Trump ordena eliminar el departamento de Educación de EE.UU.
El presidente quiere que sean las familias y los estados los que decidan la educación que se da a los hijos
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este jueves un decreto que ordena el desmantelamiento del Departamento de Educación y la transferencia del control educativo a los estados y las familias. La medida, que cumple una de sus promesas de campaña, busca eliminar la supervisión federal sobre el sistema educativo y devolver la gestión a los gobiernos estatales, reduciendo al mínimo la influencia del gobierno federal en las escuelas.
Según una hoja informativa de la Casa Blanca a la que ha tenido acceso ABC, «la orden ejecutiva instruye a la Secretaria de Educación a tomar todas las medidas necesarias para facilitar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad educativa a los estados, garantizando al mismo tiempo la prestación efectiva e ininterrumpida de los servicios, programas y beneficios de los que dependen los estadounidenses».
También establece que los programas o actividades que reciban los fondos remanentes del Departamento de Educación «no promoverán iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) ni la ideología de género».
Es decir, se cortarán los fondos a escuelas que operen con sistemas de cuotas y programas diseñados para fomentar la diversidad racial, étnica o de género en la admisión de estudiantes o contratación de personal. También quedarán excluidas de financiación aquellas instituciones que incorporen en sus planes de estudio contenidos relacionados con identidad de género o educación llamada inclusiva.
La medida forma parte de la agenda de Trump para eliminar lo que su administración considera imposiciones ideológicas en el sistema educativo y garantizar que la educación en Estados Unidos responda a criterios académicos y no a políticas de izquierda.
Estados Unidos tiene un sistema educativo descentralizado, donde los estados y distritos escolares ya ejercen un amplio control sobre los planes de estudio, los requisitos de graduación y la administración de fondos. Sin embargo, el Departamento de Educación, creado en 1979, coordina programas federales, otorga financiación y establece estándares en temas clave como educación especial y derechos civiles.
«No necesitamos gastar más de 3 billones de dólares a lo largo de varias décadas en un departamento que claramente ha fallado»
Con este decreto, Trump busca eliminar esa supervisión y dejar que cada estado defina sus propias políticas, incluyendo la posibilidad de ampliar el acceso a escuelas privadas y concertadas. Trump instruye a la recién nombrada secretaria de Educación, Linda McMahon —exdirectiva de la liga de lucha libre WWE—, a desmantelar la agencia.
Aunque Trump no tiene autoridad unilateral para eliminar el departamento, necesita la aprobación del Congreso con 60 votos en el Senado, algo difícil con solo 53 republicanos. Su plan, por ahora, es reducirlo al mínimo, trasladando funciones a otras agencias y aplicando recortes drásticos en personal, programas y subvenciones.
Según declaró este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, «el Departamento de Educación será mucho más pequeño de lo que es hoy. Como saben, la orden ejecutiva del presidente instruyó a Linda McMahon a reducir drásticamente la agencia». «No necesitamos gastar más de 3 billones de dólares a lo largo de varias décadas en un departamento que claramente ha fallado en su objetivo inicial de educar a nuestros estudiante», añadió.
La eliminación total del Departamento de Educación se enfrenta a importantes obstáculos legales y administrativos
El Departamento de Educación gestiona fondos esenciales, como 18.400 millones de dólares para escuelas en zonas de bajos recursos y 15.500 millones para estudiantes con discapacidades. También administra el programa de préstamos estudiantiles, que maneja 1,6 billones de dólares en deuda. Joe Biden intentó condonar parte de esa deuda, pero los tribunales bloquearon su plan y ahora Trump ha cancelado cualquier intento de alivio.
McMahon ya ha advertido de despidos masivos y recortes, dejando en riesgo programas clave. Además, la orden busca eliminar las iniciativas de cuotas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que Trump califica de «discriminación ilegal». La eliminación total del Departamento de Educación se enfrenta a importantes obstáculos legales y administrativos. Aunque Trump busca debilitarlo con recortes, cerrarlo por completo requiere el respaldo del Congreso, algo que por ahora parece difícil.
La Casa Blanca justifica el cierre del Departamento de Educación alegando que ha sido un fracaso desde su creación en 1979. Según el gobierno, ha gastado más de 3 billones de dólares sin mejorar los resultados académicos de los estudiantes. «Más gasto no significa mejor educación», afirman, señalando que los puntajes en matemáticas y lectura han caído a niveles históricos.
Trump argumenta que la intervención federal ha generado burocracia innecesaria, con regulaciones que desvían recursos y tiempo de enseñanza. En su comunicado, la Casa Blanca menciona que bajo la administración Biden se impusieron reglas que costaron 3.900 millones de dólares y millones de horas en trámites administrativos.
El decreto también busca cortar programas de diversidad, equidad e inclusión, a los que el gobierno considera «experimentos sociales de la izquierda». Acusan al Departamento de Educación de destinar miles de millones en subvenciones para imponer ideologías de género y raza en las escuelas.
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