El 'modelo Bukele' contra el crimen inspira a otros países de Iberoamérica
Argentina y Perú han expresado su deseo de aplicarlo, pese a su baja tasa de homicidios; mientras ya lo han hecho Honduras y Ecuador con diferente resultado
Ecuador, el país con mayor índice de homicidios en 2023; frente a El Salvador, con la cifra más baja
El fin (o casi) de las pandillas que ha elevado a Bukele al poder absoluto en El Salvador

«Queremos seguir el modelo que ustedes están llevando adelante». Con estas palabras, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, se dirigía la semana pasada al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en los pasillos del Congreso Político de Acción Conservadora, una ... reunión anual de votantes y políticos republicanos celebrada en Washington, a la que acudieron como invitados, entre otros, el presidente argentino, Javier Milei.
Bullrich elogió las medidas contra el crimen implementadas por Bukele en su país, entre las que se encuentra la aplicación del estado de excepción, que ha llevado a más de 70.000 personas a la cárcel (la mayoría pandilleros de la Mara Salvatrucha y Barrio 18, pero también a personas no vinculadas a ellas); así como la construcción el año pasado de una megacárcel, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), con capacidad para 40.000 presos.
«Haber bajado la criminalidad como la bajaron y todavía soportan las críticas cuando están salvando a millones y millones de personas», lamentó la ministra ante el presidente Bukele, que le contestó ofreciéndole su colaboración: «Estamos a la orden para lo que quieran». Esta interacción se pudo ver en un vídeo grabado y colgado por Bullrich en su cuenta de X, que posteriormente fue retuiteado por el presidente salvadoreño.
No era la primera vez que Bullrich había expresado su interés por las estrategias de Bukele para luchar contra la violencia y la inseguridad en su país. Durante una rueda de prensa ofrecida el pasado 4 de febrero, día de las elecciones presidenciales en El Salvador, el mandatario quiso matizar la idoneidad de implementar su método en Argentina. «El problema de seguridad de Argentina, que existe, no es tal vez tan apremiante como lo era en El Salvador», afirmó. A lo que añadió que si bien se pueden aplicar algunas cosas, «no tendría que ser tan drástico».
De una masacre diaria y un país controlado por las maras (bandas criminales) a una sociedad donde se cuida la vida. Una experiencia donde se cuida a la gente y el delincuente no es bienvenido. ¡Hacia allí vamos! pic.twitter.com/IPEVvWXyIv
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) February 23, 2024
Reclamo electoral
La lucha contra la inseguridad fue uno de los pilares de la campaña de Milei en Argentina, un país con una población de más de 46 millones de personas (frente a los 6,3 de El Salvador) y una tasa de homicidios de 7, 2 muertos por cada 100.000 habitantes en 2022 (no se conoce el dato de 2023) muy lejos de los más de 100 de El Salvador antes de que Bukele llegara al poder.
Otro país que se ha interesado por el método de Bukele es Perú, que tiene una tasa incluso menor (3,2) de homicidios. El primero en hacerlo fue el actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, durante la campaña para las municipales, afirmando incluso que ya se había puesto en contacto con el Gobierno salvadoreño, aunque después, ya elegido, se retractó. «Es un tema completamente distinto, el Perú tiene su propia dinámica».
Sin embargo, más recientemente, el Gobierno de Dina Boluarte envió al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, a El Salvador a observar «la logística carcelaria» de ese país, según confirmó hace unos días el portavoz del Ejecutivo. Alberto Otárola destacó las «infraestructuras modernas y eficaces» donde se encuentran los presos más violentos del país centroamericano. Arana también se habría reunido con «el sector de justicia para ver la viabilidad» de implementar esas cárceles en Perú, un país que tiene superpoblación en sus prisiones, desde donde los delincuentes siguen manejando la criminalidad en el exterior, algo que el sistema de Bukele ha desterrado de sus centros penitenciarios.
Pero antes que Argentina y Perú, fue Ecuador el que se vio obligado a endurecer de manera extraordinaria sus medidas contra el crimen, con la declaración el pasado mes de enero del «conflicto armado interno» por parte del recién llegado al poder Daniel Noboa. El incremento de los homicidios y de los enfrentamientos y motines en las cárceles, que provocó la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, líder del mayor grupo criminal del país, Los Choneros, puso al país en una dramática situación.

Tasa de homicidios en América Latina en 2023
Tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes
México
23,3
Belice 21,5
Honduras 31,1
Nicaragua 6,2
Guatemala 16,7
Guyana 19,7
El Salvador 2,4
Surinam 4,9
Venezuela
26,8
Costa Rica 17,2
Colombia
25,7
Panamá 11,5
Ecuador
44,5
Perú
3,2
Brasil
18,7
60 +
50-60
Paraguay
6,2
40-50
30-40
Chile
4,5
Uruguay 11,2
20-30
10-20
0-10
Sin datos
Fuente: Insightcrime.org / ABC

Tasa de homicidios
en América Latina en 2023
Tasa de homicidios
por cada 100.000 habitantes
Belice 21,5
México
23,3
Honduras 31,1
Nicaragua 6,2
Guatemala
16,7
Venezuela
26,8
Guyana 19,7
Surinam 4,9
Colombia
25,7
El Salvador
2,4
Costa Rica 17,2
Perú
3,2
Panamá 11,5
Brasil
18,7
Ecuador 44,5
60 +
Paraguay
6,2
50-60
Chile
4,5
40-50
Uruguay 11,2
30-40
20-30
10-20
0-10
Sin datos
Fuente: Insightcrime.org / ABC
Las medidas tomadas parecieron convertir a Ecuador en un país que replicaba el modelo de El Salvador, criticado por organismos internacionales y ONG por la violación de derechos humanos. Incluso hay quienes apreciaban ciertos parecidos estéticos entre Noboa y Bukele. Sin embargo, el presidente ecuatoriano ha querido marcar algunas distancias. Si bien el pasado mes de enero anunciaba su intención de levantar dos megacárceles, construidas por la misma empresa que realizó el Cecot, según recogió Infobae; Noboa, recientemente ha matizado, en declaraciones a la CNN, que este tipo de cárceles ya existían «en México, Tailandia, Singapur o Colombia» antes que en El Salvador.
Sin embargo, el primero en seguir el método Bukele fue Honduras, un país golpeado por la violencia de las pandillas y delitos como la extorsión. El intento por acabar con este último llevó a Xiomara Castro a decretar el régimen de excepción parcial en diciembre de 2022, que todavía se mantiene. Transcurrido más de un año, los resultados no han sido muy positivos, pues ha provocado que aumente la extorsión –ha pasado del 9% al 11%, según InSight Crime– y han aparecido más grupos que extorsionan. En el haber, tan solo se han conseguido 19 condenas.
Dificultades para aplicarlo
Muchos analistas han señalado las dificultades para trasladar el modelo Bukele a otros países de la región, como la diferencia de grupos criminales –las maras tienen menos conexiones internacionales–, el tamaño de población, de número de fuerzas de seguridad –434,9 agentes por cada 100.000 habitantes en El Salvador, frente a los 173,3 policías en Honduras han implementado el régimen de excepción– y de situación política. En El Salvador, la ausencia de una oposición fuerte y la aglutinación de poderes en torno al presidente han facilitado su aplicación y su éxito a la hora de reducir el crimen.
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