Carla Rahn Phillips: «Es triste que el centro del galeón San José sea el tesoro, y no los muertos»
La ganadora de la VI edición del premio de Historia Órdenes Españolas rescata desde 1989 las historias personales tras el buque
Las preguntas sin respuesta de Petro sobre el galeón San José

Carla Rahn Phillips (Los Ángeles, 1943) recibe a ABC con amplia sonrisa y ojos vivarachos. No es para menos, pues el pasado abril fue distinguida con el VI premio internacional de Historia Órdenes Españolas; el mismo que han obtenido otros tantos nombres propios ... del sector como Enrique Krauze o Giovanni Muto. En su caso, el galardón reconoce su larga trayectoria como estudiosa de la Armada española de los siglos XVI y XVII. Aunque, desde el mismo instante en el que toma asiento, la hispanista sabe que la entrevista versará sobre el tema al que ha dedicado una vida entera: el galeón San José. Ese que se hundió frente a Cartagena de Indias en 1708 con un gran tesoro en sus tripas, y ese que, estos días, está de actualidad después de que Colombia haya advertido que intervendrá en el yacimiento.
-Cuenta con una carrera muy dilatada en la que ha investigado todas las facetas de la Armada española. Sin embargo, es conocida por sus estudios sobre el San José. ¿Cuánto cree que ha influido en este premio el galeón?
-Lo cierto es que he tratado muchos aspectos del pasado de España, en particular la historia de la Armada de los siglos XVI y XVII, pero el San José me ha interesado desde 1989 y ha sido central en mi trayectoria. En todo caso, me gusta recordar que mi trabajo versa sobre la marina, sus tripulaciones, la vida diaria a bordo... Lo humano.
-Han pasado ya más de tres décadas desde que se topó por primera vez con el San José...
-En 1989 me invitaron a Cartagena, en Colombia, junto a varios expertos para ver un vídeo de unos cazatesoros que decían haber hallado el galeón. Aquello fue un truco: en la filmación no se distinguía nada más allá de algún que otro madero. Después me interesé en la historia del buque y en los hombres que viajaban en su interior. Al final, en 2007, publiqué el libro con las conclusiones.
-¿Se considera la mayor experta que existe sobre el tema?
-¡Bueno [ríe], lo soy porque no hay otro que haya hecho un libro sobre este tema!
-¿Cambiaría, tantos años después, algo de aquella investigación? ¿Cree que se puede mejorar?
-Si alguien encuentra documentos que no haya leído y analizado, desde luego que me encantaría tener acceso a ellos. Pero intenté hallar y estudiar todos los informes que pertenecían al San José. Tengo cajones y cajones de notas, además de tres o cuatro estanterías de legajos fotocopiados. Fui muy concienzuda y cuidadosa.
-¿La esencia de su investigación, acaba de afirmar, son aquellas seiscientas personas que fallecieron tras el combate contra los ingleses?
-Sí. El centro son las personas, no el tesoro. Son seiscientos nombres y apellidos, y cada uno cuenta con una historia detrás. Es muy triste y desagradable que a la sociedad solo le interese el tesoro. Lo que importa de este buque es su historia en conjunto y las personas que fallecieron en su interior. Hoy, el barco es una tumba para todos ellos.
-Es una pena que, ya desde 1989, el San José haya estado ligado a los cazatesoros. Más cuando ahora, en 2024, la tensión entre ellos y el gobierno de Colombia parece haber estallado...
-Antes de nada, me gustaría insistir en que no tengo nada que ver con la excavación ni con las negociaciones entre los diferentes actores. Tengo amigos arqueólogos de España y Colombia que están interesados en buques hundidos, pero son eso, arqueólogos, no cazatesoros. Los cazatesoros son piratas de cuello blanco, aunque piratas, al fin y al cabo.
-¿Le interesan las negociaciones?
-Me interesa que los cazatesoros no estén cómodos; cuando eso pasa, me alegro. Por eso me informo. La única conclusión que he extraído de ellas es que es difícil para todas las partes llegar a un acuerdo. Y que a los cazatesoros les cueste obtener un rédito me gusta mucho.

-Los cazatesoros sostienen que el tesoro era colosal, algo que usted ha negado siempre.
-Creo que se ha exagerado su tamaño. ¡El tesoro se hace más grande cada año! Con una excavación cuidadosa, sin robos, lo sabríamos a ciencia cierta. Pero, hasta entonces, en los documentos que hallé las cifras son menores; y tengo gran confianza en ellos. Es cierto que se embarcó dinero clandestino en el barco, pero es imposible saber cuánto. El segundo del capitán general intentó establecer un número concreto, y este es ya considerablemente más bajo que el que la gente cree. Puede que me equivoque y que mis conclusiones sean revisada en un futuro, pero no creo que hubiera tanto dinero en el San José.
-¿Le apena que los litigios del San José hayan servido para separar a algunas naciones?
-Lo idóneo sería un pacto entre Colombia, España, y la comunidad de arqueólogos e historiadores. El modelo que se debería seguir es el acuerdo que firmaron España y México por el Nuestra Señora del Juncal. Lo cierto es que ha funcionado muy bien. Hace poco, de hecho, hubo una exposición en Sevilla sobre este buque y se elaboró un catálogo en el que participé.
-¿Lo ve posible?
-¿Un pacto similar? Sería un milagro. Colombia no tiene interés, o eso creo, en llegar a un acuerdo. Es muy triste, pero es así.
-¿Pertenecen los restos del galeón San José a España?
-Sin duda. Fue un buque de guerra español que participó en un conflicto armado y que fue hundido durante el mismo por fuerzas enemigas. Un tratado internacional [la Convención de la Unesco sobre el Patrimonio Cultural Subacuático del 2 de noviembre de 2001] corroboró que los navíos en la situación del San José pertenecen al país de la bandera que portaban. El problema es que Colombia no lo ha firmado y lo rechaza.
-¿Está muy cansada de que le preguntemos más por el tesoro que por la historia del San José?
-Sí, mucho [suspira]. Pero no me parece extraño que la gente tenga interés en este tipo de temas. Las riquezas llaman la atención. Y no niego que el tesoro sea también parte de la historia, lo que me parece desagradable es que sea lo único que capte la atención.
-Vamos con algo de historia entonces. ¿Qué opina del mito que afirma que riquezas como las que portaba el San José se obtuvieron a golpe de latrocinio?
-No fue así. Para empezar, tanto el cargamento del San José como el del resto de buques que salieron de la feria de Portobelo incluían riquezas de la Corona e impuestos de varios tipos, pero también dinero de particulares, la mayor parte mercaderes. La proporción sería de un 20% contra un 80%. Además, eran bienes obtenidos de forma legal y el resultado del comercio a los dos lados del Atlántico. Solo eso. En las décadas iniciales de la Conquista fue diferente: sí que hubo más robos. Pero, después de aquello, todo quedó reglado por un imperio que contaba con su administración, su gobierno y sus leyes. El dinero que pasó de América a Europa fue resultado de un intercambio normal.
-Se ha referido a las historias personales de los marinos. ¿Hay alguna que recuerde con especial cariño?
-Son muchas... Dentro de aquellas seiscientas personas había burócratas, soldados, oficiales de alta alcurnia, tripulantes, pasajeros... Sí que recuerdo a los familiares de algunos de los ahogados. Después de la tragedia hubo madres, padres y hermanos que pidieron al Gobierno español cobrar el salario de sus parientes muertos. Es algo que no olvido.
-¿Cree que la española fue la mejor marina de su época?
-Hasta mediados del siglo XVI, sin duda. Aunque las cosas cambian. En el siglo XVIII la Armada británica fue la más poderosa del mundo. También hay que diferenciar entre períodos: en tiempo de paz, las flotas se deshinchaban porque costaba mucho mantenerlas económicamente.
-También ha dedicado un ensayo a Cristóbal Colón...
-Sí. En él demuestro que la historia es total y que no es aconsejable separarla en diferentes partes. Cuando un experto extrae una porción y la estudia, obvia el contexto y no comprende nada. En el libro que mi marido y yo escribimos sobre Cristóbal Colón, un crítico nos acusó de que el marino no nacía hasta la página 85. ¡El contexto nos ocupó las 84 anteriores porque era clave!
-No le suelen preguntar por sus estudios sobre Magallanes y Elcano. ¿Ha sido el segundo apartado de la historia?
-Elcano fue más importante que Magallanes. Él regresó a España y, sin el éxito de su vuelta, el viaje del portugués no sería nada más que una pequeña cita en los libros de historia de la exploración.
-La última pregunta. ¿Tiene alguna investigación en marcha?
-Sí, pero no tiene nada que ver con la marina.
-Vaya... ¿Cuál es?
-Lo siento [sonríe], pero nunca charlo sobre investigaciones que están en marcha.
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