casa de fieras
Madrid es una fiesta
Así que elijan ustedes, porque Madrid tiene para todos. Ay Hemingway si tú la vieras ahora
El vecino perfecto
Le decíamos Bruce
Aprieta el calor en este Madrid que es una fiesta. Chamartín en llamas y que si el ruido, que si camiones, que si las niñas intercambiando pulseras… Protestan los propietarios, y sus escrituras suben como un suflé de dinero por bizum y tarjeta. El Coliseo ... de esta Roma de Madrid en feria, sale entera a la calle mientras el Ayuntamiento, del Atlético y de pena, amenaza al Bernabéu porque cuando canta, suena. Más de mil millones ha costado la ballena de plata que ha varado en Castellana. Allí reside desde 1947, y es verdad que un partido a la semana no era para tanto. Ahora se molestan por mucho que dupliquen el valor de su techo. Unos se alegran; otros se lamentan. Pero así es España y sino, pregunten ahí en San Jerónimo, que mira qué leyes aprueban. Ni siquiera Taylor Swift tiene la culpa de todo. Uno elige dónde quiere vivir y no les va tan mal cuando lo ponen a la venta. Antes ocurría en el Calderón del Manzanares y tampoco se liaba este barullo. Pero claro, el Real Madrid tiene esa herencia. No vale con que el museo del club blanco sea el más visitado de España ni tampoco que sea el equipo de fútbol más importante del mundo. Quieren ser vecinos pero en silencio. Porque nos gustan calladas, que decían cuándo las mujeres se quedaban fuera. Seguro que al vender no comparten la plusvalía con ese Real Madrid que les quita el sueño al toque que les hace millonarios. Denle tiempo que ya mitigarán el ruido de los bafles. No se apuren. Paciencia.
También un «no hay billetes» en Las Ventas. Morante de la Puebla, Talavante y Aguado, la plaza llena. El viento prefirió quedarse en la Sierra, y en el siete casi brotan cuando el de Sevilla decidió matar tan rápido al primero. Aún se trata de encontrar al Camarón del albero, el que venga a comerse una plaza que últimamente bebe mucho y abre poco su puerta grande. El Corpus se pasea por la calle Mayor y mientras los niños sueñan, las redes sociales se llenan de eslóganes que demuestran lo buenos que son todos en esta era de pacifismo de etiqueta. Postureo digital para que los demás vean lo que hay que opinar para que te crean.
Arranca la Feria del Libro y se amontonan los escritores que en vez de mirar adentro lo hacen afuera. Ahora se escribe para agradar a todo aquel que pudiera hacer una valoración negativa, cuando escribir, de siempre, fue para decir lo que a los demás les cuesta. Tampoco crean que escribir es ir por ahí como si uno fuera el último caballero andante de la letra, pero cada cual que se lo aplique como considere, que de egos van cargados los de la prosa y la jeta. Yo en un libro busco entretenerme, aprender, o ver esa grieta que alumbra en la oscuridad, que dijo el poeta canadiense. Así que elijan ustedes, porque Madrid tiene para todos. Para taurinos, futboleros, lectores, melómanos, noctámbulos, familias o ascetas. Porque Madrid está que arde. Ay Hemingway si tú la vieras ahora. Quién te iba a decir que Madrid es una fiesta.
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