Quién es Mark Carney, el nuevo primer ministro de Canadá que sustituye a Justin Trudeau
Este economista viene a aportar algo de claridad en un momento que ha calificado de «días oscuros» y su experiencia financiera es su principal aval
Trudeau desmiente las razones de Trump para aumentar los aranceles a Canadá
El hombre elegido para tomar el testigo del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es Mark Carney de 59 años. Su llegada a la arena política canadiense de primera fila pone fin a una era, con un Trudeau que llevaba gobernando casi diez años. Las presiones internas y externas le han pasado factura, a pesar de ser uno de los últimos que quedaba de la época Barack Obama o Angela Merkel.
A Carney le toca capear el temporal de una Canadá en medio de una encrucijada económica, con una guerra arancelaria como lastre, y con un vecino hostil que quiere convertir el país en el estado 51 de EE.UU. Carney, lo tiene claro, tras convertirse en el líder del gobernante Partido Liberal, declaró que sentía que todo lo que ha vivido hasta ahora le ha preparado para este momento. Y su historial, como gobernador del Banco de Canadá y el de Inglaterra en momentos críticos, juega a su favor.
Un eficiente banquero para superar unos «días oscuros»
Carney viene a aportar algo de claridad en un momento que ha calificado de «días oscuros». Su experiencia sobre todo financiera, más que política, no ha sido un escollo para ser el relevo del partido y ha salido victorioso frente a políticos curtidos después de obtener el 86% de los votos. Además, asesoró a Trudeau en la recuperación económica de Canadá tras el covid-19, que le sirvió como un poderoso aval de eficacia.
Nació en Fort Smith y creció en Edmonton, Alberta. Sus dos padres eran profesores y, siguiendo la tradición de su país, se dedicó a jugar al hockey de joven como portero, tal como destaca la web del partido. Su sobresaliente expediente académico le dio vía libre para conseguir una beca en Estados Unidos. Sus elecciones académicas abarcaron desde la Universidad de Harvard, donde en 1988 se graduó en economía, y le siguió un máster y un doctorado en la Universidad de Oxford.
Posteriormente, trabajó 13 años para Goldman Sachs. Su perfil del banco canadiense destaca su experiencia cosmopolita entre las oficinas de Londres, Tokio o Nueva York. En poco tiempo se convirtió en gobernador del Banco central de Canadá, llegando una vez más en un momento difícil cuando la Gran Recesión de 2008 golpeaba a nivel global a las economías del mundo.
Carney empezó a ganar popularidad en ese momento. Demostró que no es alguien a quien subestimar, más aún, teniendo en cuenta que fue el gobernador más joven de un banco central del G7 y el G20. Y tiene en su currículum haber sido nombrado el primer extranjero en dirigir el Banco de Inglaterra en 2013, que no dudó en hacerlo gobernador. Aclaremos, en ese sentido, que Canadá es miembro de la Mancomunidad Británica de Naciones.
Una ambiciosa agenda: «los canadienses siempre están dispuestos cuando otros se rinden»
Después de dejar el Banco de Inglaterra encontró un nuevo objetivo y se convirtió en Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Acción Climática y las Finanzas en 2019, que es un tema estrella de su apuesta a futuro. «Cuando me convertí en gobernador del Banco de Inglaterra, que supervisa el sector de los seguros, vi que el número de fenómenos meteorológicos extremos se había triplicado y que el coste de esos fenómenos se había quintuplicado en un cuarto de siglo», comentó en una entrevista para la web de la ONU.
Además, según señala la CNN, tiene en su agenda la idea de trasladar la carga financiera del impuesto al carbono a las grandes corporaciones. También ha dicho que el impuesto que los consumidores y las pequeñas empresas de Canadá pagan por el combustible sería reemplazado por incentivos para reducir las emisiones de carbono.
Busca construir una economía más fuerte y establecer «nuevas relaciones comerciales con socios comerciales fiables», reconoce en sus declaraciones. Y tal como apunta el medio estadounidense, es un abierto defensor de los aranceles de represalia dólar por dólar. «Nosotros no pedimos esta lucha (refiriéndose a la guerra comercial de Trump), pero los canadienses siempre están dispuestos cuando otros se rinden», sentencia Carney.
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