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El Congreso tumba por K.O. la ley Sinde

La ministra de Cultura no consiguió ayer el apoyo de ningún partido en la votación para aprobar el texto antidescargas, que pasará ahora al Senado

EFE

S. GAVIÑA

Al filo de las diez y media de la noche la ley Sinde era rechazada por 20 votos en contra, pertenecientes a todos los grupos parlamentarios menos el socialista, frente 18 votos a favor del partido en el Gobierno. La decisión fue recibida entre aplausos. De esta manera se rubricaba lo que se venía sospechando, y más tras el fracaso de las negociaciones entre CiU y el PSOE que se vinieron desarrollando durante toda la jornada de ayer. Si bien el portavoz de CiU ya anunció la ruptura del diálogo a la una y media de la tarde, el aplazamiento de la votación hasta las 9 de la noche daba margen para retomarlas in extremis. Sin embargo, no ha sido así. Ahora el texto pasará al Senado.

El suspense por la aprobación o no de la ley Sinde estuvo presente a lo largo de todo el día de ayer. Desde que comenzaron las comparecencias en la Comisión de Economía del Congreso, hasta la votación que tuvo lugar finalmente, después de ser aplazada en varias ocasiones, al filo de las nueve de la noche. A pesar de los pronunciamientos de los diferentes grupos parlamentarios —PP, PNV, CiU, ICV, ERC, Coalición Canaria— en contra de la Disposición Final Segunda de la Ley de Economía Sostenible (LES), que permitirá el desalojo o bloqueo de páginas web que vulneren los derechos de la propiedad intelectual, no todo estaba dicho. Cabía la posibilidad de que el PSOE siguiera negociando con los grupos, y en particular con CiU, para poder sacarla adelante.

Pacto global

La jornada de ayer, larga e intensa, tuvo como gran protagonista a CiU, partido clave en la aprobación de la ley Sinde, tras el nulo apoyo del resto de partidos. Su portavoz, Josep Sánchez Llibre, mantuvo durante toda la Comisión de Economía celebrada ayer una interminable negociación —por teléfono— con el PSOE para alcanzar un pacto global respecto a la LES, que finalmente no llegó. Pero, hasta constatar este punto, el suspense estuvo servido. Mientras cada partido desgranaba sus argumentos para votar en contra de la ley Sinde, el portavoz de CiU mantuvo una conversación paralela.

La primera intervención fue la del PP, que se refirió a la LES como «un texto de buenas intenciones» pero incapaz de atender a las necesidades de la economía española. «Es una cortina de humo». En cuanto a la ley Sinde, aseguró que faltaba «un procedimiento garantista a nivel judicial», por lo que mantuvo su enmienda a la disposición. (Mientras tanto, en el fondo de la sala, Sánchez Llibre, continuaba, móvil en mano, negociando). En su intervención, el PNV no desveló nada que no hubiera contado ya: su rechazo a la ley Sinde. Su portavoz pidió una revisión de la Ley de Propiedad Intelectual y que se votara de manera separada la disposición. (Y Sánchez Llibre seguía hablando por teléfono...) A continuación, ICV y ERC comparecieron juntos. El primero pidiendo la «eliminación» del texto antidescargas (enmienda rechazada en la votación) y que en la Comisión de la Propiedad Intelectual se incluyera a los usuarios; el segundo, subrayando su oposición a la ley Sinde: «No se pueden poner puertas al campo». Tras acusar al Gobierno de legislar «por la puerta de atrás», ERC pidió la votación por separado de la disposición, a lo que también se sumó Coalición Canaria

Ruptura de negociaciones

Poco antes de la una de la tarde llegó el momento estelar: la comparecencia del partido que parecía tener la clave, CiU. Sánchez Llibre no dijo ni sí ni no, tan sólo que el partido todavía estaba en conversaciones con el PSOE para lograr un acuerdo global de la LES. «Todavía estamos negociando». El suspense se mantenía. La ronda de intervenciones la cerró el PSOE, el único valedor de la polémica ley: «Siempre hemos buscado una posición de equilibrio». Su portavoz aprovechó para desmentir que el Gobierno intentara aprobar la ley sin discutirla, «como se está demostrando, está habiendo debate».

Sin embargo, cuando ya nadie lo esperaba y una vez levantada la sesión, fijando la votación para las 15,30 horas, estalló la noticia: «CiU votará en contra, no ha llegado a un acuerdo», anunciaba a los periodistas la jefe de prensa del partido catalán. Unos minutos después, Sánchez Llibre lo confirmaba de manera oficial: «Finalmente no ha sido posible conseguir un pacto global en la Ley de Economía Sostenible, en temas financieros, económicos, de medio ambiente, educación..., lo que supone el voto en contra de CiU a toda la LES». Una ley que, según Sánchez Llibre, «debería implementar la actividad económica, cosa que no logra porque es dispersa, confusa y heterodoxa y no resuelve el principal fin: inspirar confianza para levantar la economía». El portavoz de CiU no quiso entrar a valorar la ley Sinde, a la que su partido no han presentado ninguna enmienda, pero que, en su opinón, debería buscar «el quilibrio entre las nuevas tecnologías y la cultura». Una hora y media antes de que se consumara la votación, el portavoz de CiU aseguraba que su decisión no iba a cambiar: «Soy un profesional». A las 15,30 la votación sufría un nuevo aplazamiento debido al pleno. Todavía había tiempo para más negociaciones y también para más suspense, aunque el final de la historia parecía estar ya escrito.

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