PRIMERA VUELTA AL MUNDO
La nao que fue jueves: ¿Cuánto duró el viaje?
UN VIAJE EXTRAORDINARIO
El cronista Pigafetta anota el cambio de fecha al llegar a Cabo Verde
Los tripulantes de la 'Victoria' habían perdido un día en su travesía
El barco vio 1.083 amaneceres aunque el viaje duró 1.084 días
500 años de la primera vuelta al mundo

¿Cuánto duró el viaje de la nao 'Victoria'? La respuesta tiene su intríngulis por más que los libros de Historia señalen 1.084 días, los que transcurrieron entre el 10 de agosto de 1519 en que zarparon del puerto de las Muelas ... en Sevilla y el 8 de septiembre de 1522 en que arribaron de vuelta.
Las fechas se acortan si se toman el 20 de septiembre de 1519 en que las cinco naves largaron trapo en la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda y el 6 de septiembre al cabo de tres años en que toparon con la barra del río para remontarlo. De hecho, en 1922, con ocasión del cuarto centenario de la gesta, se tomó precisamente el día 6 de septiembre como la fecha de arribada.
Pero aun así, sigue dando guerra la singladura. Porque hay un día que la embarcación de Elcano no se movió un milímetro en mitad del océano -imposible incluso fondeado o en calma chicha- pero avanzó nada menos que veinticuatro horas.
Viajando en pos del sol
De hecho, no es aventurado sostener que la travesía se dividió exactamente en 1.083 jornadas en las que recorrieron «más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas», según la anotación del diario de a bordo desde que se habían hecho a la mar en Sanlúcar viajando siempre en pos del sol, de oeste a este. Es la llamada paradoja del circunnavegante, que los tripulantes fueron los primeros en experimentar. También en eso fueron pioneros.
Los tripulantes de la nao 'Victoria' rompieron muchas barreras mentales en su derrota que les llevó a circunnavegar la Tierra, pero también chocaron contra otras percepciones que ni siquiera podían intuir que existían. Antes que ellos nadie había tropezado con la línea internacional de cambio de fecha. En realidad, es literalmente una raya en el agua que determina en qué día del calendario se vive, según el lado del que se esté en mitad del Pacífico. Pero da mucha guerra a los vuelos transoceánicos, por ejemplo.
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La nao capitaneada por Juan Sebastián Elcano rebasó el meridiano 180º en su viaje desde la Tierra de Fuego hasta el archipiélago de Filipinas, pero nadie ni a bordo ni en tierra firme lo advirtió. La primera anotación de esta paradoja de quienes dan la vuelta al planeta (por mar entonces, en avión ahora) se la debemos al cronista de la expedición de Magallanes, el italiano Antonio Pigafetta.
Este había llevado una datación precisa de los días transcurridos desde la partida el 10 de agosto de 1519 del puerto de Sevilla. Con independencia de la variable duración de los días según la estación del año y la latitud, el ocaso señalaba el fin de una jornada de viaje como el orto significaba el comienzo de un nuevo día. Había visto amanecer 1.083 veces, pero habían viajado durante 1.084 días.
¿Un día equivocado?
A su arribada a la isla de Santiago, en el archipiélago de Cabo Verde a quinientos kilómetros de la costa de Senegal, lo descubrieron. Anotó Pigafetta: «Para ver si nuestros diarios eran exactos, preguntamos en tierra qué día de la semana era, y nos respondieron que jueves, lo cual nos sorprendió, porque según nuestros diarios estábamos en miércoles. No podíamos persuadirnos de que nos habíamos equivocado en un día, y yo menos que ninguno, porque sin interrupción y con mucho cuidado marqué en mi diario los días de la semana y la data del mes. Supimos pronto que no era erróneo nuestro cálculo, pues habiendo navegado siempre al Oeste, siguiendo el curso del Sol, al volver al mismo sitio teníamos que ganar veinticuatro horas sobre los que estuvieron quietos en su lugar; basta con reflexionar para convencerse».
La nao fue jueves, parafraseando el cuento de Chesterton, porque hubo que añadir un día de más a la singladura a pesar de que esa jornada no había existido más que en los calendarios. Aquel miércoles -o el día de la semana que fuese cuando traspasaron la línea internacional de cambio de fecha- se les había esfumado entre las manos.
Claro que en el siglo XVI todavía no se había adoptado internacionalmente como el antimeridiano que pasa por Greenwich. De hecho, ni siquiera esta línea imaginaria se consideraba origen para medir las longitudes a lo largo del globo terráqueo. Punta Orchilla, en la isla canaria de El Hierro, había sido tomado desde la Antigüedad como referente o meridiano origen para el cálculo de posición.
La adopción del meridiano de Greenwich y su huso horario como meridiano cero corresponde a una época tan tardía como 1884, cuando en el Congreso Internacional de Geodesia 26 naciones aceptaron adoptarlo como magistral de longitudes.
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