El animal singular
El lapsus de Urtasun
El ministro Urtasun, en apenas un par de semanas, ya ha dejado claro que su administración estará marcada por batallas culturales y trincheras poéticas
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Los 'lapsus linguae' de los políticos suelen provocar la risa y el escarnio del público. Son momentos en que el pueblo se toma una pequeña venganza de esos líderes que, invariablemente, lo defraudan. En épocas turbulentas, una vez pasada la risa, conviene prestar atención a ... lo que esos deslices revelan pues, con frecuencia, anuncian lo que se esconde (lo que siempre esconde) el discurso político.
Yo recuerdo el caso de Francisco Carrasquero, presidente del Consejo Nacional Electoral en Venezuela entre los años 2003-2005, quien en unas ya célebres declaraciones dijo que el organismo que él presidía garantizaba la «tramparencia» del proceso electoral. Esa elusiva «s» que se le escamoteó en el momento menos oportuno, anunciaba todas las mentiras, los fraudes, los manejos oscuros y las coacciones que el gobierno de Hugo Chávez orquestaría por aquellos años y en los siguientes para permanecer en el poder.
En España, el sanchismo ya está dando sus propios ejemplos. El más reciente y sonoro fue el del nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien, para homenajear a la escritora Gloria Fuertes en el aniversario de su fallecimiento, compartió en la red social X la siguiente perla: «Hoy hace 25 años que nos falta Gloria Fuertes, medio lustro sin una poeta y una cuentista libre». Que un ministro de Cultura crea que un lustro, un periodo de cinco años, son cincuenta años, ciertamente, da risa y algo de pena.
Los 'lapsus linguae' de los políticos suelen provocar la risa y el escarnio del público
Pero yo no puedo dejar de ver en ese error una imagen que, quizá, nos diga algo del tiempo que vendrá. ¿Quiso decir el ministro que la gestión de Sánchez II, prevista para durar 4 años, es decir, casi un lustro, será tan insufrible que parecerán cuarenta? ¿O nos está advirtiendo, más bien, que el sanchismo planea quedarse por mucho más tiempo de lo que pensamos?
El ministro Urtasun, en apenas un par de semanas, ya ha dejado claro que su administración estará marcada por batallas culturales, trincheras poéticas y alambradas líricas contra la ultraderecha. En vista de esto y que, como venezolano, vengo del futuro, me animo a hacer yo también de pitoniso. Así, pronostico que el próximo Premio Cervantes será para Antonio Muñoz Molina, quien lleva tiempo haciendo méritos con sus larguísimas y somnolientas homilías en forma de artículos donde nos explica siempre muchas cosas, desde cómo leer 'Lolita' de la manera correcta hasta cómo distinguir una dictadura real de una falsa.
Las falsas dictaduras, ya se sabe, son las de izquierda porque, o bien la gente exagera o bien no se trata de la verdadera izquierda (que es siempre ubicua). Aunque, por aquello del feminismo, quizás el Cervantes se lo tengan que dar primero a Elvira Lindo. Y si la menciono no es porque yo piense que Lindo no tiene una existencia independiente de su pareja. Lo digo porque, para mí, el tándem Lindo-Muñoz Molina es el equivalente literario del dúo Pimpinela. Cuando leo algo sobre Muñoz Molina, mi mente completa: «Elvira Lindo». Y viceversa. Una especie de perífrasis que no puedo reprimir y que traigo a colación para que el señor ministro de cultura vea que esos lapsus les suceden tanto a los héroes como él como a los simples mortales.
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