El oligarca de Putin que quiso ser héroe de Roma
Alisher Usmanov donó dos millones de euros para restaurar una antigua basílica, pero la UE lo considera cómplice del Kremlin en la invasión de Ucrania y congeló sus bienes
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Algunos medios dicen que es una historia increíble, típicamente italiana. Se acaba de inaugurar la restauración de un monumento en el Foro Romano, en el corazón de la Ciudad Eterna, a pocos pasos del Altar de la Patria en la Plaza Venecia, gracias al mecenazgo ... del oligarca Alisher Usmanov, de 70 años, natural de Uzbekistán con nacionalidad rusa, muy próximo al presidente Vladimir Putin.
Tras dos años de trabajo, se han vuelto a reconstruir las columnas originales de la basílica más grande de la Roma imperial diseñada por Apolodoro de Damasco, célebre arquitecto e ingeniero de la Antigua Roma, con clara influencia helénica, al servicio del emperador Trajano. Con los dos millones de euros donados por el oligarca para la reconstrucción de la doble columnata, junto con una parte del gran arquitrabe restaurado, ha renacido al menos una parte importante de la majestuosa Basílica Ulpia, de 170 metros de largo y 60 metros de ancho, elevándose en el perímetro del Foro de Trajano, templo dedicado precisamente a Trajano y a su familia.
El emperador hispano Marco Ulpio Nerva Trajano nació en Itálica y permaneció en el cargo desde el 98 hasta su muerte en el 117 d.C. La basílica fue inaugurada en el año 112 d.C., junto a la Columna de Trajano. La reconstrucción se ha realizado con la técnica de la anastilosis, término arqueológico para describir la recomposición de un monumento en ruinas a partir de sus elementos dispersos, que se recolocan en su posición original.
El mecenazgo del oligarca Usmanov es clamoroso teniendo en cuenta lo que representa en la Rusia de Putin. La ayuda filantrópica se la reconoce el Ayuntamiento de Roma en la página oficial, donde se especifica que «la financiación para la anastilosis de la nave central de la Basílica del Foro de Trajano fue con la aportación del Sr. Alisher Usmanov». Los medios italianos destacan que el final de la restauración no ha sido ocasión para una ceremonia con gran pompa, como se hace habitualmente para una restauración única y la apertura al público de un gran monumento, como es el caso de la Basílica Ulpia. «Es probable que la presencia de un patrocinador tan embarazoso haya motivado la decisión de evitar las inauguraciones solemnes», destaca 'La Repubblica'. Cuando comenzaron las obras en 2021, los amigos de Putin todavía eran bienvenidos en Italia. Especialmente aquellos como Usmanov que, además de lujos, hacían alarde de pasión por el arte.

Enorme fortuna
Desde hace años, el magnate intentó ganar credibilidad como filántropo donando millones de euros, mientras la Unión Europea lo considera cómplice del Kremlin en la invasión de Ucrania, hasta el punto de ordenar congelar todos sus activos. Su país de origen, Uzbekistán, presionó sin éxito a la UE para que levantara las sanciones contra el multimillonario uzbeko-ruso, cuya fortuna se estimaba en unos 19.000 millones de euros, según Forbes. Llegó a ser el hombre más rico de Rusia, después de Putin, claro.
Alisher Usmanov luchó por desvincularse de las consecuencias de la guerra de Moscú en Ucrania, pero siempre se le ha considerado uno de los oligarcas favoritos del presidente ruso. Su hermana Gulbakhor Ismailova también fue golpeada con sanciones al ser la propietaria legal de algunos de los activos de Usmanov, como su yate Dilbar -el nombre de la madre-, de 156 metros de eslora y valorado en unos 600 millones de dólares, confiscado por la Policía alemana en el puerto de Hamburgo.
Era el más grande del mundo cuando se inauguró con pompa magna en Cerdeña, en julio de 2016. Usmanov preparó un programa para una velada de ensueño: fuegos artificiales en torno al yate, gran cena de gourmet y después un espectáculo, invitando a Robbie Williams, Andrea Bocelli, Charles Aznavour y la exprimera dama de Francia, Carla Bruni, en versión musical. Entre sus invitados especiales estaba el entonces viceprimer ministro ruso, Ígor Shuvalov.
«Herido» por las sanciones
Usmanov tenía una estrecha relación con Italia. Solo en Cerdeña tenía cuatro grandes villas -una de ellas a nombre de su hermana-, entre las más suntuosas de la Costa Esmeralda, valoradas en unos 83 millones de euros. En el 2020, tras donar medio millón de euros a Cerdeña para luchar contra el covid, agradeció «la cálida acogida recibida en esta bellísima isla desde hace unos 30 años». Tras la congelación de sus bienes se lamentó con una frase lapidaria: «Las sanciones en Italia me han herido; no se trata así a los amigos». La disolución de la URSS permitió a Usmanov hacerse con su gigantesca fortuna, que comenzó mientras era director de la compañía estatal rusa de energía Gazprom en la década de 1990, aprovechando su papel para construir un conglomerado industrial con participación en sectores como el acero, el cobre, las telecomunicaciones, tecnologías digitales y bancos.
A pesar de su inmensa fortuna, no verá realizado el sueño de ver su nombre en una placa como mecenas de la reconstrucción de la Basílica Ulpia, bajo la Columna de Trajano, monumento erigido para celebrar la conquista romana de Dacia (actual Rumanía).
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