Don Letts: «España tiene un espíritu punk innegable»
El legendario y multidisciplinar artista británico publica nueva música con el sello español Mushroom Pillow

Sería fútil describir al archi polifacético Don Letts (10 de junio de 1956, Londres) tirando de la consabida retahíla de «músico, productor, periodista, escritor, cineasta…», porque este caballero británico es de esos que de verdad encajan como un guante en el perfil de artista renacentista. Ha hecho tantas cosas diferentes en su vida y ha sido testigo de tantos momentos históricos de la música popular de la segunda mitad del siglo XX, que quizá convenga dejarlo en 'maestro', o como lo definió Jim Jarmusch, «un catalizador para las mentes y los espíritus».
Su salto a la popularidad se produjo en 1978 cuando dirigió 'The Punk Rock Movie', uno de los documentales favoritos de Martin Scorsese e incluso de Federico Fellini, que describió a Letts como un «terrorista visual» justo en el momento en que este rasta espigado se estaba erigiendo como uno de los máximos responsables de la introducción de la música jamaicana en la escena punk británica, influyendo primero a The Clash y tras ellos a muchos más.
Miembro fundador de la banda Big Audio Dynamite, realizador de videoclips y documentales para The Pretenders, The Jam, The Clash o Franz Ferdinand, director de su propio programa en la BBC, protagonista del reciente documental 'Rebel dread' sobre su vida (con apariciones de miembros de Soul to Soul, Massive Attack, PIL, Public Enemy, Sex Pistols, Beastie Boys y muchos más), Letts es uno esos eruditos que puede decir que estuvo 'allí' para verlo todo con sus propios ojos.
Este verano, lo que fuera en su momento el folk más vanguardista de Sudamérica ha pasado a manos de este genio que, junto al productor italiano Gaudi, ha aplicado sus vastos conocimientos de dub para deconstruir y volver a montar una canción grabada por los venezolanos Un Dos Tres Y Fuera en los años setenta. Se trata de 'Relafica Negra En Tiempo De Siembra', un joyita que va a ser publicada en vinilo por Relatin, un nuevo proyecto del sello Mushroom Pillow que reimagina el mundo latino de décadas anteriores desde un punto de vista actual, mediante singles con colaboraciones de artistas, Dj's y productores que trabajan sobre los masters originales y aportan una visión propia para disfrutar aquellas músicas de una forma nueva y refrescante. Y bueno, ¿es Letts noticia por una sola canción? Por supuesto que sí.
Me dicen que el pre-order de su nuevo single está casi agotado. Sienta bien saber que hay tanta gente esperando a que haga el menor movimiento, ¿no?
Pues vas por delante de mí, porque no tenía ni idea. Obviamente es una gran noticia que haya gente interesada. Es justo lo que buscaba, tener una oportunidad para volver a comunicarme con los melómanos una vez más, especialmente con los más jóvenes.
¿Cuándo escuchó Un Dos Tres y Fuera por primera vez?
Mushroom Pillow contactó conmigo y me propuso trabajar sobre varias canciones. Tuve que decidir cuál sería más interesante para sumergirme en ella, y elegí la que me sonaba más orgánica y con mejores posibilidades de acomodarse a mi sonido.
El concepto de 'versión' va mucho más allá en el mundo del dub que en el del pop, ¿no es así?
Cierto. En el pop, hacer una versión es poco más que crear una reinterpretación de un tema. Pero en el dub, hacer una versión es crear un espacio nuevo para ese tema, de manera que el oyente pueda navegar en él de un modo totalmente diferente. No sé si eso tiene algún sentido (risas). En el dub, el concepto de versión es infinitamente más libre.
«Me sentí devastado por la muerte de Lee 'Scratch' Perry, era el Salvador Dalí del sonido jamaicano»
En cierto modo, el single parece seguir la estela de su última recopilación, 'Version Excursion'.
Comparten el modus operandi del dub, que fue un género que nació en Jamaica como un experimento sonoro creado por gente como Lee 'Scratch' Perry. Ahora es parte de la música popular.
¿Cómo se sintió cuando se enteró de su muerte, hace ahora justo un año?
Como todos. Devastado. La gente tiene que entender que este artista de la producción fue un revolucionario. Me voló la cabeza en 1969, cuando tenía trece años, en el momento en que escuché su canción 'Tackro'. Era una cosa extrañísima que no tenía nada que ver con lo que había oído antes. Desde aquel año, hasta el momento de su muerte, Perry expandió las fronteras del dub de un modo increíble. Fue el Salvador Dalí del sonido jamaicano.
La música jamaicana fue sin duda uno de los elementos que hizo al punk británico tan diferente del estadounidense, ¿verdad?
Por supuesto. El punk americano era más rudo por definición, más rápido y feroz. Y a la vez, en cierta forma era más intelectual porque los punks americanos solían tener veintitantos años. En Inglaterra, los punk eran adolescentes de quince años que buscaron un sonido similar, pero haciendo algo diferente con él: politizarlo, y darle una estética muy determinada. En Inglaterra, la combinación de música y estética siempre ha sido más importante. Pero definitivamente, el entendimiento con las músicas jamaicanas fue algo que incluyó muchísimo en la construcción de su identidad. En Estados Unidos no ocurrió nada parecido hasta que surgieron los Bad Brains.
El documental 'Rebel Dread' muestra todo esto de una forma muy clara.
Para mí ha sido muy raro ser el protagonista de un documental que no he dirigido yo. Es muy extraño para mí, sobre todo porque no me gusta estar en primera línea. Me gusta trabajar en las sombras. Lo hice con la intención de transmitir las experiencias y la energía que me hicieron como soy, porque creo que la música tiene el potencial de ser una herramienta de cambio personal y social. Además, explica que yo no salí de la nada, y que crecí estudiando músicas que eran muy anteriores a la mía.
Una vez dijo que el punk y el reggae le abrieron los ojos, y se dio cuenta de que ser fan del funk y el soul americano era una especie de emulación de otra cultura que no era la suya.
Cuando el punk y el reggae estallaron en Inglaterra, la música de la clase trabajadora era el soul, que venía de América. Pero llegó un momento en que me di cuenta de que en sus letras se reflejaban aspiraciones muy burguesas. No me parecía que tuvieran la menor conexión con la realidad policial y social que se vivía en Inglaterra a mediados de los setenta. El soul era puro escapismo, y toda esa escena musical era escapista. Cuando llegaron el reggae y el punk enseguida sentí que hablaban de mi vida, de mi situación social. Sus letras eran relevantes para mí en su análisis social.
Doy por sentado que conoce a Los Saicos, considerados la primera banda punk de la historia.
Si te soy sincero, no. O quizá no me acuerde, porque tengo 66 años y mi disco duro está a punto de explotar (risas). Pero fíjate, confío en el destino, y creo que hoy el destino me ha deparado hablar contigo y que me des esa pista para investigarla en cuanto terminemos de hablar.
Juraría haberle visto hablar sobre ellos en alguna entrevista… Nacieron en Lima, Perú, en 1964.
Es que la gente se cree que el punk nació en los setenta, y eso es una mentira como una catedral. La manifestación punk de los setenta es sólo una de las encarnaciones del género, pero es algo mucho más grande que eso. El punk es más que guitarras frenéticas y agresivas. Es actitud, una actitud que dirige tus pasos en todo lo que hagas en la vida. Puedes ver ejemplos de ello constantemente. No es algo británico, ni estadounidense, es algo que pertenece a cualquiera que tenga la motivación de romper las normas.
«El sitio más difícil para encontrar punk, hoy en día, es la música»
Pero si hablamos de lo que todo el mundo entiende por punk, es decir, agresividad, rebelión y peligro, la primera canción que se adecúa al canon quizá sea 'I got a right' de los Stooges en 1971, ¿no cree? Encaja más en ese estándar que canciones anteriores del grupo, o incluso de MC5 o los Deviants.
Sí te restringes a ese canon quizá, pero para mí, hacer esa restricción es un error de concepto. Es lo que te he dicho antes. Tocar a toda leche y gritar es sólo una expresión del punk.
Pero es la más popular.
Sí, por supuesto. Pero a mí, a Don Letts, eso le parece simplista. Por ejemplo, Sun Ra para mí es punk en estado puro. Hay folk muy antiguo que es puro punk, porque encaja en la actitud y el espíritu, no en un estilo de sonido. Pero si quieres hablar de canon de sonido, efectivamente los Stooges, MC5, Thirteen Floor Elevators o incluso Question Mark & The Mysterians encajan ahí. Pero permíteme que insista, eso es muy simplista. El punk es personalidad, nunca imitación.
Pero si el punk puede ser tantas cosas, entonces no es ninguna.
¡Eso es! Ahora lo has entendido. Cuando entiendes eso, es realmente liberador (risas). Para hacer punk no necesitas ni una jodida guitarra. Se puede ser profesor y ser punk, se puede ser político y ser punk.
Eso último le va a traer problemas (risas).
¡Es que es verdad! ¡Totalmente verdad!

¿Dónde está la contracultura hoy en día, en un mundo tan jodido?
El mundo siempre ha estado jodido. La paz es sólo una pequeña interrupción de la guerra. La lucha entre la luz y la oscuridad es algo eterno, y si ahora miras al mundo, puedes seguir encontrando cosas que elevan el espíritu y animan a seguir luchando en el lado de la luz. ¿Donde están esas cosas? Por ejemplo, en el punk. Y la cuestión es que ahora mismo se puede encontrar el punk en muchas cosas, aunque ya no en la música. De hecho, la música es el sitio donde es más difícil encontrar el punk actualmente. Porque ahora, el negocio de la música consiste en empaquetar clones en cadena y dárselos al público en masa. En el siglo XXI se están imponiendo nuevos valores entre los artistas. Si las aspiraciones de los artistas son darse paseos glamourosos por alfombras rojas y salir en la MTV, no sé dónde coño vamos a poder encontrar el punk. El punk es mandar todo eso a la mierda y proclamar que tienes tus propios valores.
