el contrapunto

Sánchez chapotea en el fango

Lo relatado por la UCO apesta, aunque se queda chico ante el abismo de ignominia que retrataba la portada de ABC

Progre, feminista, antisemita, proiraní

Votos que chorrean sangre

Hasta donde alcanza la memoria democrática (la de verdad, no el engendro legislativo que pergeñó Zapatero al dictado de ETA), no existen precedentes de mandatarios homologables al actual presidente del Gobierno en términos de corrupción. Ni remotamente. Porque Pedro Sánchez aúna en su persona todas ... las manifestaciones posibles de la deshonestidad: desde la red de compraventa de favores que desentraña el demoledor informe de la UCO al relatar los pormenores del caso Koldo-Ábalos y mencionar la intervención del «1» (o sea, él) en decisiones determinantes, hasta las investigaciones judiciales centradas en su esposa y su hermano por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, prevaricación y demás presuntos delitos cometidos al amparo de su poder. Investigaciones, por cierto, plenamente avaladas por las audiencias de Madrid y Badajoz, a pesar de las patéticas mentiras de la ministra Alegría, portavoz de su amo. Desde la amnistía y el régimen fiscal privilegiado concedidos al golpismo catalán a cambio de su apoyo parlamentario, hasta esa enmienda inmunda, colada de tapadillo por sus socios comunistas en la trasposición de una normativa europea, que ahorrará cientos de años de cárcel a las peores alimañas etarras y permitirá que Txapote, paradigma del asesino orgulloso de su maestría en el tiro en la nuca, pase la próxima Navidad en su casa, aclamado por sus fans de Bildu. No hay charco putrefacto en el que Sánchez no se haya zambullido ni barrera moral capaz de frenar su desmedida ambición. Por vez primera en la España del siglo XXI tenemos a los mandos de la nación a un individuo que no hace ascos a ninguna forma de degradación. Ni ética, ni económica, ni política.

Sánchez chapotea en el fango de los escándalos que lo acorralan. Conocíamos su condición de embustero desprovisto de honor, pero cada día nos sorprende con un nuevo frente más repugnante, si cabe, que el anterior. Personalmente confieso que el rescate supuestamente fraudulento de Air Europa, la venta de mascarillas defectuosas e infladas de precio en plena pandemia o el oro y las maletas de Delcy, principal sicaria de Maduro, no son lo que más me repugna. Como decía el gran Indro Montanelli, «yo no les pido que no roben; les pido que no sólo roben». Agradezco a la Guardia Civil su meticuloso trabajo de rastreo, llevado a cabo a pesar del ministro Marlaska, confío en que la justicia siente en el banquillo a quien corresponda y espero que acabe 'cantando' el inefable Víctor Aldama, nexo de unión de cuantas tramas sanchistas implican la obtención de beneficios ilícitos, incluida la que afecta a Begoña y su fulgurante ascenso profesional. Esas revelaciones apestan, aunque se queda chicas ante el abismo de ignominia que retrataba la portada de ABC el pasado martes. Desde ahora, la sangre derramada por esos terroristas salpica de lleno a Sánchez y a todo su Gobierno.

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