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«Los hombres también debemos compartir lo que sentimos al ser padres»

Pedro del Castillo, autor de 'Diario de un padre primerizo', confiesa a ABC que la paternidad «es como una montaña rusa con subidas y bajadas, pero montarse en esa atracción es la experiencia más increíble del mundo»

Los padres españoles optan por fraccionar el permiso de paternidad

En la imagen el autor de 'Diario de un padre primerizo' ABC
Laura Peraita

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Pedro del Castillo es periodista y desde que nació su hija decidió contar su día a día en redes sociales consiguiendo un gran número de seguidores interesados en saber cómo es la paternidad de una forma cercana, sincera y divertida. Recientemente acaba de publicar 'Diario de un padre primerizo'.

¿Qué pasó por su mente cuando le rondó la idea de convertirse en padre?¿Qué pasaba por tu mente cuando te rondaba por la cabeza si tener o no un hijo y te imaginabas con un bebé en brazos?

Pasaba de todo, desde una mezcla de ilusión hasta un vértigo absoluto. Había soñado con formar una familia y tener hijos, pero es muy diferente observar un sueño que es lejano a cuando ese sueño lo tienes encima y a punto de cumplirse. Ahí pueden aparecer interrogantes, dudas y en mi caso reconozco que algo de vértigo. Es como quien salta en paracaídas: mientras no estés subido al avión, la idea suena increíble, pero cuando estás a miles de metros con la mochila a la espalda; ahí es cuando te preguntas ¿Estoy preparado? ¿Lo haré bien? ¿Sobreviviré? Lo viví de esa forma: con algunos miedos, pero también con la certeza de que estaba dando el salto hacia algo soñado.

 ¿Cuáles son los principales miedos a los que te enfrentaste ante la posibilidad de convertirte en padre?

El principal diría que fue clásico miedo de no estar a la altura. La idea de que una personita iba a depender de mí para todo, por lo menos los primeros años de su vida. Es una responsabilidad que te hace temblar un poco. Luego hubo otros miedos, que tampoco son menores, que iban ligados a la parte económica y el equilibrio entre la vida personal y profesional.

 Y el bebé llegó. ¿Era cómo te imaginabas tu papel de padre?

Al principio, la verdad es que no. En el libro hablo de cómo las primeras semanas las viví más como si fuese un robot, que buscaba resolver problemas y sobrevivir al día a día, que un padre que está disfrutando de su peque. No fue hasta las dos o tres semanas que empecé a crear un vínculo real con mi bebé y fue entonces cuando poco a poco me fui enamorando de la «paternidad» y a tener esa sensación de estar creando (en todo el sentido de la palabra) una familia.

  ¿Crees que es necesario hablar más de las sensaciones y funciones que supone para un hombre tener un hijo?

Sin duda. Sería de gran ayuda. Hemos avanzado mucho, pero todavía hoy se sigue teniendo esa idea de que los padres no lloran, no expresan tanto sus sentimientos, su función está más en las cosas del trabajo que en las de casa y los hijos. Es una idea antigua, pero que sigue presente. Entre otras cosas con el libro quería compartir todo lo que he vivido estos primeros años siendo padre porque nunca había leído nada relacionado con la paternidad, desde el punto de vista de un hombre y no me cuadraba nada dentro de esa descripción de padre tradicional. Hay muchos libros y espacios en redes dedicados a la maternidad, pero no tantos desde el punto de vista de los padres. Es importante que los hombres también podamos compartir nuestras experiencias y emociones, no solo para romper estereotipos, sino para que otros padres puedan sentirse acompañados y comprendidos.

 ¿Qué es lo más difícil de la paternidad? ¿Qué retos son más complicados de afrontar en tu día a día?

A mí lo que más me está costando es el sueño, dormir poco. Pero si lo llevo a un plano más profundo, te diría que creo que lo más difícil en la paternidad es educar bien a los hijos. Y ese es el gran reto del día a día. Estar presente, darles tiempo de calidad, atender bien sus emociones, explicarles y enseñarles las cosas con paciencia y cariño, formarlos en valores y dotarlos de herramientas para que el día de mañana puedan hacer frente a la adversidades y dificultades. No es fácil, pero también me parece que es una labor apasionante, maravillosa y cargada de responsabilidad.

 ¿Qué te ha aportado a tu vida crear una familia?

Siento que crear una familia me ha transformado como persona. Me ha hecho mejor hijo, porque ahora valoro mucho más lo que mis padres hicieron por mí. Me ha hecho mejor esposo, porque la paternidad me ha llevado a querer trabajar bien mi relación de pareja. Me ha hecho mejor profesional, más organizado, maduro, resolutivo. Y siento que en líneas generales me ha hecho mejor persona. Seguramente porque me he equivocado mucho, pero esos errores han sido un regalo que me han permitido crecer, aprender y mejorar, o al menos intentarlo cada día.

 Tienes muchísimos seguidores en redes sociales. ¿Por qué te lanzaste a contar tu experiencia como padre primerizo, algo no muy habitual en hombres? ¿En qué se basa tu éxito?

Realmente no fue algo premeditado de «voy a contar mi experiencia de padre». Por lo general en redes solemos compartir lo que nos sorprende, lo que nos divierte, lo que nos emociona, lo que pensamos, lo que aprendemos y lo que vivimos. Yo ahora mismo estoy en esta etapa vital de padre primerizo, y eso comparto. Es verdad que sorprende porque no hay apenas perfiles de «padres», pues bueno, es una oportunidad de poder aportar algo diferente. De hecho eso es lo que busco, trato de mostrar todo lo que me está enseñando la paternidad de una manera cercana, divertida y honesta.

