La oculta barbarie rusa contra los judíos ucranianos en la que Hitler se basó para forjar el Holocausto

Para evitar esa desconexión con el pasado más reciente, el catedrático de Historia y Estudios Judaicos en la Universidad de Michigan, Jeffrey Veidlinger, ha publicado 'En el corazón de la Europa civilizada' (Galaxia Gutenberg). Porque, en sus palabras, era necesario recordar a la sociedad que, antes de la llegada del nazismo, se sucedieron tres años de violencia indiscriminada contra los judíos ucranianos. Una infinidad de pogromos lo demuestran; el más sonado, de un millar de muertos. Aunque hubo otros tantos más pequeños en los que ciudadanos y soldados rusos robaron las propiedades a sus vecinos semitas, les arrancaron las barbas y les torturaron antes de darles un paseo por las afueras de las ciudades y fusilarlos.

Los números estremecen. Según Veidlinger, los tres años de represión provocaron un mínimo de 40.000 semitas asesinados. La cifra más aceptada, sin embargo, eleva esta cifra hasta los 100.000, pues entre 60.000 y 70.000 más fallecieron después a causa de las heridas o las enfermedades. Pero el catedrático en historia va más allá y se atreve a afirmar que aquellos pogromos –o persecuciones masivas– fueron el precedente directo del Holocausto. No solo eso, sino que es partidario de que Adolf Hitler se basó en ellos para orquestar su matanza sistemática de seis millones de judíos a lo largo de toda la Segunda Guerra Mundial.

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–¿Por qué la sociedad cree que los ataques contra los judíos sólo ocurrieron durante el Holocausto?

A los europeos no judíos les ha resultado útil imaginar el Holocausto como un incidente aislado. Esto les permite culpar del asesinato masivo de este colectivo únicamente a Hitler y a los nazis alemanes en lugar de verlo como parte de una tradición europea mucho más larga. La escala de violencia contra los judíos durante el Holocausto también eclipsó la violencia que se había ejercido contra ellos en las décadas anteriores. Como resultado, los recuerdos específicos de los pogromos sobre los que escribí retrocedieron ante la violencia mucho mayor del Holocausto. Pero antes, el recuerdo de estos pogromos era muy intenso.

–¿Qué diferencias existen entre los pogromos y el Holocausto?

Los pogromos acaecidos entre 1918 y 1921 tenían similitudes con los primeros asesinatos masivos del Holocausto que se sucedieron durante el verano de 1941, pero la escala de los asesinatos durante el verano de 1941 fue mucho mayor y estuvieron más coordinados. La verdadera diferencia, sin embargo, se produjo en la primavera de 1942, cuando los alemanes establecieron lugares de matanza y campos de exterminio en la Polonia ocupada.

–¿Fue Ucrania el lugar donde hubo más odio hacia los judíos?

No, el odio antijudío era endémico en toda Europa. No era peor en Ucrania que en otros lugares. De hecho, el Estado ucraniano que se estableció en 1918 concedió a los judíos autonomía nacional y los incluyó en el Gobierno. Sin embargo, y por desgracia, Ucrania experimentó un completo desmoronamiento de la autoridad tras la Primera Guerra Mundial, lo que condujo a una guerra atroz y a una situación de hambre extrema. Fue durante este vacío de poder cuando el sentimiento antijudío llegó a expresarse con violencia. Cuando los alemanes invadieron Ucrania en 1941, creyeron que podían reavivar esta animosidad e incitaron el odio entre la población.

–¿Por qué ese odio de los bolcheviques hacia los judíos?

Los bolcheviques les acusaron de ser capitalistas y miembros de la burguesía. Al mismo tiempo, todos los demás les acusaron de tener ideas bolcheviques y comunistas. La conclusión es que fueron perseguidos por todos los bandos. De hecho, los judíos estaban divididos en sus lealtades políticas: había en todos los bandos del conflicto. Como resultado, todos creyeron que estaban en su contra.

–¿Por qué el Ejército Rojo abusó de los judíos entre 1918 y 1921?

