Un golpe mortal a los planes de paz de Biden y Trump
La Casa Blanca pensó que podía lograr que los países árabes reconocieran a Israel sin contar con los palestinos
Un informe del Capitolio advierte de que frustrar la normalización con Arabia Saudí es el objetivo de Hamás
Arabia suspende sus conversaciones de normalización con Israel tras la ofensiva de Hamás
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El ataque terrorista de Hamás ha privado a la Casa Blanca de lo que hasta hace apenas una semana consideraba un objetivo alcanzable: normalizar la relación de Israel con los países árabes y conseguir finamente la pacificación de Oriente Próximo. Joe Biden se dispone a ... entrar en el último año de su primer mandato sin un plan de paz propio porque el hoy presidente norteamericano decidió seguir y acabar el de su predecesor, Donald Trump. Hace tres años, este último apostó por dejar de un lado a los palestinos y avanzar en el reconocimiento mutuo de Israel y los países árabes soberanos, con el objetivo final de una normalización de relaciones entre los israelíes y los saudíes, dos potencias regionales.
Hasta hace una semana, Biden y su equipo mantenían que la pacificación de la zona por ese método era posible. Un comunicado del Gobierno de EE.UU. celebraba los logros de los acuerdos negociados por Trump. Ahora, los 1.300 muertos a causa de los ataques de Hamás en Israel han frustrado esos planes. El Gobierno de EE.UU. sospecha, según figura en informes oficiales publicados esta semana, que el motivo de los islamistas de Gaza era precisamente el que han logrado, impedir cualquier nuevo equilibrio diplomático del Estado judío y sus vecinos árabes.
Viaje a Riad
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, viajó a Arabia Saudí este sábado después de una visita a Israel, en un contexto de creciente preocupación en Riad por la campaña militar de Israel en Gaza. Le recibió el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Faisal al Saud, quien expresó en una comparecencia conjunta su frustración por la situación humanitaria en Gaza y la necesidad de permitir el acceso de ayuda humanitaria de acuerdo con el derecho internacional. Según dijo Al Saud: «Espero que podamos encontrar una manera de reducir la escalada de la situación actual y, con suerte, avanzar después hacia una solución más permanente».
Por su parte, Blinken condenó los ataques de Hamás contra Israel y opinó que Hamás no representa a los legítimos aspirantes palestinos ni a su futuro. También destacó la importancia de proteger a los civiles en todas las partes afectadas por el conflicto. Lo relevante de la conversación y los comunicados a la prensa es que ya no se trató de lo que hasta hace una semana, cuando se dieron los ataques, era el objetivo inmediato de que Jerusalén y Riad abrieran embajadas mutuas. Hamás ha recibido dinero y armas de Irán, país adversario de Arabia Saudí. Sin embargo, los saudíes defienden la causa de los palestinos y apoyan a estos en su oposición a la ocupación o el bloqueo de Israel.
El 22 de septiembre, en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebraba en su discurso la inminencia de una paz permanente en Oriente Próximo que incluía la normalización de relaciones con Arabia Saudí. En sus propias palabras, dijo: «Una paz de este tipo contribuirá en gran medida a poner fin al conflicto árabe-israelí y alentará a otros estados árabes a normalizar relaciones con Israel».
Informe en Washington
Según un informe del Capitolio, elaborado y facilitado a diputados y senadores tras el ataque terrorista, un objetivo prioritario de Hamás es abortar la normalización de las relaciones de Israel con los países árabes. Dice el informe, fechado el 10 de octubre, que «los posibles factores que podrían haber motivado los ataques de Hamás incluyen la posibilidad de interrumpir la diplomacia impulsada por EE.UU. destinada a la normalización entre Arabia Saudita e Israel» y «fortalecer la posición política interna de Hamás frente al envejecimiento de Mahmud Abbas y la lucha en la Autoridad Palestina».
Abbas es el presidente de la Autoridad Palestina, que controla solo Cisjordania. Las últimas elecciones a las que se sometió tuvieron lugar en 2005, y desde entonces no ha pasado por las urnas. Hamás, por su parte, ganó unas elecciones en 2006 y desde entonces se ha perpetuado en el poder.
De momento, tras el ataque terrorista, Biden ha mostrado un apoyo enfático a Israel y su derecho a defenderse, con el respaldo mayoritario y bipartidista de demócratas y republicanos, con contadas excepciones en la izquierda. En los varios discursos del presidente norteamericano desde el ataque terrorista de Hamás no ha habido una sola petición de contención a Netanyahu en la campaña contra Hamás en Gaza.
Para algunos expertos, no tratar de poner límites a Israel puede ser un error porque es la respuesta que buscan los islamistas. Según Sharan Grewal, del centro de estudios Brookings en Washington, «la lógica estratégica del terrorismo nos dice que grupos como Hamas intentan provocar al estado más poderoso para que cometa excesos. EE.UU., después de décadas de guerras fallidas, lo sabe mejor que la mayoría y hoy debería contener a su aliado para que no caiga en la misma trampa. Una invasión terrestre o, peor aún, un retorno a la ocupación directa de Gaza, provocará un sufrimiento inmenso que alimentará aún más el sentimiento antiisraelí en Palestina y más allá. Incluso si Hamás es destruido de alguna manera, este sentimiento garantiza que otro grupo similar ocupará su lugar».
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Este año marca el 75 aniversario del conflicto árabe-israelí, un período marcado por múltiples guerras de Israel con sus vecinos y con los palestinos. A lo largo de este tiempo, Israel ha normalizado relaciones primero con sus vecinos de Jordania y Egipto y recientemente y con la mediación de Trump, con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, un cambio significativo en el equilibrio regional. También está en proceso de reconocerse mutuamente con Sudán. Los pactos negociados por Trump y mantenidos por Biden se conocen como Acuerdos de Abraham.
Netanyahu ha hecho de fortalecer esos Acuerdos de Abraham una de sus prioridades en su regreso al cargo de primer ministro en diciembre de 2022. Por ejemplo, ha intentado promover que esos estados establezcan embajadas en Jerusalén, sin éxito de momento, pues los palestinos reclaman la ciudad como capital propia.
Equilibrios en Marruecos
La opinión pública en los países que han establecido relaciones con Israel sigue siendo mayoritariamente contraria al sionismo, que aboga por el establecimiento y la preservación de un estado judío en la región histórica de Israel. En Rabat, la capital de Marruecos, ha habido manifestaciones en apoyo a Palestina y en oposición a la normalización con el gobierno de Netanyahu. El Partido Justicia y Desarrollo de Marruecos, que tenía una mayoría parlamentaria hasta las elecciones de 2021, elogió el ataque de Hamás como «una reacción legítima a las agresiones diarias».
Ambos países normalizaron sus lazos a cambio del reconocimiento de Israel y de EE.UU. a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, donde el Frente Polisario busca la independencia, con apoyo de Naciones Unidas. Desde el acuerdo, Marruecos ha aumentado sus compras de drones y otros equipos militares a Israel, en una carrera armamentista con su rival Argelia, que respalda a Palestina y al Polisario.
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