casa de fieras
Lo de la audiencia
La política tiene ocupados todos los espacios para seguir mellando la erosión que produce en las personas
Que siga el espectáculo
El sendero de lágrimas
Noël Coward enseñó a la Reina madre a preparar el 'bull shot', ese delicioso brebaje de vodka y caldo de carne. Fue en un viaje oficial a Jamaica, donde el actor se retiró después de que Ian Fleming le enseñara el paraíso isleño. Coward también ... decía que «la televisión es para aparecer en ella, no para mirarla». Y es que el británico entendía el escenario que supone un plató de televisión, así como su propaganda y el valor que te miren millones de personas. También advertía del problema de ser tú quien se alimenta del alpiste en vez de ser quien lo reparte. Esta semana, la audiencia se mide en exclusiva a la hora de cenar. Parece como si los bandos fueran dos programas de televisión, 'El Hormiguero' de Motos y 'La Revuelta' de Broncano. Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre todo esto. Posiblemente lo peor de todo sea el uso político que se le quiere dar al asunto, como si los que ven a Broncano fueran los del «No pasarán» y a Motos los que pasaron, como si Trancas y Barrancas fueran camisas azules, mientras Castella y Grisón, un Durruti y Pasionaria versión gamberra. Hay algo ridículo pues nos están colando la agenda política del tú más y yo tanto hasta en la cena, mientras escritores y periodistas toman partido plasmando en sus textos una pseudosesión parlamentaria en el Congreso con lucecitas, entrevistas y física cuántica. Lo del entretenimiento está muy bien hasta que te deja de entretener. Groucho Marx encontraba la televisión muy educativa, pues cada vez que alguien la encendía, se retiraba a otra habitación a leer un libro. Y puede que la cosa vaya por ahí. La política tiene ocupados todos los espacios para seguir mellando la erosión que produce en las personas. Han copado hasta lo que se ve en la tele, y lo que antes eran programas de entretenimiento son ahora propaganda camuflada de tevé.
En este escenario, somos los espectadores los que tenemos la última palabra. No nos dejemos arrastrar con este intento de los periodistas de hacernos ser de uno o del otro. Es un burdo intento de intoxicar la opinión pública en las manías persecutorias de los alborotadores ideológicos. Lo malo es que muchos firman en periódicos. El sociólogo Pierre Bourdieu analizó parte del impacto que la cultura generaba en las personas. Argumentaba que la televisión servía para colar doctrinas e ideologías, como una herramienta de dominación simbólica para imponer valores, discursos y cultura sobre la sociedad. Pero también relacionaba el consumo de productos televisivos con el capital cultural de los espectadores. A la gente de hoy hay que estimularla con impactos, con sorpresas, con ruiditos y con bobadas, porque se ha perdido la capacidad de aburrirse, la inquietud, la curiosidad y las ganas de conocer. No es necesario quedarse mirando la televisión esperando que nos lleven a un lado u otro. Solo necesitan saber que, con un poco de vodka, caldo de carne, salsa Worchestershire, zumo de limón, tabasco, cayena y sal, harán un delicioso 'bull shot' mientras eligen un buen libro para no caer en la trampa. Ya verán como la cosa mejora.
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