¿Qué le parece que un canal como Disney sea el que emita la nueva serie sobre los Sex Pistols?
No la he visto. Pero Danny Boyle es un cineasta increíble y seguro que ha hecho un buen trabajo. Los puristas seguro que empiezan con sus chorradas de «esto no fue así, aquello no fue asá», pero tienen que entender que es una serie dramática, es una versión dramatizada de lo que pasó. Además, Boyle seguro que no intenta apelar a gente de sesenta años, sino a gente de veinte. Que les jodan a los puristas sesentones, me encanta provocarles (risas).
¿Le gusta el punk español?
No voy a decir que soy un experto, pero las cosas que he escuchado me gustan mucho. Lo que pasa es que no tengo buena memoria para decirte nombres. En España hay un espíritu punk innegable, que fue el que Joe Strummer fue buscando en sus viajes por vuestro país. Por eso Joe amaba tanto España.
¿Cree que el coleccionismo de vinilo tiene mucho futuro por delante?
Para mucha gente se está convirtiendo una pasión bastante elitista, porque muchos compran el vinilo, lo ponen en la estantería y ahí se queda como objeto de decoración. Hay un dato que lo demuestra: se compran muchísimos más vinilos que antes, ¡pero la venta de tocadiscos no ha subido una mierda! Yo nunca dejé el vinilo, para mí es un artefacto cultural tangible, y eso me da mucho placer. Meterme a bucear en la colección de vinilos de otra persona me parece una de las cosas más sensuales del mundo (risas). Pero conectarme a internet para ver tus playlists, no tiene nada de sexy. Lo digital tiene su sentido cuando viajas, ¡Dios bendiga el iPhone!, pero el placer de elegir un disco entre muchos otros, sacarlo, olerlo y colocarlo bajo la aguja es una tradición que no mucha gente entiende a estas alturas. ¡Lo malo es que es muy caro!
¿Podría contarme cómo fue su primer encuentro con Bob Marley?
¡Claro! Le vi tocar en un teatro en Londres, y después del concierto, me metí en mi coche y perseguí a su furgoneta de gira por las calles de la ciudad. Ellos miraban hacia atrás y pensaban, ¿quién coño es este tío que nos sigue todo el rato?
¡La CIA!
(Risas) No, la CIA no podía ser por mis pintas. Cuando llegamos al hotel, nos bajamos de los vehículos, me presenté y me dejaron subir con ellos a la habitación de Bob, donde había otros amigos suyos. Me quedé en una esquina bastante cortado porque todos se conocían entre sí, y al rato vi que aparecía un grupo de rastafaris para presentarle sus respetos. Por supuesto, todos ellos llevaban marihuana, y al cabo de un rato, Bob se la había fumado toda. La de todos y cada uno de ellos (risas). Entonces saqué una bolsita de hierba que llevaba en el bolsillo y se la ofrecí para que pudiera seguir fumando. A las tres de la mañana, ya se había terminado toda de nuevo. Entonces se acercó a mí y me dijo que me sentara con él a charlar. Desde ese momento nos hicimos amigos. Era 1977, y él vivía en King's Road, en Chelsea. Se había mudado a Inglaterra tras ser tiroteado en Jamaica por unos asaltantes en su propia casa, y decidí que mi misión era cuidar de él.
Una vez tuvo que explicarle qué era exactamente el punk, ¿verdad?
Sí. Una noche que fui a verle yo llevaba puestos unos pantalones muy punkies, y cuando él me vio, me dijo: «¡Joder, tú también eres uno de esos 'nasty-punk-rockers' (asquerosos punks)!». Su única fuente de información sobre el punk eran los tabloides británicos, que evidentemente daban una visión muy negativa del movimiento. Así que me senté y le dije:« Te lo voy a explicar Bob. Para empezar, los punks también somos rebeldes, como tú y todos los rastafaris». Pero él me respondió: «¡Venga ya, vete por ahí con tus gilipolleces!». Me fui del hotel avergonzado y con un bajón tremendo. Pero apenas dos meses después, ¿sabes qué canción publicó Bob? 'Punky-reggae party'. Ahí me di cuenta de que por fin había entendido lo que le dije.

¿Qué planes tiene por delante?
Para empezar, uno muy extraño para una persona de 66 años: firmar mi primer contrato discográfico como artista solista, con el sello Cooking Vinyl. Durante el confinamiento no pude estarme quieto, y creé un disco con la ayuda de Gaudi y de Youth, de Killing Joke. Publicar ese disco son mis próximos planes.
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¿Y venir a España a presentarlo?
No está en mis planes dar conciertos ni salir de gira… Cuando hice el disco no pensé en nada más allá de lo creativo. No quiero ponerme a pensar en temas comerciales. Sólo he querido grabar la banda sonora de mis pensamientos.
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