Pasodobles, marchas y gritos en la jura de bandera civil en que Defensa quiso vetar a Ayuso
La presidenta madrileña pide no cancelar el desfile del Dos de Mayo «por motivos políticos» y «reconducir» el asunto
Ayuso pide a Moncloa «respeto» y que deje de ser «el macarra de clase» con Madrid

No le ha hecho falta a Isabel Díaz Ayuso subirse a la tribuna de presidencia para convertirse en protagonista del acto de jura de bandera de 200 civiles en Alcobendas. Tras el veto del Ministerio de Defensa a que presidiera el acto, hoy han ... aparecido en el lugar un grupo de varias decenas de personas que no han dejado de emitir gritos contra Ayuso: desde la cifra de fallecidos en residencias durante la pandemia a gritos de «asesina» u otros a favor de la sanidad pública. Alaridos que se han saltado la solemnidad del acto incluso en los momentos más emotivos, como el toque de silencio en recuerdo a los fallecidos en acto de servicio.
La indignación cundía entre los asistentes que si estaban allí para acompañar a quienes iban a jurar bandera o simplemente al Ejército, mientras las consignas de quienes protestaban –entre ellos, cargos políticos de Más Madrid y Podemos en la localidad, según algunas fuentes– arreciaban. Uno de los más destacados fue el de «el Ejército es español, no de Ayuso». Hubo respuestas por parte del grueso del público, recordando casos de corrupción del Gobierno central y pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez. Muchos de los que juraban bandera se han parado para saludar a Díaz Ayuso al pasar por su lado.
Con todo ello, el acto transcurrió en medio de un guirigay que restaba marcialidad al momento. Muchos de los que juraban bandera –hombres y mujeres prácticamente al 50 por ciento– se pararon y cuadraron al pasar junto a la presidenta, que se tuvo que sentar en la primera fila de invitados, en tre la alcaldesa de la localidad, Rocío García Alcántara, y el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo. En la presidencia, solo estuvo el general de la Brigada Guadarrama XII, Antonio Ramón Bernal, por decisión de Defensa, que vetó la presencia de la jefa del Ejecutivo madrileño.
La presidenta autonómica, al finalizar el acto, quiso restar importancia a ese veto de Defensa y también a los gritos escuchados, y quedarse con la esencia de un acto muy emocionante para quienes participan en él, como hizo ella misma en ese lugar hace siete años, además de agradecer a la alcaldesa de Alcobendas su buena disposición para que todo saliera a la perfección. «Me da igual tribuna arriba o abajo: lo importante es estar con los vecinos». Eso sí, recordó que presidir el acto por su parte «no es cuestión de voluntad sino de protocolo», como ha ocurrido en otras comunidades en este tipo de juras civiles: «Lo normal siempre es que lo presida o copresida el presidente autonómico», que «es la máxima representación del Estado en una comunidad autónoma».
Ni mencionarla
Llamaba la atención, no obstante, que ni siquiera en la nota de prensa que el Ministerio de Defensa hizo sobre el acto se citara la presencia de la presidenta regional, máxima autoridad en la comunidad, aunque sí se mencionaba a la alcaldesa del municipio en que se celebraba la jura.
Bajan revueltas las aguas en las relaciones, buenas hasta ahora, entre Defensa y la Comunidad de Madrid. Díaz Ayuso se volvió a doler ayer de que este mismo ministerio haya suspendido el tradicional desfile militar del Dos de Mayo en la Puerta del Sol. «Esta separación artificial entre el pueblo de Madrid y su Ejército no se había visto nunca. Y el mensaje de que el Ejército le pertenece a un presidente es muy feo y muy preocupante», añadió. Son, cree, «decisiones políticas las que nos han llevado a esta situación», que confía que se pueda «reconducir y que el Ministerio de Defensa y el Gobierno central entren en razón».
Mar de fondo
Lo cierto es que el griterío de ese grupo minoritario deslució un acto que se había preparado con mimo, en una amplia plaza frente al Ayuntamiento de Alcobendas, con una nutrida representación de público civil y con el boato que acompaña a las celebraciones castrenses. Contrastaba la seriedad del oficial que conducía la ceremonia solicitando a los presentes que apagaran sus móviles durante la jura, con los silbidos y voces de quienes protestaban, mezclando el «7.291» con el mensaje de «Sanidad pública» o el de «Ayuso dimisión».
El mar de fondo –que a ratos era respondido por el resto del público con peticiones de dimisión para Pedro Sánchez o algunos insultos subidos de tono– sólo se acalló cuando sonaba la música: el himno nacional, las tradicionales marchas militares o algunos sones populares como el 'Asturias patria querida' o sones de pasodobles.
Las personas que juraban bandera fueron pasando en rigurosa fila, algunas personas de muy avanzada edad acompañadas por un soldado que las ayudaba en el desplazamiento.
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