La crisis del nacionalismo escocés se agudiza tras la dimisión de Youssaf

Yousaf se encuentra ahora en el epicentro de una crisis política que ha sacudido las bases del partido y ha dejado a Escocia en un estado de incertidumbre política. Su renuncia, apenas días después de enfrentar una doble moción de censura, marca el último giro en una saga tumultuosa que ha afectado al SNP desde las elecciones generales de 2019 y las escocesas de 2021.

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La formación, que vivió un período de estabilidad de casi dos décadas, se erigía hasta hace poco como un poderoso movimiento político bajo el liderazgo de Sturgeon, que llevó al partido a la cúspide de la popularidad en Escocia, mientras que el apoyo a la independencia crecía gradualmente, sobre todo tras el Brexit, cuando la independencia ya no sólo significaba dejar de formar parte del Reino Unido, sino la esperanza de regresar a la Unión Europea. Sin embargo, esta imagen de estabilidad se vio socavada por una serie de escándalos y disputas internas.

La primera grieta en la armadura del SNP surgió cuando el ex primer ministro Alex Salmond fue acusado de acoso sexual durante su mandato. Aunque fue absuelto de los cargos, la relación entre Salmond y el partido se fracturó, lo que culminó en la fundación de su propia formación, Alba, en un desafío directo al liderazgo de Sturgeon y al monopolio del SNP en el movimiento independentista escocés. Luego llegó la investigación sobre las finanzas del partido que acabó con Sturgeon fuera, la llegada de Yousaf, la coalición con los Verdes y la ruptura de la alianza, de forma unilateral, la semana pasada. La contienda por el liderazgo después de la renuncia de Sturgeon profundizó las divisiones dentro del SNP, con acusaciones y renuncias internas que debilitaron aún más la cohesión del partido, un escenario que podría repetirse en la nueva batalla por la sucesión que ahora comienza y que no se prevé fácil, con la tarea de elegir un nuevo líder para la formación en medio de una tormenta política.

La renuncia formal de Yousaf al rey desencadenará la elección de un líder y la votación en el parlamento de Holyrood para elegir a un nuevo ministro principal, un proceso que podría no ser sencillo debido a la falta de un candidato unificador y la persistente división interna que no tiene visos de mejorar, cuando sólo la capacidad del partido para superar esta crisis y recuperar la confianza del electorado determinará no sólo su destino, sino también el curso político de Escocia en los próximos años, con los independentistas sin una estructura fuerte a la que los electores de esta tendencia puedan confiar su voto. Y es que mientras los unionistas acusan al SNP de priorizar la independencia sobre la gobernanza, algunos lo acusan de no perseguir activamente la independencia.

Los votantes tampoco pueden centrarse en el partido de Salmond, Alba, que aunque quiere ser la vanguardia del independentismo, de momento sigue teniendo un impacto limitado, al igual que los Verdes, ya que más allá de las aspiraciones separatistas, hay discusiones internas sobre otros temas candentes, como el reconocimiento de género, en los que no hay puntos en común. Ninguno de los partidos independentistas existentes parece estar equipado para cumplir su objetivo compartido.

Ahora, en el SNP la maquinaria ya está en marcha para elegir sucesor. Yousaf ha declarado que permanecerá en su puesto hasta que se encuentre un nuevo líder del partido, tal y como lo hizo Sturgeon. El elegido tiene por delante el desafío de las elecciones generales de este año y las de Holyrood en el 2026.