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Israel toma el control del lado palestino del paso fronterizo de Rafah e iza su bandera

Una noche de asedio e intensos bombardeos causa una veintena de muertos un día después de anunciar la evacuación de la población civil

Justificación terrorista, bombardeos y tropas de élite: así ha tomado Israel el paso fronterizo de Rafah

Israel cree que hay 6.000 terroristas de Hamás escondidos en Rafah

Blindados y bandera israelí en el paso de Rafah EJÉRCITO ISRAELÍ / FDI/VÍDEO:EJÉRCITO ISRAEL
Mikel Ayestaran

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Después de una nueva noche de bombardeos, que dejan al menos veinte muertos, el ejército de Israel controla el paso fronterizo de Rafah y toda la verja de separación de Gaza con Egipto. Los soldados no han encontrado resistencia por parte de Hamás y han izado la bandera con la estrella de David en un cruce que es clave para la entrada de ayuda humanitaria a la Franja y que hoy permanecerá cerrado.

Los militares hablan de «operación limitada» para acabar con las posiciones desde las que Hamás les atacó el fin de semana con cohetes y mató a cuatro soldados. Por encima del valor estratégico, Israel necesita proyectar a su audiencia doméstica imágenes de victoria después de seis meses en los que no ha logrado ni liberar a los cautivos, ni cazar a los cerebros del ataque del 7 de octubre.

El ejército ha compartido vídeos de los carros de combate en la frontera y asegura haber matado a veinte milicianos y encontrado tres túneles a lo largo de las operaciones realizadas durante la noche. Antes de lanzar la operación contra el paso fronterizo el ejército mantuvo contactos con las organizaciones internacionales que operan en la zona y les pidió que avanzaran hacia la zona humanitaria señalada como «zona segura» para los civiles del este de Rafah, «como parte del esfuerzo de evacuación de la población que se ha estado llevando a cabo». Este aviso previo hizo que los militares se encontraran al amanecer un paso de Rafah desierto.

Benjamín Netanyahu cumple su palabra de atacar Rafah y el movimiento se produce horas después de conocer que Hamás acepta una propuesta de alto el fuego. Más que una respuesta, lo que han hecho los islamistas es su propia contra propuesta para poner la pelota en el tejado enemigo. Israel no reconoce el texto aprobado por Hamás, pero no la rechaza, adelanta que piensa discutirla y por eso enviará una delegación para hablar con los mediadores de Qatar y Egipto. El diálogo indirecto sigue abierto y eso significa que hay una ventana abierta para el alto el fuego.

El ejército mantiene la orden de evacuación que afecta a más de 100.000 personas y miles de palestinos se dirigen a las «zonas seguras» en Al Mawasi y Khan Younis. Pero la presión sobre Netanyahu es cada vez más fuerte, tanto por parte de las familias de los cautivos como por parte de Estados Unidos y los países árabes, que le instan a dialogar y aceptar una tregua que permita la liberación de los civiles cautivos y abra la puerta a un alto el fuego duradero. Washington ha alertado en numerosas ocasiones a Netanyahu sobre el riesgo de enviar tropas a un lugar con 1,4 millones de civiles, aunque el primer ministro tiene la amenaza de sus aliados ultranacionalistas de coalición que amenazan con retirarle el apoyo si no arrasa Rafah.

En busca de la «calma sostenible»

Según dos funcionarios estadounidenses consultados por 'The New York Times', «la propuesta para un intercambio de rehenes y prisioneros y un alto el fuego que Hamás dice que puede aceptar tiene cambios menores de redacción con respecto a la que Israel y Estados Unidos presentaron al grupo recientemente». Los cambios que Israel asegura no reconocer los introdujeron los mediadores árabes en coordinación con el director de la CIA, según las mismas fuentes.

La propuesta, a la que ha tenido acceso el diario estadounidense, exige que Hamas libere a mujeres, ancianos, niños y rehenes que precisan tratamiento médico a cambio de un alto el fuego de 42 días y la liberación de un número importante de prisioneros palestinos. Esa sería la primera de tres fases. En la segunda, las dos partes trabajarían para alcanzar una «calma sostenible», que implicaría la liberación de más rehenes. Este término de «calma sostenible» es lo que Hamás interpreta como final de la guerra y retirada de las tropas de ocupación, pero desde Israel no lo interpretan de la misma forma.

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