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De investigar crímenes a vivir entre libros: la vida literaria de la Reina de Inglaterra

Isabel II fue un icono pop que saltó entre las páginas de libros de todo género

Muere Isabel II

La Reina de Inglaterra, con la creadora de 'Harry Potter', JK Rowling, en 2001 AP

ABC

La Reina Isabel II de Inglaterra dejó una huella profunda en la cultura popular, alta y baja. En 2012, el cineasta Danny Boyle le propuso aparecer con James Bond (Daniel Craig) en un 'sketch' para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Aceptó. Y ahí vimos a la monarca paseando con la encarnación del mítico personaje escrito por Ian Fleming en 1953, un año después de su ascenso al trono. Por cierto: a ella también le gustaba el martini, no sabemos si mezclado o agitado. Eso, al menos, contó Tom Hanks en una ocasión...

Isabel II tuvo sus escarceos con Sherlock Holmes, otro hito literario. En la serie 'Sherlock', el detective protagoniza una secuencia hilarante en el Palacio de Buckingham, desnudo incluido. Y en la novela el 'Nudo Windsor', la escritora S. J. Bennett fusionó lo mejor del detective con lo mejor de la monarca. Así, la reina más famosa del mundo se convertía en sus páginas en una investigadora de crímenes. Era una excusa ficticia y divertida para acercarnos por la tangente a la personalidad de esta mujer. (Ahora han hecho lo mismo con Merkel en Alemania).

Sue Townsend imaginó en 1992 una Inglaterra republicana (mucha imaginación, sí) en la que Isabel II se iba a vivir a una urbanización llamada 'Hell Close'. Su drama no era tanto abandonar el trono como dejar atrás a sus amados corgis, pues no los aceptaban en su nuevo lugar de descanso. También se quejaba de lo escaso de su pensión. En 2006 hubo una secuela, 'Queen Camilla', en la que se restablecía la monarquía, aunque ella le había cogido el gusto al retiro.

En 2007, Emma Tennant recuperó parte de esa idea y pergeñó su propia 'Autobiografía de la Reina'. En el libro, esta desaparece y nadie puede encontrarla. Se ha ido lejos, lejísimos de la niebla de Londres: a una isla del Caribe donde se compra una finca idílica y decide no hacer nada, ese sueño tan de siesta de playa… Pero no solo le han inventado huidas. Alan Bennett la transformó en una devoradora de libros en 'Una lectora nada común'. Su historia empezaba en una biblioteca en el que Isabel II descubría una novela lvy Compton-Burnett. Al final se aficciona al arte de pasar páginas y se atreve incluso con Proust. Lo que hace la ltieratura…

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