Foro ABC
«Un alumno no se equivoca nunca al elegir estudios, siempre se puede reinventar»
Varias expertas en educación y gestión del talento explican en el foro ABC 'Cómo ayudar a nuestros hijos en la elección de su futuro profesional' cuáles son las claves para acompañar correctamente a los hijos ayudarles a decidir su futura carrera profesional
Lo que debes hacer, y lo que no, para ayudar a tus hijos a elegir su futuro
Cuando desde el instituto piden a los alumnos de la ESO que elijan entre varias asignaturas para comenzar a diseñar su futuro profesional, no son pocos los estudiantes, y padres, que se sumergen en un mar de dudas: «¿estaré eligiendo correctamente?». Y es que la vocación, tal y como quedó patente en el foro de ABC 'Cómo ayudar a nuestro hijos en la elección de su futuro profesional', no está tan desarrollada como hace años y «aunque existe, la cuestión es en qué momento un adolescente de 14 años es capaz de reconocerla y reafirmar qué hacer en su vida laboral», destacó Carmen García de Elías, gerente de la Universidad CEU San Pablo. Por ello, quiso transmitir tranquilidad «porque tanto en las familias como en los centros hay que ayudar a los estudiantes a conocerse a sí mismos y descubrir su vocación».
Pero aquellos que aún no la han definido, Rosa Martínez, fundadora de 'Cuéntame tu plan' –con el que ayuda a los jóvenes a definir su futuro académico y laboral– matizó que «eso no quiere decir que no sepan hacer cosas, sino que deben proseguir su camino para ir descubriendo las herramientas que les permitan determinar sus preferencias».
Eva Cornide, directora de Talento de Grupo Oesía Networks, reconoció que es una decisión complicada para alumnos tan jóvenes, en plena batalla hormonal. «El sistema educativo tendría que hacer algún tipo de modificación para facilitarles esta etapa, pero lo importante es que los alumnos se liberen del estrés al elegir asignaturas o una carrera universitaria porque esta decisión marca su tendencia de futuro, pero no su camino definitivo. Vivimos en un mundo cambiante, el laboral también, y se pueden ir adaptando a sus gustos según vayan descubriendo en lo que les gustaría trabajar».
Lo importante, según la gerente de la Universidad CEU San Pablo, es escuchar al alumno. «Desde que hacemos el proceso de admisión hay que ayudarle en la toma de decisiones porque muchas veces tiene demasiadas dudas o plantea dos opciones de estudio muy dispares. En nuestro caso le asesoramos y le acompañamos a través de diversos programas en los que contamos con asesores y profesionales de empresas de todos los sectores para que los estudiantes conozcan por ellos mismos cómo se trabaja en las compañías, qué perfiles se demandan, qué pueden aportar, cuáles son las líneas de futuro... para que tengan toda la información posible y poder manejar sus decisiones. Toda ayuda del mundo profesional es poca para que puedan descubrir cómo tienen que construir su futuro profesional».
Proyectos reales
Eva Cornide coincide en la importancia de esta experiencia real. «Cada año incorporamos a 400 alumnos en prácticas. Hablamos con ellos y les invitamos a probar en distintos departamentos para que descubran si nuestra labor es lo que les gustaría hacer o prefieren decantarse por otras opciones. Hay que acercarles a proyectos reales para que tengan herramientas de primera mano. Las compañías tenemos el reto de avanzar en este sentido y establecer un mayor vínculo con universidades y también con institutos para que desde edades más tempranas conozcan el mundo empresarial y, sobre todo, pierdan el miedo a lo desconocido y el temor a creer que ellos no serán capaces de conseguir el empleo que desean».
Carmen García de Elías
«La vocación existe, la cuestión es en qué momento un joven de 14 años es capaz de reconocerla y reafirmar qué quiere hacer con su vida profesional»
Rosa Martínez también coincidió en la importancia de escuchar al alumno dentro de la familia. «Los padres deben realizar esta escucha de manera activa; es decir, sin juicios, sin levantar la ceja, aunque cueste no hacerlo, cuando nos diga lo que le gustaría hacer y no coincidamos con él. Hay que acompañarle en el proceso, confiar en él y superar ese temor a que se puedan dar un tortazo».
No dudaron las ponentes del foro en incidir en que el mundo laboral ha cambiado mucho «antes lo hacía cada diez años, pero ahora lo hace cada dos», puntualizaban. Recordaban que hace años para los progenitores era más sencillo recomendar a sus hijos estudiar Medicina, Derecho, Farmacia, Arquitectura... pero en la actualidad la tecnología ha fomentado la creación de puestos y profesiones que ni siquiera conocen bien en qué consisten e, incluso, les cuesta pronunciar.
Rosa Martínez
«Los padres deben escuchar siempre la decisión de su hijo, sin juicios, sin levantar la ceja, aunque nos cueste hacerlo»
«Nosotros tenemos médicos que trabajan desarrollando tecnología biomédica. Hay que ser flexibles porque el mercado laboral así lo exige y ayudar a los hijos a que también lo sean», recomendó Eva Cornide. «Sobre todo –matizó Rosa Martínez– porque las carreras profesionales antes eran prácticamente para toda la vida y, ahora, en dos años rotan mucho los perfiles que se demandan porque el mercado laboral es muy cambiante. Por lo tanto, lo esencial para los padres es acompañar a sus hijos en todo este proceso imparable».
También consideraron lógico que se decanten por una carrera u otra en función de las salidas profesionales, «es razonable que este condicionante pese en su decisión porque buscan una salida profesional, están decidiendo su futuro», pero no deben olvidar que la salida profesional que ansían cuando comienzan la carrera, al terminarla puede que tenga más o menos oferta laboral, o requiera nuevos perfiles».
Eva Cornide
«Elegir asignaturas o una carrera universitaria marca la tendencia de su futuro, pero no el camino definitivo»
Por todo ello, Carmen García de Elías advirtió que hay un factor esencial a lo largo de la vida profesional de los estudiantes, que es el de las habilidades y las competencias. «Los conocimientos son importantes, pero más aún lo es la persona, sus valores y sus competencias y esas habilidades que, incluso nosotros, certificamos con un programa».
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Respecto a quién tiene más dudas, si ellos o ellas, las ponentes apuntaron que ambos están más o menos a la par, «lo que ocurre –puntualizó Rosa Martínez– es que las alumnas maduran antes y, aunque le dan muchas más vueltas al asunto, y llegan hasta entrar en bucle, es más probable que tengan su futuro más claro, mientras que los alumnos cuando toman una decisión la siguen consumiendo menos energía en su proceso de decisión. Las féminas, no obstante, están más acostumbradas a pedir ayuda que ellos, que tienen tendencia a encerrarse más en sí mismos».
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