La otra cara del Día del Padre: ¿cómo afrontan los más pequeños la pérdida o ausencia de este?

En este bombardeo actual, cabe preguntarse, ¿cómo afecta toda esta atención sobre la figura paterna a los niños que experimentan su pérdida? ¿Qué efectos tiene a nivel psicológico? Así los describe la psicóloga Ana García Crespo, profesora del Grado de Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), máster en Psicología de la Educación, Doctorada en Criminología, profesora del Grado en Psicología, del Máster de Psicología de la Intervención Social y Comunitaria y en el Máster de Psicología Jurídica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

¿Qué efectos tiene a nivel psicológico no tener la figura del padre presente?

Hoy en día, hay muchos tipos de familias, y el impacto de la ausencia del padre depende de si estuvo presente en algún momento y como de involucrado estuvo en la crianza del menor. Los efectos pueden variar según el ambiente familiar y el apoyo que tenga el menor. En general, cuando falta una figura paterna o cualquier otra persona que haya tenido un vínculo cercano y saludable con el menor, esto puede afectar su desarrollo emocional, social y escolar. También se ha relacionado con problemas de conducta, bajo desempeño académico y dificultades para construir su identidad y relaciones en el futuro.

Entiendo que no afecta igual a las hijas que a los hijos.

Muchos aspectos influyen en los menores, y uno de ellos es cómo en casa se les habla y enseña sobre los roles de género. La forma en que la familia maneja este tema impacta en cómo los menores aprenden a relacionarse, expresar lo que sienten y construir vínculos con los demás, ya que suelen imitar lo que ven a su alrededor. Cuando el padre no está presente, tanto hijos como hijas pueden verse afectados, pero la forma en que lo enfrenten y las consecuencias pueden variar según el género, especialmente si han crecido con una educación basada en esas diferencias.

Cuando esta figura no existe, ¿siempre se tiende a buscar a alguien que la supla? ¿Puede llegar esta 'sustitución' a cubrir ese hueco?

En psicología no se puede decir que algo pasa siempre o nunca, porque el comportamiento de un menor y su familia depende de muchos factores, como las emociones, el entorno social y la educación. A veces, cuando alguien en la familia deja de estar presente, es necesario hacer ajustes en la dinámica familiar, lo que puede implicar que otros miembros asuman nuevos roles para adaptarse a la situación y sobrellevar el proceso de pérdida.

La publicidad nos machaca con la celebración del Día del Padre. ¿Cómo afecta toda esta atención sobre la figura paterna a los niños que experimentan su pérdida o que nunca han tenido esta figura?

La publicidad del Día del Padre suele mostrar al padre como un héroe protector, un compañero de juegos y una figura de amor incondicional, idealizando la paternidad. Esta intensa promoción de la jornada puede afectar emocionalmente a los menores que han perdido a su padre o nunca lo han tenido, reforzando sentimientos de tristeza, vacío y exclusión, especialmente si ven este tipo de contenido con frecuencia ya que muestran un modelo de familia que no siempre coincide con su realidad. La publicidad no solo busca vender productos, sino que también moldea la forma en que los menores ven el mundo. Por eso, es importante estar atentos a los mensajes que reciben y guiarlos para que puedan interpretarlos de manera saludable.

Cuando los niños son pequeños (Infantil y Primaria) en clase preparan regalos y recuerdos. Pero la tendencia es a suprimir esta celebración para que nadie que no tenga esta figura se sienta mal. ¿Qué opina de esta tendencia?

La educación inclusiva es clave en fechas como el Día del Padre o el Día de la Madre porque reconoce la diversidad familiar y evita que menores sin una de estas figuras se sientan excluidos o tristes. No todas las familias siguen el modelo tradicional. Adaptar la enseñanza y las actividades escolares a esta diversidad ayuda a que todos los menores se sientan valorados y representados.

Además, fomenta la empatía, el respeto y el reconocimiento de distintas realidades familiares, promoviendo un ambiente escolar más inclusivo y saludable emocionalmente.