Familia
Lo que debes hacer, y lo que no, para ayudar a tus hijos a elegir su futuro profesional
Miles de alumnos están ante el dilema de qué itinerario académico elegir, decisión de la que no es ajena la familia. Los expertos dan sus recomendaciones

Tomar la decisión de qué ser el resto de la vida. En esta encrucijada se encuentran actualmente miles de alumnos de Bachillerato que, con 17 años , deben determinar por qué derroteros dirigir su futura carrera profesional. Se trata de una ardua determinación, tal ... y como apunta José Castellanos , managing director de Page Personnel , «primero porque están en plena adolescencia, una etapa llena de dudas existenciales y, sobre todo, porque actualmente hay demasiada información y el mundo laboral evoluciona muy rápido, tanto que hay trabajos que están desapareciendo y otros que se crearán en pocos años y para los que todavía hoy no hay estudios».
Por todo ello, para los que no tienen una vocación muy clara , la decisión les supone un verdadero dolor de cabeza del que no son ajenas las familias. Los padres deben partir de la base de que hay cuatro parámetros que influyen muy directamente en la decisión final de sus hijos, según la opinión de Zósimo López , director de los Grados de Maestro en Educación Infantil y Primaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) : la familia, la escuela, los amigos y los medios de comunicación.
Todos estos factores hacen que la mente del estudiante fluctúe constantemente ante planteamientos como qué quiere mi familia que sea yo , qué esperan mis profesores de mí, qué trabajo es el más adecuado para destacar dentro de mi grupo de amigos, qué salida laboral está más de moda en los medios... Según este experto es habitual que los padres quieran influir en sus hijos hacia la búsqueda de una salida laboral que les dote de la mayor seguridad posible, «con tendencia a atraerles hacia el negocio familiar, si es el caso, o incluso a que hagan una oposición para asegurarse una plaza de por vida».
Nuevos perfiles laborales
Explica que los profesionales de moda también generan cierta influencia retroalimentada por los medios de comunicación, ahora también las redes sociales, tal y como ya ocurrió en su día con empresarios como Mario Conde que motivó a muchos jóvenes a estudiar Empresariales. «Hoy, la revolución tecnológica está cambiando los perfiles laborales y numerosos alumnos pretenden convertirse en youtubers o influencers porque piensan, además, que es una forma fácil de hacer dinero trabajando poco y sin necesidad de formación, lo que cada vez es menos cierto».
Los docentes, por todo ello, cumplen una importante labor de orientación sobre sus alumnos. «Debemos ayudarles –prosigue Zósimo López– a vencer ese halo de éxito de algunas profesiones que están distorsionadas y apoyarles para que sepan definir quiénes son ellos, qué quieren ser y cómo pueden lograr ser felices. La felicidad supone sentirse libres y no siempre hay que ser un líder para ello, sino encontrar cada uno su sitio en el plano laboral, social y familiar porque todo está muy conectado».
La opción de la Formación Profesional
Este profesor también destaca que muchas familias reniegan de la Formación Profesional por creer que sigue denostada y que quien la realiza es un estudiante que quiere esforzarse poco, «pero lo cierto es que es una opción muy válida y con una oferta de empleo muy atractiva».
Y respecto a la educación superior , también advierte que hay estudiantes que dudan porque se trata de una formación más a largo plazo «y consideran que formarse para acceder a algunos empleos actuales es un esfuerzo mayúsculo porque cuando terminen la carrera quizá ese empleo no exista. Sin embargo, lo óptimo es tener una buena base que les posibilite ir evolucionando según vaya avanzando el mercado laboral».
Ante un panorama de tanta incertidumbre, José Castellanos aconseja a los padres «centrarse en conocer qué es exactamente lo que le gusta hacer a su hijo e identificar qué se le da bien . Si hay muchas dudas, lo mejor es concertar una cita con los tutores escolares que son quienes mejor conocen sus habilidades».
La mayoría de los colegios también está realizando importantes esfuerzos para organizar actividades como llevar a las aulas a profesionales de distintas áreas de la empresa para que les expliquen en qué consiste su profesión y qué hacer diario. Colegios como el Everest de Madrid van más allá. Su programa Work Experiencie, por el que ya han pasado más de 1.600 alumnos de Bachillerato, consigue que los estudiantes estén una semana en una empresa del sector que les más les interesa para conocer de primera mano cómo se trabaja en ellas. « Les ayuda a reforzar su decisión o, por el contrario, a darse cuenta de que no es lo que ellos pensaban, lo que les permite barajar otras opciones profesionales –indica Javier Soriano, director de Orientación Profesional de este colegio–. La mayoría continúa con su idea inicial, pero un 30% decide buscar otras opciones».
Además de conocer los distintos departamentos y rutinas diarias de cada profesión, según indica Soriano, descubren lo que es tener unos horarios, ajustarse a la vestimenta y reglas de cada entidad, recibir órdenes de un jefe... «lo que les pone en situación sobre lo que será su futuro trabajo».
Búsqueda de información
José Castellanos también recomienda a los padres que ayuden a sus hijos a buscar en internet los informes más recientes sobre las salidas profesionales de mayor demanda, en qué universidades se forma para ellas o qué significan determinadas funciones nuevas que no son muy conocidas. Pero, sobre todo, en lo que hace hincapié este experto en contratación laboral, es en que «lo que nunca deben hacer las familias es redirigir la carrera de sus hijos hacia los intereses propios de los padres, decirles que no hagan lo que les gusta porque con ello se gana muy poco dinero –se olvidan de que hay que ser felices en el trabajo– o imponerles una carrera profesional».
En cualquier caso, María Crespi , mentora de alumnos en el departamento de Orientación de la Universidad Francisco de Vitoria , recuerda a las familias que no solo se centren en preguntar a su hijo ¿qué quieres hacer? o ¿dónde lo vas a estudiar? « Su hijo es una persona que está pasándolo mal por este asunto , por ello también hay que cambiar el diálogo e interesarse por saber cómo se siente, qué piensa, quién cree que es, en qué considera que será feliz... Se trata de cuestiones más personales que le ayudarán a sentirse acompañado en la toma de su decisión. Los padres no deben ir por delante ni por detrás, sino al lado. Es verdad que lleva tiempo, pero no deben tener pereza de mantener este diálogo».
Preguntas que se deben plantear
—¿Qué te hace feliz?
—¿Qué te gusta y te interesa?
—¿Cuál es tu proyecto de vida?
—¿Cuáles son tus fortalezas?
—¿En qué acciones las ves en tu día a día?
—¿Y tus debilidades?
—¿Dónde las ves reflejadas en la cotidianeidad?
—¿Qué habilidades tienes?
—¿Qué se te da bien hacer?
—¿En qué cosas eres bueno o te dicen los demás que lo eres?
—¿Cuáles son tus intereses?
—¿Cómo te imaginas en el futuro?
—¿En que situaciones eres auténtico y te sientes libre?
Lo que nunca deben hacer los padres
—Intentar reorientar las preferencias de los hijos hacia los intereses de los progenitores: que elija la profesión de sus padres, que continúe la saga de la empresa familiar...
—Quitarles la ilusión de convertirse en empresarios o de trabajar en determinados sectores porque ofrezcan menor seguridad laboral y forzarles a una opción más segura, pero que no les entusiasma.
—Imponerse sin darles opciones. Decidir por ellos.
—Decirles que no valen para lo que manifiestan ilusión. Deben tener libertad de querer ser felices en su trabajo.
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