Marchas cortas y el motor como freno: Trucos para ahorrar combustible

Pese a tener que volver a casa si ha finalizado el periodo vacacional, el trayecto debe realizarse siempre buscando la mayor seguridad y las mejores condiciones para la seguridad del vehículo en el que viajemos

Ahorrar combustible P.F.

S.M.

Madrid

La Operación Retorno suele ser uno de los momentos más señalados del verano, por tratarse del fin del periodo de descanso de muchos españoles. Pese a tener que volver a casa si ha finalizado el periodo vacacional, el trayecto debe realizarse siempre buscando la mayor seguridad y las mejores condiciones para la seguridad del vehículo en el que viajemos. Y justo ahora que el precio del carburante está por las nubes, es mejor ahorrarse algo de dinero y comenzar la rutina con mejor pie.

Así, desde Northgate Renting Flexible, ofrecen una serie de trucos a seguir para que el consumo de combustible sea más eficiente durante cualquier trayecto. Por ejemplo, evitar la carga excesiva del maletero, consultar el estado del tráfico, planificar la ruta y anticiparse a los imprevistos en la circulación, entre otros:

-No usar el punto muerto en movimiento: Dejar la caja de cambios en punto muerto solamente es recomendable hacerlo al detener la marcha del vehículo. En el caso de realizarlo en movimiento, además de no ser eficiente y de no ahorrar combustible, puede ser peligroso ya que la única manera de detener el vehículo en ese caso será frenando de modo excesivo con el que incluso se puede perder parte del control de la velocidad.

-Usar el motor como freno: Para detener el vehículo no solo se puede hacer accionando el freno, sino también usando inteligentemente el motor. Levantar el pie del acelerador hará frenar el coche de manera natural, y reducir alguna marcha también permitirá que el vehículo reduzca su velocidad poco a poco sin necesidad de abusar del freno, lo que repercutirá también de manera positiva en la salud de las pastillas de freno del coche.

-Anticipar el cambio de marcha: Es común pensar que por acelerar mucho y subir de marcha cuando las revoluciones han llegado al límite se está haciendo lo correcto. La realidad es todo lo contrario. Para mejorar la eficiencia en la conducción, es mejor cambiar de marcha en un nivel bajo de revoluciones. Por ello, en el caso de conducir un vehículo de gasolina, hay que hacerlo como máximo en 2.500 revoluciones; si se conduce uno de combustión diésel, lo ideal es hacerlo sin superar las 2.000.

-Mantener una velocidad constante: Es verdad que en una retención no se puede controlar la velocidad ni el ritmo al que se circula, pero si la carretera está despejada -independientemente de si se circula por autovía o carretera secundaria- mantener una velocidad constante es una buena manera de realizar una conducción eficiente. En definitiva, si seguimos una línea constante y no conducimos con brusquedad estaremos ayudando tanto a cuidar la mecánica del coche como a no generar un gasto innecesario de combustible que repercuta en nuestro bolsillo. Utilizar la primera marcha solo para salir La primera marcha del coche es básica para poder ponernos en movimiento desde una detención, pero es recomendable usarla solamente para ello. Una vez hayamos acelerado y notemos que el coche se está revolucionando, es mejor subir a la segunda para que el motor no consuma combustible innecesariamente aunque la velocidad a la que circulemos sea baja, como puede suceder en una retención.

-Mejor marchas largas que cortas: En relación con el anterior punto, todo ello es aplicable al resto de marchas. Por ello, y aunque la segunda y tercera la usemos más por ejemplo para circular por vías urbanas y las superiores para carreteras secundarias o autovías, es mejor circular siempre con marchas altas. ¿El motivo? Evitar revolucionar en exceso el motor y que el consumo de combustible sea mayor durante nuestro trayecto.

-Evitar los acelerones y el exceso de velocidad: Acelerar de más por lo general nunca va a ser una buena recomendación. Hacerlo por ejemplo de forma brusca cuando iniciamos la marcha generará un exceso de consumo de combustible. Y el exceso de velocidad también supone un mayor gasto en combustible: si circulamos a una velocidad de 120 km/h, hará que el coche consuma más que viajando a 100 o 90 km/h, por ejemplo.

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