Carlos Sánchez, el otro español que ha acaparado todas las miradas en el Masters de Augusta de golf
El arte del que hace gala en numerosos eventos deportivos y sociales de primer nivel conquista al público norteamericano
Jon Rahm conquista el Masters de Augusta
«Cada vez que paso un control en un aeropuerto tengo que invertir media hora en explicar a qué me dedico»

Se llama Carlos Sánchez y aunque trabaja con herramientas metálicas, lo suyo no es el golf. No necesita 'caddie' para llevar sus cuchillos allí donde se contraten sus servicios. Especialmente eventos sociales y deportivos de primer nivel en los que, bajo el prestigio del chef José Andrés y su grupo, es contratado para desempeñar un oficio que en Estados Unidos es considerado un arte: cortar jamón.
Nacido en Barcelona pero de corazón burgalés, este español triunfa al otro lados del charco como embajador de uno de los mejores productos del mundo: el jamón ibérico. Se le reconoce por su traje, guante de vinilo negro y nudo de corbata perfecto en cada uno de los actos a los que es llamado –viaja por todo el mundo–: desde los Oscar hasta grandes premios de Fórmula 1.
Sánchez ha acaparado todas las miradas entre el público VIP que ha asistido estos días al Masters de Augusta de golf, en el que Jon Rahm –el león de Barrica– logró su primera chaqueta verde y la sexta para España el mismo día en el que Severiano Ballesteros habría cumplido 66 años. Está acostumbrado a preparar sus platos de 'minitapas' de jamón antes celebridades de todo tipo. Este corte pequeño y de un bocado, es su sello personal.
Ha trabajado ante jefes de estado como Barack Obama, actores y directores –Robert De Niro , Kevin Bacon o Steven Spielberg, por citar algunos– y reyes, los de España por supuesto, y otros como la difunta Isabel II de Inglaterra. Ha sido contratado en numerosas fiestas privadas, un mundo al que llegó gracias a la confianza del artista español Raimundo Amador, tal y como explicó en una entrevista en ABC.



Su historia de éxito empezó de la mano de su hermano en una carnicería de Burgos. Allí comenzó a perfeccionar su técnica cortando jamones hasta convertirse en un verdadero maestro. El epígrafe que recoge su oficio en EE. UU. es el de 'artista' al no existir una categoría profesional específica.
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A pesar del desconocimiento que aún parece reinar en torno al jamón ibérico entre los americanos –frecuentemente confundido con el 'prosciutto' italiano–, el español considera que existe más respeto por su trabajo al otro lado del charco que en su país natal.
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