Mouliaá, a su psicólogo en 2021: «Tengo problemas con un político famoso y narcisista»

El psicólogo también certifica que, años después, el 6 de noviembre de 2024 -después de la denuncia-, Mouliaá le solicitó una consulta de urgencia «para expresar el malestar emocional que está experimentando a causa de revivir una experiencia traumática ligada a un abuso sexual y psicológico que la paciente refiere haber vivido en 2021». Omar Rueda especifica al juez que el informe que ha firmado es «clínico, no constituyendo dictamen pericial a los efectos de su presentación en juicio, por lo que el abajo firmante no podrá ser propuesto ante tribunales a efectos de su ratificación». Según las fuentes consultadas, esta aclaración obedece al hecho de que el psicólogo, como explica el informe, no llegó a tratar a la actriz, por lo que su abogado lo presenta solamente a efectos de reflejar el testimonio de 2021.

El abogado de Elisa Mouliaá ha presentado un segundo informe, éste sí pericial, en el que el psicólogo José Miguel Capote analiza las declaraciones de ambos ante el juez Adolfo Carretero y concluye, cotejándolas, que existió «ausencia clara de consentimiento en seis episodios clave». El primero de ellos sería en el bar en el que se citaron, donde «la señora Mouliaá cambió de opinión» y, en lugar de irse a solas con el político, «decidió asistir a la fiesta» (de sus amigos), a la que invitó «por cortesía» al exportavoz de Sumar en el Congreso.

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Tras relatar las «normas» que Errejón le puso en el taxi, el segundo no consentimiento habría ocurrido en el ascensor, donde él le dice «te voy a dar un beso». Según el psicólogo, Errejón «no obtuvo consentimiento explícito» porque no preguntó si podía hacerlo, sino que «impuso unilateralmente la acción». La «tercera señal de no consentimiento» la sitúa el profesional en el momento en el que el político «la coge de la mano y la lleva a la habitación (...) sin consenso explícito». Ya dentro del dormitorio, Elisa Mouliáa le dijo, según la declaración de Errejón, «oye, esto es un canteo (...) estableciendo un límite» para «detener la interacción», lo que sería la cuarta señal de no consentimiento.

La quinta, según esta pericial, corresponde al momento del «abandono de la fiesta», en la que ella, que «le manifestó que su intención era quedarse en la fiesta», se habría sentido obligada cuando él la conmina a irse en un taxi y, mientras lo esperaban, «no hubo besos o muestras de deseo». La sexta señal de no consentimiento habría acaecido en el domicilio del político, donde Errejón reconoce que «la señora Mouliáa le pidió parar porque se sentía agobiada y preocupada por su hija».

El psicólogo concluye que, en una cita de ocho horas, «el señor Errejón no obtuvo en ningún momento un consentimiento de la señora Mouliaá, ya fuere explícito o implícito, verbal o no verbal». Por su parte, el fundador de Podemos, sostuvo en su declaración ante el juez del pasado enero que la denuncia es «falsa», que Elisa Mouliáa sólo busca «ganar dinero» y que él es inocente.