Israel advierte que la guerra en Gaza será larga y habrá «escenas difíciles de digerir»
Una caravana interminable de excavadoras y blindados y campos enteros convertidos en aparcamientos para tanques dibujan el escenario de la operación terrestre a las puertas de la Franja
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Sigue en directo la guerra entre Israel y Hamás
Una semana después del ataque sorpresa de Hamás, la «venganza» prometida por Benjamín Netanyahu avanza a golpe de los mayores bombardeos que se recuerdan en Gaza y entra en una nueva fase. El Ejército de Israel lanzó un ultimátum de 24 horas a los ... residentes en el norte de la Franja para que abandonaran la zona y se trasladaran al sur, pero no ofreció un alto el fuego, por lo que quienes emprendieron la huida lo hicieron en mitad del fuego enemigo. Israel preparó a sus aliados para una «guerra larga y dura», como adelantó Netanyahu, y espera que «cuando las cosas se pongan feas» y «las escenas de Gaza sean difíciles de digerir» se mantengan firmes a su lado, en palabras del portavoz militar Jonathan Conricus.
La acumulación masiva de fuerzas en la frontera, una caravana interminable de excavadoras y blindados cargados en camiones y campos enteros convertidos en aparcamientos para tanques dibujaban el escenario de una operación terrestre a las puertas de Gaza, a la altura de la localidad de Zikim. Este es el último puesto de control hasta el que permite acceder el Ejército a la prensa, a partir de aquí ya es zona de guerra. A pocos kilómetros, en el ministerio de Defensa situado en Tel Aviv, Netanyahu reunió por primera vez al recientemente creado gobierno de emergencia para analizar la situación en el frente.
El tema de los rehenes en manos de los islamistas, que superan el centenar, parecía que podía ser un talón de Aquiles que condicionara los movimientos de Israel, pero el Ejército no ha variado sus planes. Las fuerzas especiales informaron de «un esfuerzo para localizar a los israelíes secuestrados», pero no se ofrecieron detalles sobre este movimiento.
Mensaje de evacuación
Los gazatíes recibieron un mensaje del Ejército a primera hora de la mañana que les pedía abandonar el norte de la Franja y buscar refugio en la parte sur, más allá del río. El portavoz del Ejército consideró este anuncio como «un paso humanitario para reducir víctimas civiles» y acusó a Hamás de combatir en zonas urbanas y usar a los civiles como «escudos humanos». Los militares publicaron un mapa para indicar la ruta a seguir a ese millón de personas a las que pide que se vayan en mitad de los bombardeos más duros que nunca ha sufrido la Franja.
Este mensaje afecta a más de un millón de personas y recibió la respuesta inmediata de Naciones Unidas, que dijo que ese movimiento masivo de población resulta «imposible» sin que tenga «consecuencias humanitarias devastadoras», en palabras del portavoz Stéphane Dujarric. El organismo internacional hizo un «firme llamamiento» a que esta orden «sea rescindida para evitar que una situación que ya es una tragedia se convierta en una situación desastrosa».
Ante la previsión del endurecimiento de la situación, la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) decidió reubicar su principal centro de operaciones y su personal no local en el sur para continuar con sus operaciones humanitarias.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificaron la medida de Israel de «sentencia de muerte» para aquellas personas «gravemente enfermas cuyas lesiones significan que su única posibilidad de supervivencia es estar conectados a soporte vital, como ventiladores mecánicos».
«Propaganda» enemiga
Hamas pidió a la gente que no hiciera caso de la «propaganda» enemiga. A lo largo de día miles de personas emprendieron la ruta al sur, muchos a pie, pero no se registró un éxodo masivo de población tal y como se podía pensar en los primeros momentos. «No me voy, si salimos todos seremos más de un millón y no lo veo nada claro. La mayoría nos quedamos, no tenemos a donde ir, que sea lo que Dios quiera», era la respuesta de Kayed Hammad, cooperante y productor consultado en la Ciudad de Gaza.
Los islamistas llamaron a un «día de la ira» que tuvo gran seguimiento en Cisjordania donde, después de la oración del mediodía, se registraron violentos choques con las fuerzas de seguridad en lugares como Yenín, Ramala, Nablus, Hebrón o Tulkarem. Al menos 11 palestinos fueron abatidos por disparos israelíes en las marchas en solidaridad con Gaza. Ya han muerto 44 palestinos en los territorios ocupados desde el inicio de la guerra en la Franja lo que indica que la tensión está en todo lo alto.
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La frontera con Egipto estuvo cerrada un día más y las autoridades de El Cairo dejaron claro que no están dispuestas a recibir una oleada de refugiados. La ayuda de países como Jordania, Irak o Turquía ya están en el aeropuerto de Al Arish, pero con el paso egipcio cerrado no puede llegar hasta Gaza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, instó a Israel a permitir la entrada de ayuda, pero no obtuvo respuesta de ningún tipo.
Apoyo de Estados Unidos
Antes de dar el ultimátum de evacuación del norte de Gaza, Israel recibió las visitas del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y del de Defensa, Austin Lloyd, que le ofrecieron un respaldo total. Washington calificó la orden de evacuación de un millón de civiles en 24 horas de «tarea difícil», pero los consideró una «advertencia justa» para los civiles, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Finalizados sus encuentros en Israel y Jordania, donde vio al desaparecido presidente palestino Mahmoud Abás, Blinken voló a Qatar, el país que apoya de manera más firme a Hamás. Esta visita puede resultar clave para determinar el tiempo que puede durar esta guerra.
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