Pedro Nieto, un 'secundario' de la imaginería sevillana

Las más destacadas son Dimas y Gestas del paso de misterio de la hermandad de Montserrat que acompañan al Cristo de la Conversión cada Viernes Santo. Como curiosidad, estas imágenes se recuperaron a finales del siglo XX porque anteriormente salieron unas tallas de Gabriel Cuadrado. Son de enorme expresividad y conforman un conjunto escultórico excepcional junto con el crucificado de Juan de Mesa de 1619.

Otra imagen 'escondida' es el primitivo Señor de las Tres Caídas de San Isidoro que se custodia en la casa hermandad y que cuando la hermandad se trasladó desde Santiago a su actual sede en el siglo XVII, el párroco llegó a encadenarla para que no se la llevaran los cofrades. Esta talla no llegó de nuevo a la corporación hasta el último tercio del siglo XX cuando era arzobispo José María Bueno Monreal.

Se pudo disfrutar de cerca en una muestra sobre religiosidad popular en Andalucía en la fundación Cajasol durante el II Congreso Internacional de Hermandades y Religiosidad Popular. Pedro Nieto muestra en la misma a Jesús mirando hacia el lado izquierdo con unos rasgos completamente diferentes a los que realizó Alonso Martínez para el actual titular de la cofradía del Viernes Santo.

Nieto también talló un crucificado llamado de la Salvación para la hermandad de la Macarena que se perdió en el incendio de 1936 pero hay un rumor entre los hermanos más mayores de la cofradía de que el Cristo se escondió en la cripta de la parroquia de San Gil, la cual no se ha vuelto a abrir desde la Guerra Civil por lo que no hay constancia documental ni fotográfica de la destrucción de la imagen, algo que sí sucede en las imágenes de la Hiniesta en el ataque de abril de 1932.

En la actualidad, hay una copia de un tamaño menor que está en la capilla del Sagrario de la basílica de la Macarena y que antes estaba en el altar de Santa Ángela de la Cruz y Madre María de la Purísima.

Por otro lado, la Quinta Angustia concertó con Pedro Nieto un misterio en 1633 con las imágenes de José de Arimatea, Nicodemo, San Juan, María Magdalena, Salomé y Cleofás pero las sucesivas investigaciones dudan de que sean las actuales, las cuales tienen notables semejanzas con el estilo de Pedro Roldán.

Por tanto, Nieto quedó como un imaginero 'de segunda línea' entre dos grandes períodos de la escultura sevillanas del siglo XVII: Juan Martínez Montañés, su taller y grandes discípulos como Juan de Mesa o Francisco de Ocampo y el desarrollo de la actividad de José de Arce después de venir desde Jerez de la Frontera.