TODO IRÁ BIEN
Estáis cansados y yo os entiendo
El problema de vaticinar cataclismos es que si no llegan quedas desdibujado
Anora Zelenski, Brutalist Trump
Un café con Iván
El preámbulo de la ley de inmigración pactada por PSOE y Junts, la exposición de motivos, no tiene valor normativo y es importante no confundir la realidad con los sonajeros con que Puigdemont trata de contentar a los suyos.
Ni la obligatoriedad de saber catalán, ... ni el control del flujo migratorio por parte de la Generalitat están en la ley, y dejando a un lado la propaganda que a ambos bandos interesa, lo que en realidad se ha pactado es que algunos mossos cooperen con las otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la vigilancia fronteriza, que la Generalitat emita los documentos nacionales de identidad a los recién llegados, gestione los Centros de Internamiento de Extranjeros, ejecute las devoluciones inmediatas que no necesiten trámite y pueda presionar con informes favorables a la expulsión en caso de reincidencia, entre otros detalles de menor enjundia.
Puede no gustar este acuerdo pero es de trascendencia entre moderada y baja si atendemos a su literalidad y a que de momento no cuenta con los apoyos necesarios para ser aprobado ni ha superado el examen del Tribunal Constitucional.
Lo que os pasa es que estáis cansados de Puigdemont y de Sánchez, y yo os entiendo. Con Puigdemont, tranquilos: queda ya muy poco para acabar de drenarlo. Lo de Sánchez es peor, porque depende de vosotros y no vamos bien. No es el camino tratar de desgastarlo dando pábulo y credibilidad a un forajido sin ningún cargo ni poder en Cataluña. En la línea de vuestro discurso habitual, haríais bien en recordar la frialdad con que el presidente enreda a sus interlocutores para hacer ver que les da lo que al final se desvanece, y lo necesitado que está el payés errante de exagerar sus pobres logros para parecer útil y frenar el ascenso de su Vox particular, Aliança Catalana. Es un juego de espejismos entre farsantes y por eso la estrategia del dramatismo no funciona, porque no hay drama.
El problema de vaticinar cataclismos es que si no llegan quedas desdibujado. Tengo la sensación de que la realidad ha acompañado, y con dulzura, a los que llevamos tiempo diciendo que aunque querríamos liderazgos de más altura, vivimos en el mejor país del mundo, en las mejores condiciones para nuestros hijos y entre las más agradables comodidades; y que en cambio los hechos son esquivos con los apologetas de la tragedia constante, la angustia, el colapso. Luego coincidimos todos y nos abrazamos en los mismos restaurantes. España se rompe hasta que te sirven las kokotxas rebozadas.
Si miramos al fondo de lo que somos y hacemos, veremos con nitidez que vivimos demasiado bien y estamos demasiado contentos como para andar todo el día llorando. Y más sabiendo perfectamente que lo que tanto nos ofende lo habríamos podido evitar con una derecha articulada y no peleada, inteligente y no tan torpe, eficaz y no calamitosa y si hubiéramos presentado –y no quisimos, por cobardes– a la candidata que gana.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete