Biden llega a la guerra de Gaza en medio de un baño de sangre

Las autoridades gazatíes acusaron a Israel de este ataque en el que con el paso de las horas elevaron la cifra de víctimas a «más de 200». Consultado por este ataque contra el hospital, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, dijo a los medios que «he consultado con la División de Gaza y con el coordinador de actividades en el terreno, y aún no tenemos todos los detalles. Es difícil creer que haya cifras tan altas de muertes cuando el ataque ha sido tan reciente. Hay muchos informes falsos de Hamás.» El Ejército insistió en que las causas de la explosión «no están claras» y abrió una investigación. Los medios israelíes plantearon la posibilidad de que se tratara de un cohete fallido de Hamás.

La Franja sufre la «venganza» prometida por Benjamín Netanyahu tras la operación sorpresa de Hamás que dejó más de 1.300 israelíes muertos y al menos 200 secuestrados. Biden intentará ayudar a aliviar el bloqueo, pero también cuenta con que su visita tenga un efecto de disuasión en Irán, país enemigo de Israel y aliado de Hamás, desde el que cada día lanzan amenazas sobre la posible extensión del conflicto a otros puntos de la región si no se detienen los bombardeos.

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El Líder Supremo, Alí Jamenei, se sumó a las advertencias lanzadas en días previos por el ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdolahian, y denunció que «lo que ocurre delante de los ojos del mundo es genocidio por el régimen ocupante (…) Si continúan los crímenes, nadie será capaz de parar a los musulmanes y a las fuerzas de la resistencia». Las advertencias de la república islámica se traducen cada día en hechos concretos en Líbano, país vecino desde el que la milicia chií Hizbolá ataca posiciones del Ejército a lo largo de la frontera. Jamenei lanzó un ultimátum a la vía diplomática y dijo que «el tiempo se acaba para las soluciones políticas; la probable propagación de la guerra a otros frentes se acerca a un punto inevitable».

Un día más el frente norte fue una extensión de los problemas en Gaza e Israel mató a cuatro hombres que intentaban infiltrarse en el país. A las pocas horas, Hizbolá informó de la muerte de cuatro de sus combatientes «en un acto de guerra santa». Al comienzo de la guerra se producía cada día un choque aislado en esta frontera, pero en las últimas jornadas se producen tres, cuatro, o cinco y la situación es cada vez más tensa. El ministro de Exteriores libanés, Bou Habib, pidió a Israel «el final de las provocaciones a lo largo de la frontera» y que deje de «echar leña al fuego». El Estado judío insiste en que ellos no están interesados en una guerra en estos momentos.

El temor a la escalada regional trae al presidente de EE.UU. a Israel y ha provocado el despliegue de dos barcos de guerra en el Mediterráneo. Desde el Departamento de Defensa de Estados Unidos señalaron además que aproximadamente 2.000 militares se encuentran en un «estado de alerta» debido a la evolución del conflicto.

Irán cuenta con un tejido de grupos aliados en Líbano y Siria y desde Teherán reiteran que «si siguen muriendo civiles en Gaza se podrían abrir múltiples frente», según el responsable de Exteriores. Esta amenaza de la república islámica sería uno de los factores que explican el enfriamiento de la opción de la entrada por tierra en Gaza, según algunos expertos militares. A esto hay que sumar la presión de los más de 200 rehenes, con las familias presionando cada día para que termine la guerra y sus seres queridos vuelvan, y el temor a que el Ejército sufra importantes bajas en una ratonera como la Franja.

Los mandos militares y políticos israelíes insisten en que «todo está listo» para la operación por tierra, pero Daniel Hecht, portavoz militar, matizó que «estamos preparados para la siguiente fase, pero no tiene por qué ser una operación terrestre, puede ser algo diferente». Hecht no aportó más detalles sobre ese posible nuevo escenario.

Los bombardeos fueron intensos un día más. En el lado israelí de la verja de separación la prensa está cada vez más alejada del teatro de operaciones y para los periodistas árabes el trabajo es cada vez más complicado por los insultos y amenazas que reciben por parte de la población cercana a la frontera de Gaza.

En el interior de la Franja el paso de Rafah permaneció cerrado un día más y la ciudad fue bombardeada en varias ocasiones dejando decenas de muertos y provocando el pánico entre miles gazatíes que siguieron la orden del Ejército y dejaron sus casas en el norte en busca de un lugar seguro más allá del río. La cifra de personas que decidieron evacuar sus casas asciende a las 600.000, según la ONU, que viven en la calle sin saber si podrán regresar a sus casas.

La diplomacia no logra resultados prácticos e Israel mantiene el bloqueo total. El ministro egipcio de Exteriores aseguró que El Cairo mantiene operativo el cruce de Rafah, pero que está esperando luz verde de Israel, que no está «cooperando». El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió paciencia y adelantó que trabaja en un plan con los israelíes para hacer llegar ayuda a los civiles en Gaza, pero no aportó detalle alguno. La entrada de ayuda o la salida segura de gazatíes y extranjeros sólo se puede producir si se respeta un alto el fuego y hasta ahora ni Hamás, ni Israel han mostrado interés alguno en detener las hostilidades.