El Ejército Rojo abusó de los judíos especialmente durante los primeros meses de la Guerra Civil, en 1918, porque les acusaban de ser miembros de la burguesía y porque creían que tenían botín y eran ricos. Atacaban los almacenes y las tiendas que, a menudo, eran de su propiedad en el centro de la ciudad para obtener provisiones. Pero, a finales de 1918, el alto mando militar bolchevique comenzó a castigar a los autores de pogromos entre sus filas. Como resultado, el Ejército Rojo cesó sus ataques contra los judíos y pasó a defenderlos. Este colectivo fue mucho más atacado por los blancos (los restos del antiguo ejército imperial ruso), por el ejército nacional ucraniano, por el ejército nacional polaco y por los cientos de caudillos insurgentes que dirigían ejércitos campesinos.

–¿Se ha silenciado la barbarie de la URSS contra los judíos?

Hoy resulta complejo hablar de las barbaridades que muchos países europeos perpetraron contra los judíos. Esto es particularmente evidente en aquellos países de Europa del Este que se consideran víctimas del comunismo. Para ellos es muy difícil aceptar el hecho de que fueron tanto víctimas del comunismo, como autores de atrocidades contra los miembros de este colectivo.

«Los bolcheviques les acusaron de ser capitalistas y miembros de la burguesía. Al mismo tiempo, todos los demás les acusaron de tener ideas bolcheviques y comunistas»

Jeffrey Veidlinger

–¿Por qué los judíos fueron el centro del odio internacional?

Durante el siglo XX, el motivo más importante del odio antijudío fue la falsa idea de que los judíos eran responsables del comunismo. Las viejas élites amenazadas por el comunismo explotaron las sospechas existentes sobre los judíos y el hecho de que algunos de los líderes de los bolcheviques tenían ascendencia judía para convencer a la gente de que todos los judíos eran comunistas. El término 'judeo-comunista' se utilizó para difamar a todos los judíos y pintarlos a todos como comunistas.

–¿Basó Adolf Hitler su Holocausto en los pogromos?

Hitler los explotó para llevar a la cúspide sus ambiciones genocidas. Los dirigentes nazis creían que podían incitar el odio local contra los judíos recordando a la población estas crueles matanzas. Los pogromos también provocaron una oleada masiva de refugiados judíos, muchos de los cuales acabaron en Alemania. Hitler afirmó de forma falsa que estos refugiados estaban importando el bolchevismo a Europa y utilizó este miedo a los judíos sin hogar como propaganda durante los primeros años del nazismo.

–¿Cuál ha sido el pogromo que más le ha sorprendido por su barbarie?

El pogromo de Proskuriv, que tuvo lugar el 15 de febrero de 1919, provocó la muerte de al menos 1.000 judíos en el transcurso de cuatro horas. Fue posiblemente el mayor caso de violencia antijudía antes del Holocausto. El pogromo fue planeado con antelación y perpetrado sistemáticamente por una división del ejército ucraniano, que actuaba bajo la autoridad de los comandantes locales, después de que el ejército hubiera tomado ya el control de la ciudad. En otro pogromo, en la ciudad de Tetiiv, en marzo de 1921, los campesinos locales y los combatientes insurgentes obligaron a los judíos de la ciudad a entrar en la sinagoga y quemaron el edificio, matando a cientos de personas.

–¿Hubo señales en los años veinte que indicaran que los judíos podrían ser asesinados en masa una década después?

Hubo mucha gente que se percató de que los judíos serían asesinados en masa y sistemáticamente en breve. Un artículo del 'New York Times' de septiembre de 1919, por ejemplo, advertía de que '6.000.000 de almas en Ucrania y en Polonia han recibido el aviso, por acción y por palabra, de que van a ser completamente exterminados'. La revista 'Literary Digest' se preguntaba si la matanza de los judíos sería el próximo horror europeo. Hubo muchas personas en lugares destacados que advirtieron que los pogromos de 1918-1921 representaban el primer paso de lo que sería el exterminio completo de los judíos europeos. Y acertaron.

–¿Cree que se podrían volver a realizar estos pogromos en Europa del Este?

Creo que el mundo es hoy un lugar muy diferente al de 1918 o 1941 y que es poco probable que se repita el tipo de violencia antijudía que tuvo lugar entonces. Pero hay signos de un creciente antisemitismo en toda Europa y en todo el mundo, y la democracia liberal se ve amenazada cada día. Los conflictos étnicos de todo tipo se ven exacerbados por la guerra y el caos, y la agresión rusa contra Ucrania ha vuelto a sumir a ese país en una terrible guerra. Para garantizar la seguridad y la prosperidad de todos los pueblos de Europa, es esencial que obliguemos a Rusia a poner fin inmediatamente a la guerra que está librando contra Ucrania.