El Martes Santo de Sevilla, en busca de la configuración definitiva
Hermandades y Consejo confían en encontrar el orden, los horarios e itinerarios que satisfagan a todas las corporaciones y eviten parones, cruces y entradas excesivamente tardías
Radiografía de la Semana Santa de Sevilla de 2025: más problemas que novedades

En los últimos años, Sevilla se ha acostumbrado a un ritmo frenético de cambios de orden, horarios y recorridos de las cofradías. La iniciativa partió del compromiso del Consejo y las hermandades para arreglar los problemas que arrastraba una buena parte de las jornadas ... de la Semana Santa tras años de inmovilismo mientras los cortejos y el público no dejaban de crecer.
Sin embargo, si hay una jornada de la semana mayor hispalense que ha experimentado más con su nómina de cofradías para tratar de mejorar la situación de las mismas en esta última década, esa es el Martes Santo, que, sin embargo, aún no ha encontrado la horma de su zapato. Este año, se repetirá el plan acordado para 2024, ya que las tres últimas hermandades de la jornada decidieron no salir a la calle por la lluvia. Así, el orden que se seguirá la próxima Semana Santa es el siguiente: el Cerro, San Benito, el Dulce Nombre, la Candelaria, San Esteban, los Javieres, los Estudiantes y Santa Cruz, que ya dejó varios problemas a la vista y no satisfizo a todo el mundo pese a que la jornada no se materializó de forma completa.
La búsqueda de la configuración perfecta se remonta a unos años atrás. Las ocho hermandades de la jornada se pusieron de acuerdo en el año 2017 para realizar una revolución del tercer día de desfiles procesionales a la Catedral el año siguiente. Así, y tras el visto bueno del Consejo, por entonces presidido por Joaquín Sainz de la Maza, se estableció la realización del 'Santo Martes', como lo denominaron algunos, realizando la carrera oficial en sentido inverso al habitual.
La experiencia, que no tuvo mal resultado, duró sólo un año. Para 2019, la nueva junta del Consejo impuso un nuevo plan que recuperaba el sentido tradicional de la carrera oficial. Las hermandades no lo consideraban viable, especialmente algunas como San Esteban, cuyo hermano mayor llegó a decir que eran «la Borriquita del Martes Santo» por su temprana hora de recogida tras adelantarse al primer puesto del día.
Después llegó la pandemia y todo quedó en pausa dos años, puesto que en 2020 iba a repetirse el modelo que no terminó de gustar el año anterior. Este se reformó de cara a 2022, cuando volvió el Cerro al primer lugar y se acordó un cambio radical del itinerario de vuelta de esta cofradía por el centro y el barrio de San Bernardo de forma que no hubiera cruces en la zona de la puerta de Jerez con los Estudiantes. La lluvia de aquel año obligó a esperar hasta 2023 para probar ese plan, cuando ya se había pactado realizar uno distinto en 2024.
Dos planes sobre la mesa
Dado que el compromiso de las ocho hermandades y el propio Consejo fue el de probar al completo las dos configuraciones antes de decantarse por una o seguir haciendo pruebas, este año se repetirá ese orden que, pese a que sólo salieron cinco cofradías, se acercó a la media hora de retraso en carrera oficial.
Las dudas, por tanto, surgen para 2026. ¿Seguirá el Martes Santo probando infinitas combinaciones? Los puntos negros de la jornada son difíciles de salvar a menos que se den determinados movimientos como el del regreso alternativo del Cerro. Muchas de las corporaciones verían con buenos ojos el plan de 2023 como definitivo por el buen resultado que tuvo. Pese al agrado de los cofrades de San Benito y la Bofetá al adelantar puestos y experimentar entradas más tempranas, como volverá a ocurrir este año, el modelo anterior cumplió los tiempos y las expectativas globales, aliviando muchos cruces y satisfaciendo a gran parte de las hermandades.
Cuando pase la Semana Santa y puedan sacarse conclusiones completas, tendrán que ser las propias hermandades las que se sienten a decidir si se toma una decisión definitiva o se continúa con los experimentos. En caso de que se opte por la configuración anterior, que gustó incluso en el seno de la hermandad del Cerro –la que experimenta más cambios con ella–, hay que tener en cuenta un nuevo factor que entra en juego: la marcha de los Javieres a los Jesuitas, que abre un cierto abanico de posibilidades en cuanto a recorridos y permutas. La mayor cercanía respecto a la Catedral podría servir para retrasar un puesto a los cofrades del Cristo de las Almas, fomentando la alternancia a la salida de la Seo y evitando el complejo cruce de los Estudiantes con el Cerro si estos quisieran mantener su recorrido de vuelta tradicional. Otra opción más drástica sería la que ya se ha aplicado con cofradías como el Dulce Nombre o el Buen Fin: que los Javieres volvieran a su nuevo templo por el barrio del Arenal.
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