La OTAN ofrecerá a Kiev una señal de «compromiso a largo plazo»
La Cumbre de Vilna pondrá a prueba la unidad de los 31 países aliados ante el «cómo» y el «cuándo» de las «garantías de seguridad» que se darán a Zelenski
Ucrania «merece» ser miembro de la OTAN, afirma Erdogan
En toda Cumbre de la OTAN hay una declaración conjunta final que marca el camino de los aliados hasta la próxima cita. En la arquitectura de la actual Alianza Atlántica aún se recuerda la Declaración de Madrid de 1997 por la cual ... se dejó abierta la puerta –negro sobre blanco, que es lo importante– a la entrada de «los estados de la región del Báltico que también son miembros aspirantes».
Esa fue la literalidad, recogida dentro de un extenso punto 8 que comenzaba con un «reafirmamos que la OTAN permanece abierta a nuevos miembros en virtud del artículo 10 del Tratado del Atlántico Norte».
Aquella fue la gran señal para Estonia, Letonia y Lituania que siete años después, en 2004, se convertirían en los tres primeros países de la URSS, tras 51 años de ocupación soviética, en adherirse a la alianza político-militar fundada por el Tratado de Washington en 1949.
La promesa de 2008
A partir de mañana, otra ex república soviética e independiente también desde 1991, Ucrania, busca su señal definitiva para un día convertirse en miembro de pleno derecho de la OTAN.
Lo hace inmersa en una sangrienta guerra que ha superado ya los 500 días desde la invasión de la Rusia de Putin y después de que en la Cumbre de la OTAN de Bucarest de 2008 también se le enviasen guiños para su futura membresía que, en realidad, no fructificaron en una adhesión definitiva en la alianza militar que, muy probablemente, hubiera evitado la invasión rusa.
Ahora, la Ucrania de Zelenski busca su señal definitiva. Y, precisamente, será esa relación futura entre la OTAN y Ucrania –las «garantías de seguridad» que se le ofrezcan– lo que dirimirá el éxito o fracaso de la Cumbre de Vilna que, al mismo tiempo, pondrá a prueba la unión de los aliados sobre esta cuestión: «Aún se están negociando flecos sobre la literalidad de la frase que contendrá esa señal hacia Ucrania. Esa es la clave. Nosotros queremos claridad y una hoja de ruta clara», informa a ABC una fuente oficial de un país aliado del Este familiarizada con el proceso de negociación del texto de la Cumbre de Vilna.
Ahora, los 31 jefes de Estado o de Gobierno, moderados por el secretario general, Jens Stoltenberg, tratarán de dar más contundencia a la promesa de adhesión o de relación a largo plazo con Ucrania.
Aunque, otras fuentes aliadas, descartan que el texto pueda incluir plazos o un marco temporal a la entrada ucraniana en la OTAN. «Nunca podría efectuarse en tiempos de guerra, porque significaría que de repente los 31 países de la OTAN, en virtud del Artículo 5 del Tratado, nos involucraríamos directamente en la guerra», recuerda otra fuente aliada de un país más escéptico sobre la celeridad con la que los países del Este quieren encuadrar la adhesión de Ucrania. Alemania es de esta opinión, por ejemplo.
En el fondo, subyacen dos sensibilidades ante esta decisión: los países de Europa del Este a los que les gustaría acelerar el proceso y algunos como EE.UU. o Alemania que, claro está, brindan todo su apoyo militar a Ucrania pero se muestran más prudentes a la hora de configurar un calendario de adhesión a Ucrania.
«Aún queda por negociar y, también, escuchar al propio Zelenski en la Cumbre de la OTAN, que todo indica que acudirá», afirma una fuente diplomática española.
Por su parte la embajadora de EE.UU. ante la OTAN, Julianne Smith, indicó en una videollamada a la que asistió ABC que «en el comunicado, abordaremos las aspiraciones de membresía de Ucrania, y eso es algo en lo que los aliados de la OTAN continúan trabajando. Pero no se trata sólo de reafirmar el mensaje de Bucarest. Se verá diferente a lo que dijimos en 2008, y tendremos más que decir al respecto cuando lleguemos a la Cumbre».
«Realmente no quiero entrar en los detalles de cómo será el lenguaje en el comunicado. Todavía estamos finalizándolo, dándole los toques finales. Pero sí creo que el presidenteZelenski, si opta por venir a la cumbre como ha mencionado, será bien recibido, verá un apoyo rotundo a la relación de la Alianza con Ucrania. Verá resultados concretos que señalan un compromiso a largo plazo con Ucrania por parte de la OTAN», subrayó la diplomática estadounidense.
