Ramaswamy agita un debate entre republicanos condicionado por la ausencia de Trump
La velada estuvo marcada por dos factores: la ausencia de Donald Trump y la combatividad de y contra el joven multimillonario, que se peleó con todos
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Los debates entre candidatos en primarias son la oportunidad para que los aspirantes menos conocidos tengan su minuto de gloria, despunten, se conviertan en un rostro reconocible, atraigan interés. Si alguien consiguió eso en la noche del miércoles, en el primer debate entre republicanos, fue ... Vivek Ramaswamy, un joven millonario tecnológico que hizo todo lo posible por concentrar la máxima atención.
La velada estuvo marcada por dos factores: la ausencia de Donald Trump, que optó por no acudir a un debate en el que no tenía nada que ganar y lo contraprogramó con una entrevista con el popular presentador conservador Tucker Carlson; y la combatividad de y contra Ramaswamy, que se peleó con todos.
No tardó en acusar al resto de candidatos de estar «comprados o pagados», de ser «políticos profesionales», «marionetas de las Super PAC (plataformas independientes de recaudación electoral)». Ramaswamy seguía de alguna manera el guion de Trump en 2016, cuando el multimillonario neoyorquino atrajo los focos en el comienzo de las primarias con propuestas extravagantes e insultos a sus contrincantes.
Ramaswamy se considera a sí mismo una versión actualizada de Trump -al que calificó durante la noche como «el mejor presidente de EE.UU. en el siglo XXI»-, 'outsider' de la política como él y fajador. Junto a él estaban Ron DeSantis, gobernador de Florida y principal favorito a disputarle la nominación a Trump; Mike Pence, exvicepresidente con Trump; Tim Scott, senador por Carolina del Sur; Nikki Haley, exgobernadora de ese mismo estado; Chris Christie, exgobernador de New Jersey y crítico feroz de Trump; Asa Hutchinson, ex gobernador de Arkansas; y Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte.
Los moderadores del debate, organizado por Fox News, empezaron con una 'softball', una bola fácil, en la terminología del béisbol: la economía bajo la Administración de Joe Biden. DeSantis, con su habitual tono firme y robótico, arrancó con las conocidas menciones al «declive» de EE.UU., la inflación, las clases medias… Ramaswamy, hijo de inmigrantes indios, aprovechó su primera intervención para presentarse, imaginándose a los telespectadores preguntándose: «¿Quién es ese tipo delgado con un nombre raro?», una frase que ya pronunció alguien que no contaba en las quinielas y que acabó en la Casa Blanca: Barack Obama.
Las peleas entre Ramaswamy y otros candidatos no solo fueron porque él las provocó. También fueron a por él. El multimillonario ha ganado cierto empuje en las encuestas, con una campaña febril y propuestas revolucionarias, como elevar la edad de voto a 25 años (a no ser que los votantes pasen un test sobre ciudadanía). Al debate acudía con casi un 10% de los apoyos, según el acumulado de sondeos de 'Five Thirty Eight', a una distancia sideral de Trump (52%), pero cerca de DeSantis (15%) y por encima del resto de candidatos.
Pence, hundido en un 4%, dejó claro que Ramaswamy era su objetivo. Le espetó que «no es el momento para formación en el trabajo» y que «no necesitamos un 'rookie' (novato)».

Ramaswamy ofreció un contrapunto de contundencia que no tuvieron sus rivales. Cuando se habló de cambio climático, frente a posiciones más moderadas de otros, dijo que es un «engaño». Sobre el mantenimiento del apoyo a Ucrania, dejó claro que lo cortaría, que se centraría en los problemas internos, una idea muy popular entre el electorado republicano. «No tienes experiencia en política exterior y se nota», replicó Haley, que fue embajadora ante la ONU con Trump.
El momento más dramático de la noche se vivió cuando uno de los moderadores, Bret Baier, introdujo el bloque sobre «el elefante que no está en la habitación»: Trump y sus escándalos judiciales. Pidió a los candidatos que levantaran la mano si apoyarían al expresidente como nominado republicano también como condenado por alguna de las causas criminales que le persiguen. Ramaswamy levantó la mano el primero, con energía, como el alumno que se sabe la pregunta. Con dudas, poco a poco, la mayoría hicieron lo mismo. Solo Christie y Hutchinson defendieron que Trump no debería aspirar a la presidencia .
Fue un ejercicio de incoherencia por parte de muchos de los que levantaron la mano. Poco después, defendieron que Pence hizo lo correcto en enero de 2021 cuando se negó a acatar las exigencias de Trump de que utilizara su cargo como presidente ceremonial del Senado y se saltara la Constitución para hacer descarrilar la certificación de Biden como ganador. Por ejemplo, lo dijeron Haley, Scott y a regañadientes, DeSantis.
Pero Ramaswamy fue más allá y, como ha hecho en muchas ocasiones, proclamó que, en el caso de resultar condenado, dará el perdón presidencial a Trump en cuanto llegue a la Casa Blanca y mostró la tibieza del resto al exigirles el mismo compromiso.
Ramaswamy no fue el único que salió bien parado del debate. Haley, la única mujer candidata, dio sensación de solvencia y podría captar parte del menguante electorado republicano moderado, el que no comulga con Trump. Por ejemplo, con su petición de que en una eventual regulación nacional del aborto, haya «sentido común» y «consenso».
Tampoco le fue mal a DeSantis. Apuntaba con ser centro de los ataques de los aspirantes que buscan conseguir al menos su segundo puesto y apenas salió magullado. Proyectó su mensaje de dureza en la frontera -propuso mandar a fuerzas especiales a territorio mexicano y usar «fuerza letal» contra los que cruzan- y de cruzada 'anti woke'. El impacto del debate, sin embargo, lo marcarán las encuestas. Y nada apunta a cambios rotundas en la carrera, es decir, que afecten al liderado indiscutible de Trump.
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