editorial

La FIFA se anticipa y echa a Rubiales; fin al esperpento

Lo importante era forzar la salida de Rubiales y detener el esperpento que desde el pasado domingo mancha el nombre de España y opaca la gesta deportiva de nuestras futbolistas

La Federación Internacional de Fútbol (FIFA), a través de su Comisión Disciplinaria, ha suspendido «con carácter provisional» a Luis Rubiales «de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional». No se entendía la resistencia del presidente de la Federación a dejar el cargo y esa obcecación no hacía sino perjudicar la imagen de España en el exterior, cuando nuestro país se juega, además del prestigio internacional, organizar el Mundial 2030, junto a Portugal y Marruecos.

Cierto es que la FIFA se excede al emitirle también una especie de 'orden de alejamiento' respecto a Jenni Hermoso, potestad reservada en todo Estado de derecho a la autoridad judicial, pero desde que el organismo internacional emitió su resolución el presidente de la RFEF es ya Pedro Rocha, uno de sus actuales vicepresidentes. Se diluye, por tanto, la importancia de la decisión del Tribunal Administrativo del Deporte sobre su inhabilitación. Lo importante era forzar la salida de Rubiales y detener el esperpento que desde el pasado domingo mancha el nombre de España y opaca la gesta deportiva de nuestras futbolistas.

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