Todo hace indicar que los aliados no contemplan fijar aún ese marco temporal para el ingreso de Ucrania en la OTAN, ni plantean ofrecer garantías de seguridad de forma colectiva a Kiev.
Hay que recordar que en abril de 2008 la Cumbre de Bucarest dio la bienvenida «a las aspiraciones euroatlánticas de Ucrania y Georgia de ser miembros de la OTAN» y se acordó «que estos países se convertirían en miembros de la OTAN». Sin embargo, todo estaba sujeto a las negociaciones y reformas político-militares en ambos países. Luego, la guerra de Rusia en Georgia (agosto de 2008) y la posterior invasión de Crimea y el Donbás por parte rusa (2014) paralizó el plan. La Rusia de Putin, esa vez sí guiada por la lección de 1997, reaccionó a la promesa dada por la Alianza.
Por su parte, el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, tiene que moverse en el equilibrio de las negociaciones y por ahora ha focalizado sus intervenciones en subrayar que los aliados continuarán sus esfuerzos individuales para apoyar militarmente al ejército ucraniano y lograr victorias que permitan retomar territorios en su contraofensiva, lo que mejorará su posición en unas futuras negociaciones de paz. Anoche, en una entrevista en Sky News, Stoltenberg se mostró «absolutamente» seguro de que habrá acuerdo, aunque no dio clave alguna.
«Obviamente cada aliado tiene su perspectiva sobre el cómo y, sobre todo, el cuándo de la adhesión de Ucrania a la OTAN, que por otra parte es una promesa incluso reafirmada por el propio Erdogan el viernes. El problema es que la declaración tiene que adoptarse por consenso entre los 31 miembros y se negociará hasta última hora», informa otra fuente diplomática aliada.
Obviamente, el notición de una invitación formal tal y como pedía el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, queda descartada. Esa sería una fórmula similar a la de Finlandia –ya miembro– o Suecia –aún en negociaciones–.
Turquía y Suecia
Precisamente, la ratificación de Turquía y en menor medida Hungría a la adhesión sueca a la Alianza Atlántica será otra gran cuestión que aborden los países aliados en la Cumbre de Vilna.
Como ya hiciera en Madrid el año pasado, se espera que a su llegada el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, muestre algún tipo de parecer sobre el estado de las negociaciones mantenidas en los últimos días.
Así, el secretario general de la OTAN ha convocado para hoy en Vilna al presidente turco y al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, antes de la cumbre con el objetivo de cerrar un acuerdo político para finalizar la adhesión: «está al alcance», indicó el propio Stoltenberg. Anoche, Erdogan mantuvo una conversación telefónica con el presidente de EE.UU. Joe Biden, en la que volvió a sacar la bandera de la necesidad que tiene su país en entrar en la Unión Europea. También negó que se pueda vincular el veto que mantiene con el ingreso de Suecia en la Alianza a la venta de aviones F-16 e incidió aunque si bien Suecia ha dado algunos pasos correctos sobre su apoyo a la causa kurda, estos son insuficientes.
Más allá de la cuestión ucraniana y sueca, la Cumbre de Vilna también expondrá los nuevos planes de la Alianza Atlántica con respecto a los países del flanco Este. Así se espera el anuncio de nuevos despliegues y refuerzos de maniobras y presencia militar fija en países como Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Polonia o Eslovaquia. El objetivo es incrementar las «botas sobre el terreno» pasando de batallones multinacionales (unos 1.300 militares) a tamaño brigada (3.000) pero, sobre todo, acordar mecanismos de despliegue rápido y de escalada en caso de que desde Rusia o Bielorrusia (donde se encuentran los mercenarios de Wagner) se lance un ataque relámpago sobre algún territorio aliado.
«Es necesario mandar de nuevo un mensaje claro y sin dudas de que la OTAN reaccionará para defender cada pulgada del territorio aliado», subraya un diplomático de un país báltico. En estos territorio hay poblaciones de origen ruso que llegan hasta el 85%, siendo la media en torno al 30%.
Por último, en la Cumbre de Vilna también se abordará la necesidad de seguir invirtiendo en defensa, con once países aliados por encima del 2% del PIB en gasto: siendo Polonia la que más invierte ateniéndonos a este baremo con el 3,90% del Producto Interior Bruto (España es el tercero que menos con un 1,26%). Se esperan anuncios de algunos países aliados en compra de sistemas, aviones...
También preocupa el estado de la industria de defensa en cuanto a la fabricación de munición de 155 mm: «Los stocks están vacíos después del apoyo brindado a Ucrania. Necesitamos coordinar y aumentar la producción en este sentido», explica una fuente de la OTAN.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete