entrevista
Reyes Morales, dueña de Casa Morales: «Cuesta la misma vida encontrar camareros y hemos tenido que cerrar al mediodía»
La segunda taberna más antigua de Sevilla cumple 175 años manteniendo su fisonomía original: «Nos dicen muchas veces que quitemos las tinajas para ganar espacio pero nunca lo haremos. Ni pondremos una barra de acero inoxidable»
«Tengo glóbulos blancos y glóbulos tintos. Y en mi bar se aplica el artículo quinto»
«Mi tío se enfadó porque no quería servir comida. Sólo compró una paletilla y no compró otra hasta que se acabó»

Uno de los aspectos que más fascina a quienes cruzan las puertas de Casa Morales, en pleno casco histórico de Sevilla, es la atmósfera que se respira en su interior. La segunda taberna más antigua de la capital andaluza cumple 175 años de vida conservando ... sus barras de caoba, las tinajas centenarias y los primitivos ventiladores de techo. Reyes Morales es la cuarta generación familiar del establecimiento que fundó su bisabuelo, Leocadio Morales, un manchego que se casó en Sevilla y quiso vender en esa ciudad los vinos de Valdepeñas. Fue su bisnieta la que introdujo las tapas que gustan tanto a sevillanos y turistas; también innovó la cocina conservando la fisonomía original del establecimiento. «Nunca quitaré las tinajas ni pondré una barra de acero inoxidable», dice Reyes.
¿Cuál es la edad media de sus camareros?
-Ahora ha bajado y es más joven. Tengo uno de baja, que es el más antiguo, Diego, que tiene unos 60 años, que lleva un montón de años con nosotros. Ahora la media es de unos 30 años.
-Se quejan algunos hosteleros de que cuesta encontrar camareros.
Cuesta la misma vida encontrarlos. Yo estoy buscando gente para Semana Santa y no encuentro.
-¿Cuál puede ser la explicación?
-Por un lado, hay muchísimos establecimientos hosteleros. Todo el mundo abre un bar y eso necesita personal, vaya mejor o vaya peor. Y, por otro lado, lo sacrificado que es esto, que son muchas horas. Porque si yo abro turno partido de 2 a 4 y de 8 a 12, pues quiere decir que la 40 horas las tiene que hacer así. Un establecimiento que abra de 12 a a 12, a lo mejor puede establecer turnos corridos, pero es que nosotros cerramos a mediodía. Y estamos cerrando a mediodía precisamente porque no tenemos personal. Con uno menos no podemos.
-¿Podrían encontrarse si se pagaran mejores sueldos? O tampoco...
-Es posible. Yo pago según está estipulado y si aquí se trabaja una hora más, y una hora más que se paga. El personal que tengo creo que está contento y, además, yo también tengo un equipo muy bueno ahora mismo, aunque ellos mismos se quejan de que falta alguien que los apoya. Si falta uno, el que está aquí, tiene que hacer ese trabajo. Y eso se nota.
-¿Las Administraciones públicas podrían ayudar de alguna manera?
-Creando escuelas de camareros, por ejemplo. Ahora todo el mundo hace cocina y quiere entrar en un restaurante con una estrella Michelín, o de ayudante, y sería importante que existiera una escuela de camarero que enseñe a atender bien, con educación, respeto y saber estar. Cocina no suele faltar y yo presumo de nuestra cocina y la echo a pelear con muchas estrellas Michelín, pero el que estudia hostelería se enfoca más a la élite y una taberna es un pilar importante.
-¿Contará Casa Morales con el quinto relevo generacional?
Tengo dos hijos, uno es médico y está en Madrid, pero el otro está aquí y ayuda mucho. Espero poder jubilarme y estar aquí recibiendo. Toda mi infancia y toda mi vida la he pasado aquí. Aparte de ellos, siempre digo que mi niñas están aquí, mis tinajas. Mucha gente me dice si quito las tinajas, tendría mucho más sitio. Y a mí las tinajas me dan vida. Si yo quito las tinajas o cambio la barra por una de acero inoxidable: ¿qué aliciente tiene esto? Es la fisonomía del negocio, más luego la calidad que tiene en cuanto a cocina. Y también su sevillanía, que es muy importante.
-¿Los turistas son tan buenos clientes como los sevillanos?
-Suelen ser cordiales, aunque hay de todo. Lo suyo es donde fueres, haz lo que vieres. Si tú vas fuera y ahí y se lleva otra cosa, intenta acoplarte a eso, El pasado domingo vino uno y resultó que mi sobrino, que es el que corta el jamón, tuvo un percance el sábado y se tuvo que marchar. Y entonces quitamos el jamón de en medio y llegó un señor portugués diciendo que queria jamón. Y le expliqué una y mil veces que el jamón que le habíamos tenido que quitar en medio, que habíamos tenido un percance, aunque él veía los jamones colgados y decía que sabía cortar jamón y que él los cortaba.
-¿Y qué le dijo?
-Que echara un currículum. Además, le dije que había muchísimas tapas y el hombre ya había pedido salmorejo, croquetas y no sé qué más. El caso es que dijo que si no había jamón, se iba. Y se fue. Y nos dejó colgadas las tapas.
-¿Hablan inglés sus camareros?
-Algunos sí. O lo chapurrean. Pero como dicen ellos mismos pero ninguno se va sin beber y comer. Y, además, ahora los móviles te traducen y los japoneses te vienen con el móvil y una foto de un pulpo. Otras veces te enseñan la foto de la sangre encebollá.
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