos». Se han eliminado los repintes, localizados especialmente en la cara y en las manos, «para devolver a la pieza su expresividad, uno de los sellos de identidad de La Roldana». «Las radiografías mostraron que los cuernos del demonio no eran originales, así que los quité y los reconstruí, basándome en fotografías antiguas», explica la restauradora. «Eran muy largos y afeaban mucho la cara del demonio. Esta es más amable, menos animalizada, También estaban rotas la nariz y la boca, y le faltaban los dientes. Era la pieza más dañada. El Arcángel estaba en bastante buen estado. Se había perdido también el remate de la espada, esta veía en tres trozos».
En la radiografía de la pieza se aprecian muchísimos clavos, que sorprendentemente no se han oxidado. Explica la restauradora que son originales: «La técnica de construcción usada se denomina 'embón': sobre un hueco central se van colocando piezas de madera, que se encolaban o se clavaban. La pieza está conformada por distintos bloques. Pero tiene muchísimos clavos, demasiados. No fui capaz de contarlos. Es espectacular ver la radiografía». No hay constancia de una restauración anterior, pero Ana Loureiro sí está segura por los repintes y las zonas añadidas: »Son restauraciones del siglo XX por el material que han utilizado«. En cuanto a la madera de cedro, muy olorosa, ahuyenta a los insectos. No es atacada por xilófagos, la mantuvo en buen estado de conservación.

Sobre la importancia de esta escultura, comenta que «es una pieza muy grande, muy equilibrada, con mucho movimiento. Para ello en algunas zonas la artista usa tela encolada. Esa grandiosidad. el movimiento, incluso los colores que no son propios de la época... Esta pieza se adelantó a su tiempo».
«La Roldana fue muy reconocida en su época», comenta Loureiro, quien cree que «llegó incluso a superar a su padre. El primero en hablar muy bien de ella fue Palomino; la puso a la altura de su padre como una gran escultora. Ceán Bermúdez también habla de la maravilla de su trabajo». Hoy tiene obra en colecciones tan destacadas como el Metropolitan Museum y la Hispanic Society de Nueva York, el Getty Museum de Los Ángeles o el Victoria & Albert de Londres. En algunos casos, son conjuntos escultóricos de terracota policromada.
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El complejo traslado de 'El Arcángel San Miguel venciendo al demonio' a la Galería de las Colecciones Reales supuso la intervención de una veintena de personas. Tras su restauración en los talleres del Palacio Real, la talla fue izada con ayuda de una grúa por el Patio del Príncipe. La escultura fue protegida en una jaula de madera con bastidores y refuerzos para afianzar la sujeción. «Se trata de uno de los traslados más complicados a los que nos hemos enfrentado, por las dimensiones de la talla; también de los más emocionantes, al ver al Arcángel San Miguel hacer su último vuelo en Palacio para dirigirse a la Galería, donde todos los visitantes podrán descubrir el talento de Luisa Roldán», explica Leticia Ruiz, directora de las Colecciones Reales. «Fue una figura pionera en un tiempo en el que las mujeres no tenían ningún reconocimiento. Ahora, gracias a la Galería, le devolvemos el brillo que merece». Destaca el virtuosismo técnico de la artista y su expresividad a través de los rostros y de las manos.
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