Meloni se alza como referencia de estabilidad ante las tensiones de la UE
A diferencia de Macron y Scholz, la primera ministra italiana cosechó un buen resultado en las europeas. La reunión del G7 en Italia abre los contactos para renovar a Von der Leyen
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Los primeros contactos entre dirigentes políticos europeos para acordar la renovación del mandato de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión empezaron este jueves aprovechando la reunión del G7 en Italia. Y lo hicieron de una forma totalmente inesperada, con la primera ministra ... italiana, Giorgia Meloni, como anfitriona y ejerciendo como la única dirigente de un país grande que ha salido reforzada de las elecciones europeas mientras que ni el presidente francés, Emmanuel Macron, ni el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, pasan por su mejor momento político.
La reunión del G7 en Borgo Egnacia, al sur de Italia, fue este jueves la ocasión propicia para empezar a preparar esa decisión que todos los presidentes y jefes de Gobierno deberán tomar formalmente en el Consejo Europeo del próximo día 27. Normalmente, Meloni estaba predestinada a tener un papel poco más que de figurante, teniendo en cuenta el hecho de que su partido, Fratelli d'Italia, pertenece al grupo parlamentario de Conservadores y Reformistas (ECR) considerado de derecha radical. Pero si mira alrededor, ningún otro dirigente de los países grandes ha salido reforzado de las elecciones europeas. Además de lo que ha sucedido en Francia y Alemania, en España el socialista Pedro Sánchez ha sido derrotado en las urnas. Hay que llegar hasta Polonia para encontrar un Gobierno que haya recibido el apoyo claro de los votantes y ha sido el del popular Donald Tusk.
La propia Von der Leyen estaba presente en la reunión, dado que la UE también participa en las reuniones del G7, y junto a ella el presidente del Consejo Europeo, el liberal Charles Michel, que en este fin de legislatura no para de lanzar ataques contra la presidenta de la Comisión. El último, su empeño en no invitarla a la cena informal que ha convocado este lunes que viene y en la que todos los miembros del Consejo Europeo van a tratar precisamente de su renovación.
Tradicionalmente, las reuniones como la del G7, en la que solo participa una parte de los líderes europeos, han sido a veces más conflictivas que productivas, porque predisponen a que los ausentes se sientan ninguneados y reaccionen de forma hostil. Pero en este caso se produce una situación en la que Francia y Alemania no pueden ni juntos ni por separado alardear de estar al timón de ninguna operación, teniendo en cuenta que cada uno de ellos ha sido severamente derrotado en su país y las elecciones europeas las ha ganado el Partido Popular. Pero ambos han dicho también que rechazarán a Von der Leyen si esta busca una alianza con el ECR de Meloni. El problema ahora es que sin Meloni tampoco sería posible una mayoría clara en el Consejo.
Macron todavía no ha dicho si apoyará a Von der Leyen, y sin embargo, en el Parlamento Europeo, las elecciones han dejado un camino expedito para su renovación en el Parlamento Europeo donde una mayoría proeuropea de populares, socialistas y liberales sería ampliamente suficiente para lograr una mayoría suficiente para respaldarlo.
Animadversión de Michel
Lo que está creando más incomodidad en esta ocasión es la animadversión de Michel hacia la presidenta de la Comisión, que parece impulsada a todas luces por motivos puramente personales.
Aunque Michel tiene la potestad de invitar a quien quiera teniendo en cuenta que se trata de una reunión informal, el hecho de resistirse a enviarle una invitación a la alemana es difícilmente explicable. Según ciertas versiones, Michel estaría tratando de tensar la situación para buscar una salida personal que sería la de aspirar a ocupar el puesto de Alto Representante, algo que no haría sino prolongar esa animadversión entre los dos personajes, por lo que no parece probable.
Lo que sí es prácticamente seguro es que en las negociaciones para confirmar el segundo mandato de Von der Leyen se van a decidir también los principales puestos en las distintas instituciones, sobre todo el del presidente del Consejo y el de Alto Representante.
Ignorar a Meloni sería poco realista, incluso para aquellos que consideran que su territorio político no es homologable
Si se da por hecho que Von der Leyen tendrá el apoyo del Consejo, donde le respaldarán al menos los 13 presidentes del PPE, a los socialistas les corresponderá seguramente la presidencia del Consejo, puesto para el que parecía predestinado el portugués António Costa hasta que se vio involucrado en un escándalo judicial mal esclarecido. Sin embargo, por lo que se refiere al cargo de Alto Representante, los populares han dado a entender que prefieren que no sea un socialista como ha sucedido tradicionalmente desde que existe esta institución.
Ignorar a Meloni sería poco realista, incluso para aquellos que consideran que su territorio político no es homologable. La realidad es que el grupo ECR casi supera al de los liberales y puede que lo rebase si se suman parte de los no inscritos, empezando por los húngaros de Fidesz.
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