 ¿Cómo abrazar esa 'imperfección' como progenitores cuando hay tanta información y tanta visibilidad de padres perfectos y felices en redes sociales?

Creyéndome de verdad que es imposible hacerlo todo perfecto. Tenemos que aprender a filtrar la información que recibimos porque hay muchísimos recursos maravillosos, pero también es fácil sentirse abrumado y culpable por no llegar a todo. Y respecto a lo que vemos en redes, lo mismo. Vemos el escaparate de una tienda por fuera, pero no sabes que hay dentro. Marcar mis expectativas de vida a partir de lo que veo a otros vivir en redes, solo va a frustrarme porque no es la realidad. Y para evitar esto lo mejor que podemos hacer es huir de las comparaciones. Hay un capítulo en el libro que es de mis favoritos en el que hablo de ello. Con la idea de que cuando dejamos de compararnos descubrimos lo que nos hace únicos y podemos empezar a ser felices con lo que tenemos. Lo bueno y lo malo. Los aciertos y las equivocaciones.

 ¿Crees que es importante mostrar más abiertamente lo que supone la crianza, tanto en sus aspectos positivos como menos positivos, para alejar esa idea de padres ideales y perfectos que, quizá, frustra a otras familias y quita la idea a muchas parejas de querer tener hijos?

Más que mostrar, diría la palabra contar o compartir, que es muy diferente a mostrarse o exponerse sin filtro ninguno. Y eso no te quita autenticidad. En redes sociales a veces vemos perfiles que solo destacan lo ideal o, por el contrario, lo difícil. Y personalmente creo que ninguno de esos extremos refleja la realidad, por lo menos la que yo vivo. Después de tres años mi experiencia con la paternidad es que es muy cansada y sacrificada, pero también tremendamente reconfortante y que llena felicidad. Ambas cosas conviven y ambas cosas quiero compartir.

 ¿En qué medida te acuerdas de la educación y cuidados que te dieron tus padres cuando ahora cuidas de tu hija?

Me acuerdo mucho y creo que es muy bueno echar la vista atrás y recordar la infancia que uno vivió. Para que así las cosas que en su momento me ayudaron, pueda repetirlas con mis hijos y las cosas que no me gustaron, no hacerlas. Recordar que yo también fui pequeño, que tuve que aprender, que tuve mis rabietas, mis malas noches con cientos de despertares. Y pensar: ¿cómo me hubiese tratado yo en esos momentos?

Y luego me acuerdo mucho de mis padres porque con el nacimiento de mis hijos también nació una sensación de gratitud hacia ellos. Empecé a entender todo el esfuerzo y sacrificio que hicieron conmigo simplemente por amor. Empatizas con algo que hasta ese momento eras incapaz de comprender en plenitud.

 ¿Cómo cambió tu relación de pareja?

Cambió radicalmente, pero con el tiempo ha sido a mejor. Con la llegada de los niños, la mayor parte del tiempo gira en torno a ellos, y la pareja puede resentirse si no se cuida. Esta famosa frase de «planta que no riegas, planta que muere». Precisamente en el libro he querido compartir algunas de las cosas que nos distanciaron con la llegada del bebé, algunas de las crisis de pareja que tuvimos, y qué cosas nos ayudaron a salir del pozo. Ahora siento que con mi mujer hago mucho más equipo y que nos queremos más y mejor.

  ¿Cómo se toma la decisión de tener un segundo bebé? ¿Los retos que plantea se asumen de otra manera?

Nosotros quisimos ver cuál podía ser el mejor momento pensando en el primer hijo, en cómo nos encontrábamos nosotros, teniendo en cuenta los trabajos, la organización de la casa... La realidad es que si le das demasiadas vueltas nunca vas a encontrar el momento perfecto. Además, algo que es importante, es que tú puedes decidir lo que quieres, pero no siempre la naturaleza responde y llegan los hijos. Desde luego los retos que plantea la llegada de un segundo nos han pillado algo más preparados, más tranquilos, pero seguimos sintiéndonos primerizos en muchas cosas. ¿Lo bueno? que de momento somos dos adultos para dos niños pequeños. Estamos empate.

 ¿Qué mensaje darías a aquellas parejas que hoy dudan en tener un bebé y convertirse en padres primerizos?

Es difícil porque desconozco la situación de quienes nos puedan estar leyendo ahora mismo. Lo único que puedo compartir es que para mí formar una familia ha sido el regalo más grande que me ha dado la vida. Que la paternidad es como una montaña rusa con subidas, bajadas, momentos de disfrute total, giros inesperados, vértigo, miedo... pero subirse a esta atracción es la experiencia más increíble del mundo. Que es cierto que hay sacrificios y días agotadores, pero los momentos de amor, conexión y alegría con los hijos hacen que todo merezca la pena. Y que solo podrán entender una parte de lo que he compartido en estas líneas cuando alguien, un día, con una vocecita frágil e inocente, les llame «papá» o «mamá» por primera vez.

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Sobre el autor Laura Peraita

En ABC desde 1994 como periodista de formación, empresa, motor. Desde 2011 al frente de ABC Familia, donde escribo y modero debates de lo más importante en la vida: nuestros peques, parejas y mayores.

Laura Peraita

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