Música procesional
Manuel López Farfán, el 'Aníbal González' de las marchas de procesión
Sus emblemáticas obras 'La Esperanza de Triana' y 'El Dulce Nombre' también cumplen un siglo en este 2025
'La Estrella Sublime', la marcha que lo cambió todo hace cien años

Pocas dudas hay al respecto de que Manuel López Farfán es uno de los grandes nombres de la historia de la música procesional. Al igual que Font de Anta anteriormente o Pedro Gámez Laserna después, las composiciones del autor de 'Pasan los Campanilleros' marcaron ... para siempre el devenir de las marchas de procesión.
Si la semana pasada hablábamos acerca de una de sus obras más universales, 'La Estrella Sublime', una de las marchas más conocidas e interpretadas de la historia, no es la única de la producción de Farfán que cumple un siglo en 2025. También alcanzan los cien años 'El Dulce Nombre' y 'La Esperanza de Triana', siendo la efeméride de esta última este viernes 14 de marzo. Las tres marchas, cada una con sus novedades y diferencias, se compusieron dentro del bienio 'revolucionario' o 'ecléctico' del músico, según la denominación que le otorgan dos estudiosos de la figura del genio de San Bernardo, José Manuel Castroviejo y José Ignacio Cansino, autores de 'Farfanerías. Vida y obra de Manuel López Farfán'.
La trayectoria de 'El Dulce Nombre' ha sido muy desigual a lo largo de estos cien años, puesto que pasó de un enorme éxito cuando se estrenó, calando hasta el punto de que la corporación del Martes Santo comenzó a ser denominada como la marcha, a una prohibición en 1943 que la hizo caer en el ostracismo durante décadas hasta que hace unos pocos años se sacó del cajón del olvido.
El veto a 'El Dulce Nombre'
Sin embargo, Castroviejo matiza a ABC esa prohibición, algo habitual en aquella época con las marchas que se salían de lo tradicional hasta entonces: «Más que prohibida, estuvo vetada por la propia hermandad. Como le llegaron instrucciones del Arzobispado de que 'La Estrella Sublime', 'Pasan los Campanilleros' y marchas en general de ese estilo no se podían tocar, fue la propia hermandad del Dulce Nombre la que decidió retirar de sus repertorios otras composiciones como 'Rocío', 'El Refugio de María' y 'El Dulce Nombre', aunque estuviera dedicada a la propia corporación». El veto impuesto por la propia hermandad hizo que la marcha cayera en desgracia y se fuera olvidando pese a que no estaba expresamente prohibida. «De hecho, más que alegre, que lo es, es una marcha zarzuelera», apunta. «Aparte de que Farfán compuso varias zarzuelas, estaba muy familiarizado con el estilo, y lo aplicó a esa obra». Afortunadamente, volvió a interpretarse en 2004 en la plaza de la Gavidia, sonando de manera más o menos habitual en la Bofetá desde entonces.
'El Dulce Nombre' tiene varias particularidades, desde el trío con letra cantado en su origen hasta su instrumentación. Al igual que 'La Estrella Sublime', introduce un instrumento muy poco habitual en la música procesional, en este caso, las ocarinas. Para ello, tuvo que tomar medidas: «Hay gente que no entiende bien por qué la transición del tema principal de la marcha al trío se hace con un fragmento que, pese a que no dice nada, se repite». Esto es así para que los clarinetistas tuvieran tiempo suficiente de cambiar el clarinete por la ocarina. «Este tipo de cosas se tienen que hacer en un punto muy concreto, que haya alguien preparado para sostenerle el instrumento al músico». La logística es complicada, igual que la afinación y sonoridad del instrumento, lo que motiva que las bandas sean reticentes a utilizarlo en la calle.
'La Esperanza de Triana', entonada
Otra marcha muy emblemática de Farfán es 'La Esperanza de Triana', estrenada el 14 de marzo de 1925. Se trata de la única, junto a 'La Estrella Sublime', que el genio de San Bernardo compuso con cornetas. En el caso de la pieza dedicada a la dolorosa de la calle Pureza, la composición trata de abarcar musicalmente todo el discurrir de la cofradía con una virtuosa saeta para clarinete como original tema principal y un dulce trío concebido para ser entonado por los músicos. Entonado con la boca cerrada, según se indicaba en la partitura, algo que acústicamente es complicado en la actualidad.
La banda de la Cruz Roja recuperó esa parte entonada en la entrada en Campana de la Virgen del Rosario de Montesión en 2022 como parte de la conmemoración por el 150 aniversario del nacimiento de Farfán. Lo hizo cambiando aquello de la boca cerrada por la vocal a, como explica Cansino, su director, «porque consigue proyectarse mucho más la voz y que suene más». La recuperación no fue coser y cantar: «Con eso me tiré a la piscina. En Sevilla corren ríos de tinta con cualquier cambio estético». El concepto historicista de las marchas que hay hoy no existía hace años, lo que explica que hasta ahora no se esté recuperando la idea original de marchas como esta.
La obra de Farfán es tan amplia y trascendente como inabarcable. Cansino define al maestro como «un revolucionario», ecléctico, que se empapó del regionalismo y de la mezcla de estilos, considerándolo «el Aníbal González de la música procesional» en esta segunda etapa de su producción en la que compuso las tres marchas que este año cumplen un siglo.
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