La francesa 'Anatomía de una caída', Palma de Oro en Cannes

Oti Rodríguez Marchante

Enviado especial a Cannes

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27/05/2023
Actualizado 28/05/2023 a las 21:51h.

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Se clausuró una de las mejores ediciones del Festival de Cannes de los últimos años, con una Sección Oficial en la que había cine para todos los gustos, desde el bueno, bueno, hasta el malo, malo, pero resultón. Y una de las frases más oídas durante los días que ha durado hacía referencia a que con Ruben Östlund como presidente del Jurado había que estar preparados para cualquier cosa. Y Östlund y su equipo (donde también relucía la presencia de la directora Julia Ducournau, que hace un par de años ganó la Palma de Oro con ‘Titane’) no defraudaron: Palma de Oro para ‘Anatomía de una caída’, de Justine Triet, y el Grand Prix, el segundo en importancia, fue para Jonathan Glazer y ‘The Zone of interest’. Buenas películas, sí, y totalmente acordes con su modo de entender y hacer el cine. Las gordas para mí, y el resto del Palmarés lo dejo a vuestro gusto.

Y así debió de salir lo de Kaurismaki y su premio del Jurado, que fue lo que se llama una grata sorpresa, no tanto porque no se lo mereciera (debería haber sido mayor, pues nadie en Cannes y alrededores fue inmune a su impacto) sino porque Östlund había menospreciado el cine del finlandés en alguna ocasión. El vietnamita (y francés) Tran Anh Hung fue elegido como mejor director, y eso es lo que es, un buen director, aunque su película ‘La pasión de Dodin Bouffant’, pues, francamente, podía haberse quedado sin premiar. Hermosa luz de interior, buen gusto en el encuadre y en la atmósfera, pero, ¿qué más? Directores buenos había dónde elegir, Moretti, Ceylan, Haynes, Bellocchio, Loach, Wenders…

Lo mejor de todo, los premios de interpretación, el masculino para Koji Yakusho, por el increíble trabajo en la película de Wim Wenders, ‘Perfect Days’. Increíble porque demuestra pericia, entrega y orgullo en su tarea de limpiar baños y porque, al tiempo, irradia la imagen y sensación de alguien que sabe encontrar las alhajas que ofrece cualquier día, por muy martes que sea o por muy modestas las cosas que ofrezca. Y el de actriz, también magnífico, entresacado como un bígaro de lo recóndito, para la turca Merve Dizdar, por ese milagro y encanto femenino que le impregna a ‘Las hierbas secas’, otra gran obra de Nuri Bilge Ceylan, una película gigantesca a la que, naturalmente, Östlund es impermeable.

El guion para el filme de Koreeda, ‘Monster’, parece un premio justo que señala lo más y mejor trabajado de esta historia vista desde tres ángulos o perspectivas: el puzle de la verdad con las piezas de ella que pueden construirla.

En fin, que habrá que quedarse con una idea y una intención: Cannes sabe buscar el cine que quiere y sabe elegir al jurado más proclive para premiar lo que le interesa. Y se han visto grandes, grandísimas películas, la de Erice, la de Scorsese, la de algunos de la vieja guardia del cine de autor, pero no están en esa alfombra roja que es el escalón alto del Palmarés.

Palma de Oro a la mejor película: 'Anatomie d'une chute' (Anatomía de una caída), de Justine Triet

Gran Premio del Jurado: 'The zone of interest', de Jonathan Glazer

Mejor director: Tran Anh Hùng por 'La passion de Dodin Bouffant (The Pot-Au-Feu)

Mejor interpretación femenina: Merve Dizdar por 'Kuro Otlar Utsune (About Dry Grasses)

Mejor interpretación masculina: Koji Yakusho, por 'Perfect Days'

Mejor guion: Sakamoto Yuji, por 'Kaibutsu (Monster)'

Premio del Jurado: 'Kuolleet Lehdet' (Fallen Leavaes), de Aki Kaurismäki