Corea del Norte considera a Alemania un «factor maligno» en el Pacífico
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, acude a la ceremonia de adhesión de su país al Comando de Naciones Unidas, establecido en la península coreana, y desata la ira de Pionyang
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Alemania formalizó la semana pasada su adhesión al Comando de Naciones Unidas (UNC) establecido en la península coreana, la primera incorporación desde 2013 a esta fuerza multinacional, que garantiza el cumplimiento de los términos del alto el fuego negociado en 1953 y que ... eleva, así, a 18 el número de sus países participantes.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, acudió a la ceremonia a tal efecto celebrada en la sede del UNC en Pyeongtaek, Corea del Sur, y allí declaró su «firme creencia de que la seguridad europea está estrechamente unida a la del Indopacífico».
La adhesión tiene lugar en el contexto de la expansión del comando promovida por Corea del Sur para hacer frente con mayor solvencia a los desarrollos armamentísticos norcoreanos, después de que el pasado mes de junio Corea del Norte firmase un acuerdo de seguridad con Rusia que compromete a ambas naciones a prestarse apoyo mutuamente en caso de un conflicto armado.
La primera consecuencia de este paso es que Alemania, normalmente fuera del foco de la propaganda norcoreana, se haya convertido ahora en centro de la diana del régimen del dictador Kim Jong-un. La República Federal ha aparecido repetidamente en las últimas 48 horas en incendiarios informes de la agencia estatal de noticias de Corea del Norte, KCNA, y ha estado en boca del portavoz del Ministerio de Exteriores.
«Las acciones indecorosas de Alemania son una vez más un recordatorio de su pasado vergonzoso, en el que sumió a la humanidad en el baño de sangre de la Segunda Guerra Mundial e infligió desgracias y sufrimientos indecibles a la humanidad en el último siglo», ha dicho, «Alemania debería tener en cuenta que su intervención militar en la península de Corea, el mayor foco conflictivo del mundo, será un factor maligno para mantener su seguridad e imagen, y que su adhesión no ayuda a mantener la paz en la península de Corea, sino que tiene un impacto muy negativo en los intereses de desarrollo de la República Popular Democrática«.
Escala en Filipinas
Como parte de su viaje al Indo-Pacífico, Pistorius también hizo escala en Filipinas y rechazó allí las reclamaciones de China sobre grandes zonas del Mar de China Meridional, una región por la que Filipinas y China llevan años en litigio. Las críticas desde Pekín no se han hecho esperar. «La interferencia en la cuestión del Mar Meridional de China representa una provocación flagrante contra China, aumentando las tensiones en la región», ha editorializado el periódico estatal chino 'Global Times', citando a un analista anónimo.
La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, ha respaldado las palabras de Pistorius durante su gira asiática y ha defendido la implicación de Alemania en Corea. «Al unirnos al Mando de las Naciones Unidas, estamos dando un ejemplo de paz y estabilidad en la península de Corea y reforzando nuestro compromiso en el Indo-Pacífico», ha explicado, «especialmente en tiempos difíciles, el cumplimiento del orden internacional basado en normas es esencial, porque es la base de la coexistencia pacífica».
Pero Corea del Norte ve al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como un «mecanismo de agresión multinacional liderado por Estados Unidos» y cuenta con la fuerza de China para sostener esa posición, por lo que las relaciones entre Alemania y el gigante asiático están alcanzando una tensión inédita. Estas relaciones bilaterales venían siendo poderosamente engrasadas por las conexiones económicas, pero Berlín intenta poner distancias, tras lo visto con las cadenas de suministro durante la pandemia y a tenor de la feroz competencia en sectores como el automovilístico, a pesar de que su industria sigue dependiendo en gran medida de los pedidos chinos.
Sanciones internacionales
A este cambio de política se suma la tensión geoestratégica. Ya el pasado mes de marzo, Pyongyang advirtió que «tomaría las medidas necesarias para defender la soberanía y la seguridad del Estado», después de que Alemania enviase la fragata Baden-Württemberg y el barco de suministros Frankfurt am Main al Indo-Pacífico, para controlar el cumplimiento de las sanciones internacionales contra Corea del Norte. Y el 15 de julio, un comunicado emitido por los medios estatales de Corea del Norte calificó las recientes conversaciones en Berlín entre Scholz y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, como una reunión de «naciones criminales de guerra derrotadas».
El presidente surcoreano, Yoon Suk-Yeol, expresó de manera personal su gratitud por la disposición de Berlín a unirse al UNC durante las conversaciones con el canciller alemán, Olaf Scholz, al margen de la cumbre de la OTAN en Washington: «Mantener la paz en la península de Corea siempre ha sido un desafío, por lo que, cuantas más naciones se involucren en el mantenimiento del armisticio, será beneficioso, no sólo para Corea del Sur, sino también para la estabilidad del mundo entero».
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