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El ejército alemán fracasa en su campaña de reclutamiento

La guerra en Ucrania es el principal argumento para que los jóvenes se alejen de entrar a las fuerzas armadas

Alemania endurecerá su ley de deportaciones ante la ola de inmigración ilegal en sus fronteras del este

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, visita el servicio médico de la Bundeswehr en Ulm EFE
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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Poco después de que las tropas rusas invadieran Ucrania, en febrero de 2022, el canciller alemán Olaf Scholz pronunció un discurso ante el Bundestag en el que proclamó el concepto de Zeitwende (punto de inflexión), forzado por Moscú y que daba la vuelta a la política alemana. Tras décadas de decadencia del ejército alemán, la «coalición semáforo» se apresuró a implementar un presupuesto extraordinario de rearme de 100.000 millones de euros y a alinearse con las inversiones en Defensa que marca la OTAN. Todavía en los presupuestos generales de 2024, todas las partidas se recortan excepto a destinada a la ejército, que sigue creciendo, mientras las grandes empresas alemanas de armamento registran cifras récord tanto en pedidos como en beneficios.

El nuevo ministro de Defensa, Boris Pistorius, al frente de este cambio de timón y convertido con diferencia en el político más popular de Alemania, según las encuestas, se ha encontrado sin embargo un serio obstáculo que entorpece el objetivo de convertir la Bundeswehr en un ejército significativo y poderoso: el reclutamiento de soldados. A pesar de la intensa campaña lanzada por el gobierno alemán, la cantidad de aspirantes a enrolarse ha seguido disminuyendo este año. Pistorius ha establecido en su departamento que el reclutamiento debe ser una prioridad, al mismo nivel que la adquisición de material y armamento, pero Alemania no logra solucionar el problema de escasez de personal militar.

Alrededor de 23.400 personas solicitaron convertirse en soldados en los primeros cinco meses de 2023, un 7% menos que durante el mismo período del año anterior, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Defensa. «A pesar de los esfuerzos considerables, la tendencia a la disminución de solicitudes continúa en 2023 y es previsible que el continuo descenso en el número de solicitudes recibidas dificulte mantener la alta calidad actual de la selección de personal», informa el semanario Der Spiegel.

Durante una visita a un centro militar de entrenamiento en Stuttgart, el ministro Pistorius ha reconocido esta semana la importancia de atraer y capacitar nuevo personal. «En los últimos meses ya he tratado específicamente el tema de falta de personal, ya que definitivamente debe ponerse al mismo nivel que el tema de adquisiciones en términos de prioridades», ha admitido su impotencia.

Precisamente la guerra en Ucrania, el motivo de la nueva necesidad alemana de soldados, es el argumento que muchos jóvenes alegan para alejarse en este momento del ejército. «Hace algunos años lo pensé, me gustaría llegar a pilotar aviones y ese aprendizaje es una buena oferta por parte del ejército, pero ahora, con la guerra en Ucrania, ya no me seduce la idea», comentaba Mario, recién terminado su Abitur y ante un stand de promoción del reclutamiento instalado en los actos de graduación de un instituto de Berlín. «Mis padres han desarrollado también una clara aversión a esa posibilidad, pero quizá en el futuro», mantenía abierta la esperanza a un escenario más pacífico.

El ejército alemán dirige seis centros de personal en todo el país que se encargan específicamente de la contratación y captación. Pistorius ha elogiado el trabajo realizado por los centros, que «ayudan a llevar a los militares al centro de la sociedad». Sólo el centro de Stuttgart organizó alrededor de 300 eventos durante el año pasado, pero sus responsables admiten que hacer un seguimiento rápido y eficiente una vez que un candidato potencial muestra interés sigue siendo un «punto conflictivo». «Una vez que los candidatos comienzan a interesarse en la Bundeswehr, por ejemplo después de hablar con alguien en una feria de empleo o en una visita a la escuela, se abre una fase crucial, en la que no podemos permitirnos errores», apunta el ministro, «quien no es lo suficientemente rápido, pierde».

Los recursos invertidos en el reclutamiento, ya sea en publicidad, ferias de empleo y marketing dirigido especialmente a los jóvenes, rondan los 35 millones de euros al año, pero la cercana guerra «sirve de potente contrapeso y de efecto disuasorio», en palabras de la comisionada militar Eva Högl, que considera «cuestionable» si se podrán o no reclutar suficientes soldados para cubrir los objetivos. Para 2030, Defensa cuenta con haber sumado más de 200.000 reclutas. Y la cifra resulta insuficiente para Patrick Sensburg, presidente de la Asociación de Reservistas, que está pidiendo la vuelta del servicio militar obligatorio. Tanto el canciller Scholz como el ministro Pistorius se distancian de esa petición y sólo toleran la idea de un «servicio social obligatorio». Y en el hipotético caso de que se alcanzasen los objetivos, el ejército advierte que a fecha de hoy no están listas las infraestructuras necesarias para acoger de un día para otro a 200.000 soldados más.

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