cinco minutos de Gloria
En modo Barbie
Se acabó lo que se dada hasta septiembre. 'Barbie'me ha salvado de una profunda depresión
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Llega el cierre de la temporada, queridos lectores. Si todo sigue el curso natural de la vida y sus asuntos nos volveremos a encontrar en septiembre con las espadas en alto. Nos vamos de vacaciones casi exhaustos porque hasta el último momento hemos vivido con ... una exasperante sensación del todo o la nada, de blanco o negro –¿para qué el gris o el naranja o el rosa?–, de fan o detractor… Hasta para ir al cine, he de calzarme el traje de forofo y lanzar patadas al aire como un Bruce Lee experto en autodefensa. Al último fenómeno taquillero, me remito: ¿y tú de quién eres: de la 'Barbie' de Greta Gergig (por cierto 'googleo' su nombre y la pantalla del ordenador se llena de estrellas rosas, genial, mucho destello 'brilli-brilli') o del 'Oppenheimer', de Christopher Nolan? Si se ponen así de pesados, de Barbie, porque la supuestamente anodina 'doll', con las bombas que tiran los fanfarrones, ella se hace tirabuzones. Tal cual se lo cuento.
Mira que mi madre se peleó para que vistiera de rosa cuando era niña, y mira que a mi la muñeca con piernas largas, eternas, me parecía cursi. Pero, desde ya, les aseguro que me apunto a 'jugar' con Barbie arropada por la inteligente lectura que he hecho del personaje de plástico (ahora con debilidades de carne y hueso) y de ese paraíso feminista-empoderado que se llama 'barbilandia' la actriz y directora norteamericana que ya nos sorprendió hace años con su versión de 'Mujercitas'. Greta Gergig no se ha cortado un pelo a la hora de rizar el rizo de la ironía como si se tratara de poner rímel y más rímel a las pestañas postizas de la muñeca. Su película es una patada en todos los… de Ken.
Se me ha subido el ánimo y eso que estaba triste porque Jane Birkin nos había dejado hace unos días. Cruel destino para tan irrepetible personaje a quien algunos, a estas alturas de su (no)vida, aún se empeñan en encasillar como una 'barbie' existencialista, a la francesa. Definitivamente, Ken no te enteras.
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