comentarios reales
Federalismo centralista
Nuestro Federalismo centralista es de traca, porque impide que las competencias transferidas puedan competir entre sí
UNO de los grandes ensayos que he leído acerca del mundo hispánico es 'La tradición centralista de América Latina' (Ariel, 1984), del historiador chileno Claudio Véliz, quien demostró cómo el centralismo castellano —burocrático, legalista, monopólico e intervencionista— modeló a las sociedades hispanoamericanas a su imagen ... y semejanza, de modo que repúblicas federales como México y Argentina comparten las mismas taras con países alérgicos al federalismo como Perú, Paraguay o Venezuela. ¿Y qué podríamos decir de España? En teoría, España propende hacia el federalismo, pero —en la práctica— el centralismo sigue siendo hegemónico, como lo demuestran todas las zancadillas y simulacros de conflictos que nos regalan nuestros políticos en materias tan diversas como la vivienda, la educación, la sanidad, las infraestructuras, los impuestos y así hasta aturdir al más espabilado de los ciudadanos.
La mojiganga funciona de la siguiente manera: las competencias están transferidas a los gobiernos autonómicos, pero en las autonomías nadie puede innovar porque las órdenes continúan partiendo del «centro centralista central» de cada partido, que, según quién ocupe el poder, estará en La Moncloa o —en su defecto— despachará en Génova o Ferraz, pero nunca desde el Congreso de los Diputados. Tomemos el ejemplo de la vivienda: Feijóo anuncia 10 medidas que promete poner en marcha en las comunidades gobernadas por su partido y Sánchez le responde con 12 medidas que promete impulsar desde el gobierno central. Lo curioso es que ambos ofrecen una cosa y la contraria zarandeando el patrimonio inmobiliario de los contribuyentes, como si el problema de la vivienda en España pudiera solucionarse beneficiando o perjudicando a los propietarios particulares. ¿Por qué no se construye vivienda pública? Porque entonces dejarían de moverse al unísono, que es lo que le gusta al «centro centralista central» de cada partido.
Veamos el caso de Muface. Si las competencias están transferidas, ¿por qué se mangonea desde el gobierno central? ¿Por qué cada comunidad autónoma no negocia por su cuenta con las aseguradoras y los funcionarios dentro de su propia jurisdicción? A lo mejor Ayuso le ofrece algo más interesante a sindicatos y aseguradoras. Tal vez Moreno Bonilla sea capaz de alcanzar un acuerdo más provechoso para los funcionarios y las compañías de seguros en Andalucía. ¿Y qué gana el gobierno central cargándose un servicio privado que ha durado tantos años y que cuenta hasta con el apoyo de los sindicatos de la función pública? No hace falta ser un lince para intuirlo: si el gobierno central liquida Muface, provocaría una DANA sanitaria en cada comunidad autónoma gobernada por la oposición. Esto es más grave que la trifulca de la vivienda, porque en lugar de atizarse con los pisos de los propietarios, los partidos se sacuden con los pacientes y los enfermos.
Nuestro Federalismo centralista es de traca, porque existe para impedir que las competencias transferidas puedan competir entre sí.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete