Ocho tabúes rotos de Pedro Sánchez desde su llegada a Moncloa
El presidente y sus ministros asumen ya la posibilidad de una legislatura sin Presupuestos, la última norma no escrita que rompe desde que llegó al poder en 2018
El Gobierno señala ahora que presentar los Presupuestos sería «hacerle perder el tiempo» al Congreso

El Gobierno ha dado un paso más esta semana en la ruptura de un tabú, seguir adelante con una legislatura, quien sabe si hasta agotarla en 2027, sin Presupuestos. Y sin ni siquiera presentar el proyecto de cuentas públicas para su discusión y debate ... en las Cortes. La portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, señaló que hacerlo sin los apoyos para que vieran la luz sería «una perdida de tiempo para el Congreso, y para los ciudadanos». La expresión ha provocado un revuelo inmenso y en Moncloa ya admiten en primera persona que fue una forma tan coloquial como desafortunada de afrontar la polémica. Pero no es el primer tabú o norma no escrita que rompe Pedro Sánchez.
Moción de todos contra Rajoy
La sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso Gürtel le sirvió para llegar a La Moncloa solo un año después de haber recuperado la secretaría general del PSOE. Lo hizo en una alianza de todos contra Mariano Rajoy que funcionó. Su antecesor en Ferraz, Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido un año después, había acuñado el término 'coalición Frankenstein' para referirse a un acuerdo de ese tipo, que incorporó a las fuerzas del independentismo catalán menos de un año después de que hubieran perpetrado el golpe secesionista de 2017 que les valdría una condena por sedición.
Repetición electoral enfrentado a Podemos
Menos de un año después convocó elecciones precisamente al ver tumbado su primer proyecto de Presupuestos. «Llámenme clásico, pero sin Presupuestos no se puede gobernar», afirmó entonces. En abril ganó en las urnas al PP pero no pudo ser investido por el rechazo de Ciudadanos y el desacuerdo con Podemos, que forzó la repetición electoral. En este tabú no fue pionero, pues ya en 2016 se produjo otra repetición tras declinar Rajoy el encargo del Rey de buscar los apoyos para una investidura.
Primera coalición, ministros comunistas
Tras la repetición electoral, y tras haberle negado a Pablo Iglesias un acuerdo de coalición, decidió emprender ese camino inédito en la historia democrática. Nunca hubo coaliciones en el Gobierno central, y nunca en Europa, desde que el socialista francés François Mitterrand expulsase a los comunistas de su primer gobierno en 1982, había habido personas de esa ideología en un gabinete, como ocurrió entonces con Alberto Garzón, a la sazón líder de Izquierda Unida.
Presupuestos con Arnaldo Otegi
Avanzada la legislatura, y después de la pandemia, Sánchez tuvo que desdecirse de sus afirmaciones pasadas sobre que no pactaría con Bildu, la coalición heredera del antiguo brazo político de ETA, cuyo líder, Arnaldo Otegi, militó activamente en la banda terrorista. Desde los Presupuestos de 2021 se convirtió en un firme aliado del Gobierno.
OTAN en Madrid, 'OTAN no' en la calle
Sánchez, que en el debate parlamentario de esta semana, y en un momento de réplica a Alberto Núñez Feijóo, se definió como alguien «bastante atlantista», fue el anfitrión ese año de la cumbre de la OTAN en Madrid, celebrada bajo la presidencia en Estados Unidos de Joe Biden y justo después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Al mismo tiempo que la capital se engalanaba para recibir a los socios atlánticos, sus socios de gobierno, e incluso altos cargos del mismo, salían a la calle contra la OTAN, los mismos que ahora han votado en el Congreso a favor de la salida de España de la misma.
Elecciones en pleno verano
Tras el batacazo descomunal que supusieron las autonómicas y municipales de mayo de ese año para el PSOE, mermado como pocas veces antes de poder territorial tras una campaña marcada por la presencia de etarras en las listas de Bildu, Sánchez volvió a tirar de audacia. Y de tabú roto. Disolvió las Cortes para convocar elecciones en la insólita fecha de un 23 de julio, en plenas vacaciones de verano y cuando el Estatuto de Andalucía, por ejemplo, prohíbe celebrar comicios autonómicos.
Primer presidente investido sin ganar
La arriesgada jugada le salió bien y le permitió seguir con vida política. Pero a costa de seguir rompiendo tabúes. Logró ser investido pese a haber perdido las elecciones frente al PP, y gracias a los votos de Carles Puigdemont a cambio de la amnistía para el expresidente catalán fugado. Todos sus antecesores fueron los ganadores de las generales, e incluso José Luis Rodríguez Zapatero adquirió el compromiso preelectoral de no intentar la investidura si no ganaba en votos y escaños, como en 2024 y 2008.
Y ahora, sin Presupuestos
Era el último tabú que quedaba, pero empieza a quedar más claro que también se romperá. El argumento es que los actuales Presupuestos prorrogados de 2023 «son nuestros», como repiten los socialistas. Aunque fuesen de otras Cortes y en una coalición con Podemos, hoy fuera del Gobierno. Y aunque antes se dijese lo contrario.
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