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Fútbol

¿Por qué se odian el PSG y el Barcelona?

Galos y españoles, tras más de una década de zancadillas, se miden este miércoles en los cuartos

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Remontadas y zancadillas en el mercado de fichajes, las razones del odio entre PSG y Barça ABC
Pablo Lodeiro

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Las rivalidades en la Champions League son futbolísticas, las cuentas pendientes tienen al balón como epicentro, no hay odio visceral en el escenario continental como sí lo hay en el nacional. Y luego están los duelos entre PSG y Barcelona que, simplemente, no se aguantan. Zancadillas en el mercado de fichajes, frialdad institucional, robo de jugadores y tensión entre aficionados han sido las claves de esta bonita historia de amor, que comenzó hace más de una década y que tendrá una nueva edición este miércoles, cuando franceses y españoles se enfrenten, en París, en la ida de los cuartos de final.

Pese a que el PSG privó al Barça de las semifinales en 1995 en su primer cara a cara y que los catalanes contraatacaron fichando a su estrella, el gran Ronaldinho, en 2003, las malas pulgas no se avistaron hasta 2011, cuando Qatar compró el equipo parisino y puso a Nasser Al-Khelaifi al frente del proyecto. Astros como Zlatan Ibrahimovic, Javier Pastore o Thiago Silva llegaron a París y, como todo proyecto ambicioso, la Champions se convirtió en su principal ambición. Pero claro, ahí comenzó a aparecer el Barcelona para ponerle freno a los petrodólares.

En 2013, un gol de Pedro en el minuto 71 clasificó al Barça para las semifinales tras una eliminatoria muy igualada, 3-3 en el global, y en la que los franceses llegaron a ser superiores. Pero la gran traca llegaría en 2015, cuando se midieron hasta cuatro veces, dos en la fase de grupos y dos en los cuartos de nuevo. Solo venció el PSG en el primer envite y el Barça arrasó en los otros tres. Para el recuerdo la ida en París, en la que Suárez fulminó a David Luiz con un caño legendario antes de hacer el 1-3 definitivo.

Pero fue en 2017 cuando la relación se hizo irreconciliable. Primero, el Barcelona le endosó la mayor remontada de la historia de la competición nada menos, el ya mítico 6-1 tras perder 4-0 en el Parque de los Príncipes, fiesta azulgrana solo puesta en entredicho por el irregular arbitraje del alemán Deniz Aytekin. Y, para colmo, los catalanes se obsesionaron con el fichaje de Marco Verratti, emblema parisino. Sin embargo, el poder económico del PSG es infinito y no solo retuvieron al italiano a golpe de talonario, sino que contraatacaron con la firma de Neymar, 222 millones de euros que significaron la autodestrucción de la presidencia de Bartomeu.

Y luego, vino todo lo demás. Los fichajes de Messi y Dembélé, los brincos de Laporta cuando los aficionados azulgranas cantaron «Puta PSG» en la presentación de Xavi, la ruptura de las relaciones institucionales en 2019 cuando se intentaba el retorno de Neymar y, el último capítulo, la carta abierta de los radicales parisinos donde denominan al equipo catalán como «vil». Todo esto mientras Mbappé se ha erigido como pesadilla de los azulgranas, a los que les ha endosado cuatro goles en los dos últimos partidos, durante los octavos de 2021. Motivos suficientes para encender el televisor el miércoles a las 21.00 horas.

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